La crisis sanitaria mundial ha traído consigo cambios radicales frente a los cuales cada ciudadano ha tenido que irse acomodando. Todo ha sido tan repentino que no nos ha dado lugar a prepararnos ni física ni emocionalmente; hemos tenido que irnos adaptando al paso del virus, es como si este tuviera el mando de todo el orden mundial en tanto ha llegado a afectar aspectos propios del diario vivir de toda una sociedad. A pesar de ello, es preciso mencionar que los efectos reales de la pandemia aún no se han identificado del todo – hasta ahora lo estamos aprendiendo a conocer-.
En ese sentido, es insoslayable preguntarnos ¿qué será de nosotros y nuestras ciudades cuando de manera paulatina comencemos a retomar nuestra vida? Pues bien, hemos visto cómo hasta la ciudad, aquella que se supone provee bienestar y seguridad a sus habitantes, tampoco estaba preparada para tal situación. Ni las ciudades más avanzadas lo estaban, de por sí, el modelo de ciudad venia fracasando y la crisis sanitaria lo resaltó con mayor fuerza. Puede ser entonces que la ciudad como la conocemos actualmente se deba preparar para un cambio aún mayor, porque seguramente el miedo al contacto social será una característica clave al momento de la transición.
Por tanto, me atrevo a pensar que la ciudad como la conocemos tendrá tendencia al cambio; por ejemplo, uno de los componentes que deberá adaptarse será el transporte público. Uno pensaría que los metros en todo el mundo ya no deberían permitir aglomeraciones de gente, la forma en la que deban acomodarse las personas dentro del mismo tendrá que evitar la cercanía con el otro y ayudar al distanciamiento social, mayor ventilación y priorizar realmente a determinados grupos poblacionales, entre otros aspectos (eso si queremos evitar nuevos contagios teniendo en cuenta que posiblemente la crisis dure aproximadamente dos años).
La economía tendrá que recuperarse, pero para que ello suceda seguramente tendrá que pasar un largo tiempo, ya que la situación de quienes mueven la economía ha sido lastimada por la crisis, y si estas (los ciudadanos promedio) no tienen cómo demandar, difícilmente las economías nacionales podrán transitar hacía su óptimo desarrollo. Además de ello, seguramente mucha gente entendió que en realidad no se necesita tanto para poder vivir y sobrevivir, lo que incidirá de alguna manera en la recuperación económica mundial. Asimismo, la forma de laborar puede llegar a cambiar, dado que hemos podido comprobar que hay varias labores que pueden desarrollarse a través del teletrabajo. – tal vez sea hora de innovar en las formas de trabajo -. De esta forma, todos estos aspectos, entre otros, incidirán en la forma de vivir la economía nacional y mundial.
Por otro lado, es importante mencionar que las nuevas ciudades (si se logran transformar) deben prestar especial atención al cuidado ambiental -hemos visto como la calidad del aire ha mejorado, y en general, la fauna y flora han retomado su cauce y libertad- entonces es momento de recapacitar y actuar, ya que nos hemos dado cuenta de que es posible vivir en armonía con la naturaleza. ¿Podrán las ciudades post-pandemia actuar en pro de ello? Además, en este punto cabe mencionar que la bicicleta está cobrando importancia en la forma de vivir la ciudad, y que por tanto debe aprovecharse y conservarse en el marco de la etapa post-aislamiento.
Finalmente, las instituciones públicas y, en general, los gobiernos tendrán que estar preparados de ahora en adelante para cualquier contingencia de esta magnitud. Además de todo (para el caso colombiano y otros), entender de una vez y por toda la necesidad de hacer presencia en cada rincón del país; adicional a ello debe transformar la forma de relacionarse y entablar comunicación con sus ciudadanos, ya vimos que la virtualidad y la innovación tecnológica son necesarias en el desarrollo de un Estado, no sólo en épocas de crisis, sino también en el día a día de la “cotidianidad”.
Habrá otros aspectos por transformar, pero por el momento, esos son los que considero importantes tener en cuenta en un posible escenario en el que el distanciamiento social sea “la ley”.
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