“No se rinde el que nació donde por todo hay que luchar”
ChocQuibTown
La vida me pasó por delante. Es una frase que usan quienes han vivido experiencias extremas. Ya sea quien estuvo en peligro de muerte o quien experimentó una alegría desbordada, exultante, acaso por la obtención de un logro casi imposible o algo por el estilo.
Y aunque no pasé por nada parecido estos días, mis pensamientos tomaron ese rumbo, el de dar un repaso por momentos de la vida, por la niñez, por la adolescencia, por los sueños, por los logros, por las dificultades.
No sé si puedo llamarlo conclusión, pero al menos me quedó una sensación de que la locuaz Vicepresidenta de Colombia no tenía razón en llamarnos atenidos a los ciudadanos de este país.
Dicho de una persona que gusta vivir a costa de los demás. Es la definición de la palabra que usó y que no importa cuántas correcciones haga, demuestra el concepto que tiene este gobierno de sus compatriotas.
Entonces se pregunta uno hasta qué grado nuestros gobernantes viven en una constante contradicción, cuando venimos de años de ser dirigidos por gobiernos que promueven el capitalismo feroz y el neoliberalismo como bandera, dejando a los ciudadanos solos a su suerte a que sobrevivan con la ley del más fuerte, flexibilizando y promoviendo que las arcas de quienes más tienen sigan llenándose a costa de sumir en la miseria a gran parte de sus habitantes; al mismo tiempo que expresan que los ciudadanos son unos atenidos.
No sé a quienes se refería, pero Colombia es un país en el que a nadie se le regala nada, casi que ni se le presta nada. Esta sociedad del “sálvese quien pueda” está lejos de ser una sociedad amiga del emprendedor, del empresario. Habría que preguntarle al que ha hecho carrera con una empresa en Colombia a ver si es que ha sido fácil, si es que tuvo el camino expedito para llenarse los bolsillos de plata, como hace pensar nuestra clase dirigente que pasa en este país.
No Vicepresidenta, Colombia no es el país de las oportunidades, no es el país de la felicidad ni el país en el que la gente del común está esperando en su casa a que el gobierno le dé de comer. No se equivoque, qué país cree que “dirige”. ¿No se han cansado de criticar y atacar el modelo de Venezuela? ¿No aprovecha cada cosa que pasa en ese país para atacar sus formas y decir que tiene un gobierno criminal que desconoce las necesidades de su gente?
¿Acaso qué cree que es lo que tenemos con dirigentes como usted? Cree que nos sentimos representados por una funcionaria que nos considera unos atenidos mientras nos manda a trabajar y a producir a los más necesitados en medio de la emergencia sanitaria más importante de la historia reciente, para que las empresas suyas y de su familia sigan facturando, no va y sea se les descuadre la caja.
¿Nos podría informar a cuánta gente sostiene y mantiene el gobierno nacional? Cuántos se han podido quedar en sus casas tranquilos, buscando cómo pasar el tiempo libre para no aburrirse, con la nevera llena y sus gastos suplidos de manos del gobierno. Cuántos empresarios tienen la certeza de que sus años invertidos en sacar adelante una empresa, con lo difícil que eso es, están en la casa descansando plácidamente porque el gobierno va a suplirlos en esta emergencia.
Muy por el contrario de lo que piensa este gobierno de la gente, el colombiano se ha tenido que luchar cada centímetro que ha logrado obtener en cualquiera que sea su actividad. Nuestros deportistas logran lo suyo por el esfuerzo y el trabajo propios, no por subsidios del gobierno, nuestros empresarios hacen esfuerzos extremos por mantener sus negocios a flote, nuestros jóvenes se endeudan para poder sacar una carrera adelante, nuestra gente es gallarda, fuerte, trabajadora, soñadora y se levanta todos los días a luchar por los suyos y por lo suyo, sin esperar negligentemente, como dice la sra. Vicepresidenta Martha Lucía, a que otros se hagan cargo de lo suyo.
Se ha tenido uno que acostumbrar a la ineptitud de nuestros dirigentes, con rabia y sorpresa se encuentra uno con perlas como la de la Vice, pero también otras como la del Super Financiero que en plena emergencia sale a recomendarle a las entidades bancarias que extremen mediadas para que solo presten plata a quien de verdad puede pagar. Escucha uno decir a dirigentes que todos tienes que entender que este es un país pobre y que por eso no pueden ayudar a la gente.
Ve uno al honorable Congreso de la república tranzado en unas discusiones insulsas en esas precarias sesiones virtuales que lo máximo que han producido es pena ajena. Ve uno todas las tardes al presidente y sus ministros hablar y hablar de cifras y medidas que no llegan al ciudadano, que no se conectan con la realidad del país y que ya nadie ve.
La ciudadanía verdadera, el emprendedor, el empresario, el trabajador del sector salud, el campesino, el empleado, el estudiante, el colombiano, se levanta en plena emergencia y ve que nuestros gobernantes le han dado la espalda. Ve que la única ayuda que va a obtener es su propia fuerza y resiliencia, ve que la única mano extendida será la suya y la de su familia.
Y por eso reacciones como la de los trabajadores del hospital Saint Peter, en Bruselas, quienes recibieron a la Primera Ministra de ese país de espaldas, es el fiel reflejo y nos identifica a la mayoría de ciudadanos que sentimos una profunda desconexión y abandono de parte de los dirigentes justo cuando más necesitados estamos.
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