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sebastian zapataPor: Sebastián Zapata Callejas

Se avecinan las elecciones regionales del 27 de octubre y con esto se van mostrando las cartas fuertes para ocupar los cargos de ediles, concejales, diputados, alcaldes y gobernadores que fungirán en sus cargos los próximos 4 años. Como es de esperarse hay candidatos para todos los gustos, y unos que claramente le convienen en mayor o en menor medida a sus territorios.

Un caso especial es el de la Alcaldía de Bogotá, ya que es el segundo cargo más importante del país. En esta alcaldía, sin lugar a duda, una de las candidaturas más visibles es la de Claudia López, quien está avalada por el Partido Alianza Verde y el Polo Democrático Alternativo (PDA).

Claudia tiene muchas virtudes que no se deben descalificar, ha recibido distintos galardones académicos, ha resaltado algunas valerosas luchas que ha emprendido, como la que dio contra la parapolítica; pero es bueno considerar si ella es una buena opción para la Alcaldía. Y hay algunos indicios que indican lo contrario, debido a que su comportamiento no ha sido el indicado.

Para mediados del año anterior en la Corte Suprema de Justicia se registraban más de 2 docenas de anotaciones contra López, en donde casi todas estaban relacionadas con la injuria y la calumnia. Es de resaltar que ya han sido varias las ocasiones en que la candidata ha tenido que retractarse por los señalamientos hechos a funcionarios y ex funcionarios.

Así mismo, ha sido recurrente el silencio o la defensa de Claudia frente personajes de su partido investigados por diversos asuntos. Por ejemplo, cabe recordar los señalamientos y acusaciones por parte de la opinión pública y de entes gubernamentales contra personas con las que ha tenido relación o cercanía la candidata, caso el representante Fredy León Muñoz, el gobernador Camilo Romero, el alcalde Leonardo Puentes y el ex candidato al Concejo Sergio David Torres.

Por otro lado, otro cuestionamiento que se le puede hacer a Claudia López es la actitud que parece tener de instrumentalizar las necesidades ciudadanas. Esto porque para algunos existió una segunda intención cuando ella lideró la “consulta anticorrupción”.

Segunda intención que se materializó en que tal consulta, más allá de haber atendido a las quejas ciudadanas, fue utilizada como un trampolín por parte de la candidata para mantenerse en vigencia de cara a los comicios del próximo 27 de octubre. No es de más señalar que la consulta no tenía argumentos de fondo gracias a su naturaleza repetitiva de la normatividad vigente.

Las declaraciones en favor del ex gobernador de Antioquia desencadenaron en una pelea con Gustavo Petro, con el cual parece tener una ciberguerra vía Twitter, olvidando que los bogotanos necesitan más propuestas y menos polarización.

Es de resaltar que tal actitud beligerante contra Petro muestra, por un lado, lo voluble que puede ser la candidata frente a ciertos hechos y personas. Hay que recordar cómo ha sido la actitud de López hacia Enrique Peñalosa, el mismo Gustavo Petro, Juan Manuel Santos, el Metro de Bogotá, el proceso de paz contra las Farc, entre otros. Por todo esto, muchos ven en Claudia López una persona que un día dice una cosa, pero al día siguiente otra.

Por otro lado, la beligerancia de la ex senadora deja al descubierto su tendencia al revanchismo y sectarismo. Aún está latente el episodio en que llamó pusilánime a un competidor suyo por la alcaldía de Bogotá.

Otro punto negativo para la candidata es su escasa capacidad de gerencia pública, esto debido a que no le fue muy bien en la ocasión que fungió como ordenadora del gasto para la época del primer mandato de Peñalosa, y, asimismo, porque algunas de sus propuestas para ser mandataria de la capital son bastante utópicas. Un ejemplo es la promesa de realizar las líneas de metro al occidente de la ciudad, algo que presupuestalmente es irrealizable.

En resumidas cuentas, son bastantes las razones por las que Claudia no le conviene a Bogotá. Por ello se debe tener presente que, de llegar a ella a ser alcaldesa, podrían ser más los desaciertos y retrocesos en la toma de decisiones que los aciertos que se tendrían en los años venideros.

@sebastianzc

 

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