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Así que Venezuela representa ahora a Latinoamérica en el consejo de seguridad de las Naciones Unidas? Por lo menos así lo hacen ver algunos medios. El hecho de que Venezuela haya logrado un voto casi unánime para pertenecer al consejo de seguridad demuestra las contradicciones de los organismos internacionales. Un país donde las libertades democráticas se esfuman poco a poco y donde los derechos humanos significan poco para el estado; un país que se ha alineado directamente con los enemigos de la democracia y con estados que representan un riesgo para la seguridad mundial. Un país que ha protegido los grupos terroristas colombianos y que ha sido una fuente de tensiones e inestabilidad para la región y para su propio pueblo, está ahora en el único organismo que tiene a su cargo la defensa de la seguridad, soberanía y paz mundial.

Se puede decir que lo que ocurrió es “consecuencia” de la democracia. Venezuela fue elegida a través del voto de todos los estados miembros. En muchas naciones del mundo, los líderes elegidos a través de un proceso democrático terminan convirtiéndose en algo contrario a los principios del sistema político que los eligió y terminan violando los valores y principios democráticos que prometieron defender, para la muestra Venezuela. Se podría decir que La ONU con sus procedimientos democráticos, su garantía de una nación/un voto puede llegar a permitir que este tipo de elecciones que a los ojos del mundo son difíciles de comprender, sean posibles y sean legitimas. Ahora, deberían existir políticas en una organización como la ONU, que defiende y promueve los derechos humanos, la libertad y la justicia en el mundo, para evitar que naciones que claramente quebrantan esos principios tengan la posibilidad de postularse a este tipo de organismos.

La realidad es que la ONU es tan compleja como el planeta y sus pueblos. El consejo de seguridad ha sido cuestionado y reformas a su constitución, operación y funcionamiento se han planteado ya por varios años. La realidad es que los países que tienen el poder dentro del consejo son los cinco miembros permanentes con poder de veto, el resto son simplemente legitimadores de las decisiones que ellos tomen. La participación temporal pues en el consejo no es más que un honor diplomático, que de hecho puede convertirse en un problema para miembros en la situación de Venezuela ya que el hecho de pertenecer al consejo de seguridad también garantiza un mayo escrutinio y atención del mundo a lo que el régimen venezolano haga en su país. Muchos cuestionamientos al régimen Chino o Ruso, e incluso a las acciones norteamericanas han salido de sus propuestas y acciones en el consejo de seguridad.

Lo que se debe aclarar es que esto es un “honor” para Venezuela, y en el consejo de seguridad el estado Venezolano actuará de acuerdo a sus políticas, ideologías e intereses, no los de Latinoamérica. La región NO está representada por Venezuela en el consejo de seguridad, primero porque Venezuela no representa a las democracias de América Latina y segundo porque el consejo de seguridad no es un foro de representación regional. Cada estado miembro del consejo actúa de acuerdo a sus intereses, sus aliados y de acuerdo a las presiones que esté o no esté dispuesto a aceptar de los miembros permanentes. Latinoamérica no puede sentirse representada por Venezuela, al igual que Europa no se siente representada por Francia, Inglaterra o Rusia, ni el Asia por la China, ni Norteamérica por los Estados Unidos.

Es una lástima que una nación que parece retroceder en los ideales que promulga la ONU esté ahora en una posición de poder dentro del organismo, pero ese es un asunto de los venezolanos. Latinoamérica no está ni se siente representada por Venezuela.

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