La Universidad en todo su contexto y complejidad trae consigo desafíos que deben ser asumidos y erradicados de una manera integral por parte de todos los actores del sistema, como un gesto de responsabilidad entre el cuerpo profesoral, estudiantil, administrativos e inclusive los padres de familia y el sector productivo, ese desafío permanente y natural del mundo escolar se llama abandono.
Hay autores que defienden epistemológicamente teorías de abandono como un sinónimo de deserción o como dos posturas que abren la discusión por las diferencias existentes, pero no me voy a detener a justificar dos conceptos que pueden quizás tener diferencias doctrinarias, haré aproximaciones concretas sobre una problemática con un par de recomendaciones.
Particularmente me gusta hablar de abandono y no de deserción, la última suena discriminatoria y sin oportunidades, adicionalmente me trasladada a un teatro de guerra. El abandono escolar siempre ha existido por la simple razón de las universidades que demandan de procesos administrativos estáticos.
A mayor nivel de matriculados, mayor es la cantidad de estudiantes que abandonan sus estudios superiores. Las personas que no reciben apoyo estatal o asistencia privada tienen más probabilidad de abandonar sus estudios que los estudiantes que si lo recibieron. Me he dedicado por muchos años en analizar y escribir sobre las variables del Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior (SPADIES), concluyendo además que, a mayores integrantes del hogar, mayor nivel de abandono y que a mayor nivel de estudio de la madre, mayor es la permanencia en los estudios de educación superior.
Finalmente, mis recomendaciones van dirigidas al otorgamiento de becas medias o completas por desempeño académico, desarrollos culturales, participación deportiva; lo anterior estableciendo también alianzas estratégicas con el sector privado y público para aumentar la retención y por ende el desarrollo del país.
También es estratégico que las Instituciones de Educación Superior (IES) puedan ofrecer trabajos de medio tiempo o por horas al interior de la institución, ya sea por monitoría, apoyo logístico, soporte en ventas en los diferentes establecimientos al interior de las IES y al apalancamiento a los mismos emprendimientos que surgen durante la etapa académica.
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