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Sergio GrandasPor: Sergio Grandas Medina

María Paula Salamanca Triana una joven de apenas 15 años, subcampeona mundial de patinaje, hoy se encuentra enclaustrada en una silla de ruedas, después de haberle sido aplicada la vacuna contra el VPH. En la localidad de Suba, al norte de Bogotá, en una humilde vivienda del barrio El Rincón, vive una familia que ha visto crecer a una joven, que con esfuerzo y dedicación ha tenido logros importantes en el patinaje infantil a nivel distrital, nacional e internacional.

María Paula, inició su gusto por los patines desde muy pequeña y fue desde los 7 años que comenzó a participar en las primeras competencias. Primero en los intercolegiados y posteriormente ingresó al Club de la Chechi Baena, un espacio de la reconocida patinadora profesional colombiana, para buscar nuevas figuras en el patinaje.

En el 2010 María Paula con 10 años de edad, logra uno de los pocos cupos, que le permitirían participar en las competencias a nivel distrital, lo que le abrió las puertas para ser parte de la Liga de Patinaje de Bogotá. Un logro, sin duda, muy importante a su corta edad; que alimentaba su anhelo y sus ganas de convertirse en una de las nuevas figuras del patinaje de la ciudad y del país.

María Paula comenzó a mostrar su tesón, sus ganas de querer ser una de las mejores patinadoras, siempre mostrando humildad y sencillez. Lo que la llevó en el año 2012 a clasificar a la Maratón de 100 kilómetros de Patinaje en la Ciudad de Nueva York en EE.UU. (Skate Marathon New York 100K), competencia de la que se trajo la medalla de plata, dándole a Colombia el Subcampeonato Mundial de Patinaje en la Categoría.

El subcampeonato mundial logrado por María Paula en Nueva York abriría nuevas puertas y alimentaría las esperanzas de ser una de las mejores patinadoras del país. Pero este gran logro se opacaría al presentar graves quebrantos de salud, después de haber recibido la primera y segunda dosis de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano VPH.

A inicios del 2013 la Secretaria de Salud y la Secretaria de Educación de Bogotá, adelantaban jornadas de vacunación en los centros educativos oficiales de la ciudad, que buscaban inmunizar a miles de niñas y adolescentes, con el fin de prevenir el cáncer de cuello uterino, provocado por el VPH.

El 28 de mayo de 2013, médicos y enfermeras de la Secretaria de Salud, llegaron a la Institución Educativa Álvaro Gómez Hurtado para realizar dicha jornada de vacunación. Institución en la que ha estudiado María Paula, desde el grado tercero de primaria.

A María Paula le fue aplicada ese 28 de mayo la primera dosis de la Vacuna contra el VPH. “No sentí ningún síntoma, ni nada […]”. Para esta misma época sus padres se encontraban realizando trámites de renovación de visa en la embajada de EE.UU, para que viajará nuevamente a New York a defender el título logrado en la Maratón de Patinaje en el año 2012.

A medida que pasaban los meses María Paula comenzó a experimentar un agotamiento físico, poco común. Empecé con unos síntomas de cansancio, pero nunca le presté atención [] mi rendimiento en las competencias comenzó a disminuir, por lo que dejé de patinar por un mes. Y lamentablemente no pude prepararme, así que el viaje a Nueva York quedó cancelado […], y ya tenía nuevamente la visa aprobada”.

Su estado de salud empeoró luego de la aplicación de la segunda dosis de la vacuna, el 30 de diciembre de 2013. Esta dosis le fue aplicada en el UPA de El Rincón, para continuar con el esquema de inmunización definido por la Secretaria y el Ministerio de Salud. “Después de la segunda dosis, yo dormía mucho, – ¡era impresionate!. Yo era una niña que me despertaba a las 7 de la mañana para ir a entrenar, no preste atención a eso, pues pensaba que era por estar en vacaciones, pensé que se trataba de un agotamiento muscular […], después me comenzó a dar unos dolores de cabeza muy fuertes, por lo que, con mi entrenador y mis papas decidimos descansar una semana, para comer bien, dormir bien; pero al pasar esa semana, no pude volverme a colocar patines”.

María Paula empezó a tener problemas en sus articulaciones, tenía intensos dolores de huesos, por lo que dejó de patinar. Poco a poco fue perdiendo la movilidad y las fuerzas de sus piernas, comenzó a ver como sus piernas flaqueban, esas mismas que le permitían disfrutar de la libertad de los patines. Sintió que sus sueños de participar en grandes competencias de patinaje se derrumbaban. Al llegar el mes de agosto de 2014, sus padres no salían de los consultorios médicos y de las sala de emergencias de la Clinica Corpas al norte de la Ciudad. Comenzó una larga lista de exámenes, y uno de los pediatras de la clínica le diagnosticó Leucemia. “Fue una noticia devastadora para todos, fue muy duro”, Isabel Triana madre de MP.

El pediatra que le dio el primer diagnóstico, remitió a María Paula al Hospital San José Infantil, para practicarle exámenes más especializados. Una vez en el San José fue internada inmediatamente por los especialistas. Comenzó otro sin fin de exámenes para diagnosticar o encontrar la razón a sus dolencias, le fue descartada la leucemía, pero iniciaría para ella uno de los momentos más difíciles de su corta vida.

El estado de salud de Maria Paula no mejoraba, el 4 de septiembre sufrió una caída en la habitación 321 del San José al intentar ir al baño, sus piernas no soportaron el peso de su cuerpo, no respondían a sus ordenes, lo que generó en ella una fuerte tristeza y depresión. Días más tarde sufrió varias convulsiones y posteriormente fuertes calambres en sus extremidades. No podía mantener en equilibrio su cabeza, ya que los calambres llegarían también a su cuello, así que sólo podía mover sus ojos y sus labios, y así transcurrieron más de dos semanas.

María Paula estuvo desde el 28 de agosto, hasta el 4 de octubre de 2014, 37 eternos días, en los que estuvo postrada en una cama, 37 días hospitalizada en el San José Infantil. Al Hospital también llegaron más padres de familia con sus hijas que provenían no sólo de Bogotá, también de Cali y Medellín; que presentaban los mismos desmayos súbitos, parálisis en sus extremidades, debilidad y convulsiones inesperadas. Todas las menores fueron evaluadas durante semanas en el Hospital Universitario, pero no había aún un dictamen médico que explicará las dolencias y quebrantos de salud.

Para la misma época la opinión publica comienza a conocer como una tras otra niña llegaban a la sala de emergencias del Hospital Nuestra Señora del Carmen, en el Carmen de Bolívar al norte del país; 370 menores fueron llevadas por sus padres al centro de salud, pues sufrían fuertes y molestos síntomas de debilidad, desmayos súbitos y parálisis en sus piernas y/o brazos. Síntomas también similares a los de Maria Paula y a las demás niñas internadas en el San José Infantil.

Fue hasta allí que Isabel Triana madre de Maria Paula, y los demás padres de familia descubrieron que las niñas del Carmen de Bolívar y sus hijas no sólo tenían en común sintomatología, sino que también habían sido inmunizadas con la vacuna contra el virus del papiloma humano meses atrás.

A María Paula le fueron practicados en tres ocasiones exámenes de toxicología, pero sus padres nunca conocieron los resultados. Este tipo de exámenes eran cruciales, para conocer si existía una toxina en el cuerpo de la joven patinadora, procedimiento que también les fue realizado a las niñas y adolescentes del Carmen de Bolivar, y que determinarían que tenían altas cantidades de plomo en su organismo, un componente de la vacuna contra el VPH. Los médicos titubeaban cuando se les preguntaba sobre si era la vacuna, la que estaba provocando todo lo que tenía mi hija relata Isabel, madre de MP.

Por este motivo, Isabel y los demás padres que tenían a sus hijas en el San José, decidieron realizar exámenes de toxicología en centros especializados de salud externos. Y los resultados fueron positivos para todos los casos. Además de esta irregularidad, en el Hospital Infantil, les practicaron a las adolescentes y niñas internadas por estos extraños síntomas, a una terapia conocida como quelación, un procedimiento médico que permite a través de complejos, eliminar metales pesados del organismo. “Nos practicaban quelaciones, e investigando a fondo, ese tipo de procedimiento eliminaba los rastros de plomo de nuestro organismo, es decir estaban borrando la evidencia de plomo, uno de los componentes de la vacuna”, relata María Paula.

Finalmente Maria Paula fue remitida a psicología infantil y la conclusión de los especialistas, con sólo una pequeña observación física y una pequeña lectura de mi historia clínica, el psicólogo mencionó a mis padres, que trataría de una enfermedad psicógenica, es decir que las dolencias de María, serían provocadas por un problema psicológico. Diagnostico que también tendrían las demás niñas, que se encontraban también hospitalizadas en el Hospital San José.

“Ese mismo dictamen le dieron a las niñas del Carmen de Bolívar, aseguraron que es se trababa de una sugestión colectiva o una histeria colectiva, que las niñas tenían trastornos mentales, y son los que provocan todo ese sufrimiento” argumenta Isabel.

A inicios de octubre María Paula experimentó mejoras en su salud, así que fue dada de alta. Pero tendría otra recaída el 10 de octubre y estaría en urgencias hasta el 16. Desde su salida del San José Infantil, ha recibido visitas de la Secretaría y del Ministerio de Salud. Han ofrecido acompañamiento a su caso, pero se ha quedado solo en promesas o anuncios.

El Ministro de Salud, Alejandro Gaviria no ha vuelto a dar declaraciones a la opinión pública sobre el tema, desde su visita al Carmen de Bolívar, el ministro le hace el quite a periodistas y a entrevistas que se refieran a los posibles síntomas adversos de la Vacuna contra el VPH.

Y por este silencio y negativa del Ministerio de Salud a referirse sobre los posibles síntomas adversos de la vacuna, la abogada Mónica León del Rio, acogió de manera desinteresada el caso de María Paula, junto con el de Alejandra Cuadros León, Eliana Cubiles Ballesteros, Angela Escobar Muñoz,   Catalina Jaramillo Silva, Sara Paulina Wilches, y Astrid Mendez Pinilla; e interpuso una acción de tutela ante el Consejo Superior de la Judicatura. Tutela que fue fallada a favor de las afectadas y pide al ministerio y a las EPS Compensar y Saludcoop “la atención integral de las menores, realizando las gestiones médicas necesarias con los especialistas requeridos”. El fallo también obliga a estas entidades realizar diagnósticos y estudios médicos a los que hallan lugar, para determinar si los competentes de la vacuna, son causantes del deterioro de salud de todas las menores.

Por su parte de la Procuraduría General también se ha pronunciado frente a este tema y ha solicitado al ministerio un informe sobre el lote de las vacunas utilizadas para inmunizar a las menores de Carmen de Bolívar y otras regiones del país, ya que el Instituto Nacional de Salud habría indicado irregularidades en los protocolos del biológico gardasil, nombre médico otorgado a la vacuna contra el VPH.

A pesar de estas sentencias a favor de las afectadas, para María Paula el daño ya esta hecho. Esta joven patinadora, hoy se moviliza en una silla de ruedas, va a sus terapias físicas y a las clases en su colegio en ella. Para ir al baño, para bajar o subir las escaleras de su casa es una odisea, tiene que ser ayudada por su mamá o su papá. Hoy sufre como nunca antes, el tener que viajar en Transmilenio o en el SITP para ir a sus controles médicos, ya que su EPS no le ha brindado un modo de transporte cómodo en el que pueda asistir a la IPS.

María Paula, vio la disciplina del patinaje como una pasión, como una oportunidad de lograr sus sueños. Sus patines se encuentran desarmados, dice que los desarmó, por que no era fácil para ella verlos y hacerse la idea que quizás no podrá volver a usarlos.

La subcampeona de patinaje de la Maratón de Nueva York, hoy debería estar en la categoría juvenil, y con total seguridad estaría consiguiendo más triunfos y abriendo nuevas puertas para convertirse en una de las mejores de la disciplina en el país. Llegando de orgullo a su familia, a sus docentes y entrenadores. 

Twitter. @SergioGranda

Maria Paua Salamanca Patinadora

María Paula, vio la disciplina del patinaje como una pasión, como una oportunidad de lograr sus sueños.



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