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Una mamá desesperada publica en Facebook la foto de su pequeña hija, que ha sido víctima de una extraña enfermedad, y pide que la compartan y comenten “Amén” para recibir la buena energía y las oraciones de las personas. Al momento, la foto empieza a recibir likes de manera asombrosa, así como miles de comentarios con la mentada palabra. Una semana después la imagen ya lleva  casi 500.000 likes, ha sido compartida 70.000 veces y comentada en más de 200.000 ocasiones.  

A mí me causa ciertas sospechas que la mamá tenga nombre y apariencia de latina mientras que la niña tiene pinta de gringa o, como lo dirían en otras latitudes, de caucásica. Así que entro al perfil de la mujer y empiezo a seguirla para recibir todas sus actualizaciones. Pronto me empiezan a llegar también fotos de santos, de animales abandonados, de mujeres desnudas, de peleas callejeras, de accidentes y de mil cosas más, todas acompañadas de frases parecidas que invitan a los usuarios a compartir y dar like so pena de recibir una maldición o ser acusado de no tener corazón.

La mujer de la foto no es una madre desesperada, sólo es un perfil creado con el fin de conseguir el mayor número de seguidores para ganar dinero. Y le funciona ya que la sangre, el sexo y la religión son viejas fórmulas que nunca fallan a la hora de llamar la atención.

En Facebook hay muchas fan pages que se dedican a compartir contenido útil, interesante o divertido, pero también hay gente inescrupulosa que explota la buena voluntad de las personas para ganarse unos pesos, gente a la que no le importa hacer falsas denuncias de violadores o poner fotos que ofenden la dignidad de sus protagonistas, siempre que sus espectadores compartan la imagen y le den like. En el caso particular de esta mujer, veo que sin ningún reparo puede pasar de ser una madre abnegada o una creyente fanática a una prostituta que manda fotos privadas a quienes den like a sus fotos públicas. Conoce los horarios de mayor tráfico y los aprovecha para inundar de imágenes su página, sabe cuándo poner fotos de Jesucristo y cuándo de niños enfermos, domina el mercado, es una experta en sacarle plata al morbo.

Si usted ha visto algunas de las miles de fotos de este tipo que circulan a diario por las redes, seguramente se habrá sentido impactado por la crudeza de las imágenes. No se sienta culpable, todos hemos caído en el juego alguna vez, pero si me lo permite, le voy a dar algunos tips para que no le vuelva a pasar.

  • Si usted es creyente, tenga por seguro que no se va a ganar el cielo por compartir una foto de un santo ni se va a ir al infierno por no hacerlo. La majestad de Dios no se mide en likes de Facebook y su potestad no depende del buen corazón de los usuarios de internet, que son minoría en el mundo.

Jesús revisando el número de likes.

  • Ningún departamento de responsabilidad social de una empresa decente va a encargarle una campaña para salvar la vida de un niño con cáncer a un usuario de Facebook. Si una empresa fuera lo suficientemente mezquina para cambiar likes por vidas, usaría su propia página y no la de un desconocido.  Recuerde que en este mundo la caridad no es gratis, detrás de las donaciones de las multinacionales hay rebajas significativas de impuestos por lo que sería bastante tonto usar a un tercero.  Ni Facebook, ni Microsoft, ni Apple van a donar un dólar por cada like que tenga esa foto del niño africano, así que no pierda su tiempo y busque maneras más efectivas de ayudar. Opciones hay muchas. Y de paso, le recomiendo que no se vaya tan lejos, aquí mismo en Colombia, en su ciudad, en su barrio, hay muchas maneras de ayudar al prójimo.
  • Aprenda a dudar. En la vida real vivimos de apariencias, en Facebook la cosa es peor: generalmente las imágenes que vemos allí son copiadas de otras páginas de internet y alteradas con mensajes cursis y peticiones desesperadas que suelen ser falsas.
  • En caso de que, en efecto, detrás de esa foto haya un drama humano de telenovela, seguramente los protagonistas de ese drama necesitarán ayudas efectivas, como apoyo económico, acompañamiento psicológico o tratamientos médicos… ninguna de esas tres cosas se pagan con likes. Sea pragmático y generoso y no crea que por compartir estas imágenes está siendo un mejor ser humano.

Twitter: @andresburgosb

 

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