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Jonathan SilvaPor: Jonathan Silva

Cada vez que hay una elección en algún país muchos se preguntan: ¿a dónde irán esos votos evangélicos-cristianos? Pues ya la palabra evangélicos ha resonado mucho en los últimos años por temas políticos o marchas a favor o en contra de algo. Todos los relacionan como un solo bloque, se preguntan: ¿Qué apoyan? y que su voto es definitivo para colocar a alguien en la casa blanca o la de Nariño o cualquier otra. Que son pastores que piden el diezmo para luego comprar casas lujosas. Yo inmediatamente escucho esto, simplemente lo rechazo. Ellos no me representan de ninguna manera.

Me pregunto ¡¿Cómo?! La palabra “evangélico” llegó a significar lo que significa en el mundo moderno. La palabra evangelio era usada originalmente hace unos 2000 años por los romanos, es una palabra griega (euanghelion), adjetivo sustantivo que significa “buena nueva” buena noticia”. Así que los romanos, el imperio romano, los Césares, los emperadores, conquistaban todo a su paso, todo desde Inglaterra hasta India. Todo eso en algún momento fue gobernado por el imperio romano. Cuando los romanos entraban en un área decían: sométanse al César, el César es el señor.

Si tú decías “de ninguna manera lárguense”, te aplastarían. Existen historias de romanos crucificando a 2000 personas al tiempo, simplemente destruían aldeas completas. Ahora si no te resistías, -porque resistirse era inútil-, si no lo hacías te unías a ellos, te convertirás en parte del imperio romano, y te cobrarían impuestos, toneladas de impuestos, (IVA del 19%) los cuales serían para financiar su ejército, para hacerlo más grande y poderoso, para poder conquistar más tierra. Así que cuando ellos iban diciendo por ahí, traemos paz para al mundo, sí… era una paz donde matarían a cualquiera que tuviera un problema con ellos o se resistiera.

La paz dependía de en qué lado de la espada estuvieras. Cada vez que los romanos tenían una gran victoria en la concordia de una nueva tierra, emitían un anuncio de “buenas noticias” (evangelio), un anuncio evangélico, de cómo una vez más lograron la concordia con la gente y los hicieron sus esclavos, sus sirvientes, sus ciudadanos, como quieras llamarlo. Así que por esa misma época, cuando este imperio oprimía pueblos, nació un pequeño movimiento; era un grupo de gente que creía que su líder, Jesús, había resucitado y ellos creían que esta era una buena noticia y que la muerte no tenía la última palabra.

Una nueva clase de movimiento había surgido. Los cristianos creían que las buenas noticias no se llevaban a través de la violencia militar coercitiva, no era a través de aplastar a tus enemigos, sino a través del amor. Así que fueron innovadores y tomaron la publicidad militar romana que decía “El César es el señor” y decían entre ellos “Jesucristo es el Señor”.

Tomaron esta idea de las buenas noticias, y dijeron no son buenas noticias cuando destruyes a tus enemigos. Buenas noticias es cuando amas a tus enemigos y cuando estás al lado de la viuda, del inmigrante, del pobre, del extraño y del excluido. Este movimiento insistía en que había que crear un mejor mundo, un mundo no a través de la condenación, el distanciamiento, el ostracismo o el aplastar a tu enemigo, sino definitivamente a través de amar a tu enemigo y siendo solidario con todo aquel que haya sido pateado por el imperio. Este movimiento tiene su propio tipo de poder, pero es un poder que viene a través del amor como el de su líder, que murió en una cruz.

Al anunciar las buenas noticias (evangelio) ellos esencialmente estaban diciendo: ¿Quién crees que es el señor? ¿Quién crees que está haciendo un mundo mejor? ¿César o Jesús?, así que la idea de que 2000 años después se refiera a un grupo muy estrecho de votantes, con un par de políticas muy estrechas, está tan alejando de donde empezamos, ¡es incomprensible!, y lo que yo propongo es que recuperemos la palabra Evangélico y cristiano. Evangélico significa portador de buenas noticias, y son buenas noticias para todo aquel que no encaja.

Son buenas noticias para todo aquel que tiene hambre, necesidad, para el que tiene sed, para el que necesita un hogar, para el que necesita una mano que lo levante del suelo, y le sacuda el polvo para que pueda tener valor y dignidad, para el que le falló a su familia, para el que puso el dinero por encima de la felicidad. ¿Te das cuenta como la palabra evangélico ha sido distorsionada? Pienso que hay que recuperar esta palabra como el jubiloso anuncio, de que la muerte, la opresión y la violencia no tienen la última palabra. Si no son buenas noticias para todo el mundo entonces no son buenas noticias para nadie.

Y para muchos esta palabra ha llegado a significar, “anti-gay”, “anti-ciencia”, “anti-inmigrante” y está tan alejado de su significado original, del amor de Dios para todo el mundo que haya sentido la bota del imperio en su cuello. La palabra ha sido distorsionada, y necesitamos recuperarla. ¡Soy evangélico! y como dijo el apóstol Pablo “Porque no me avergüenzo del evangelio de Cristo; porque es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. Y como dijo Martin Luther King (pastor evangélico protestante) “Ésta es nuestra esperanza. Ésta es la fe con la que yo vuelvo al Sur. Con esta fe seremos capaces de cortar de la montaña de desesperación una piedra de esperanza. Con esta fe seremos capaces de transformar las chirriantes disonancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a la cárcel juntos, de ponernos de pie juntos por la libertad, sabiendo que un día seremos libres.”

Twitter. @silvajonathan01

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