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Sentimos tristeza al ver las imágenes de la policía española, tratando de impedir que el pueblo catalán votara el domingo primero de octubre. Las fuerzas de seguridad españolas estaban tratado de impedir el derecho más sagrado que juraron proteger: el derecho a la libre expresión de la voluntad popular a través del voto

De igual manera la policía estaba cumpliendo su deber. Un tribunal, el tribunal supremo de la democracia española, había declarado el referendo ilegal, lo que en términos prácticos quiso decir que el pueblo catalán no podía emitir su voto en un proceso democrático que no tenía validez y que estaba quebrantando las leyes y la constitución de España

Este contraste solo se ha visto en dictaduras tratando de impedir el nacimiento de la democracia, pero España es una nación democrática, civilizada y basada en la legalidad. La situación de España es una donde un grupo de líderes catalanes, que representan menos de la mitad de la sociedad catalana, han decidido de manera unilateral y arbitraria que la independencia de Cataluña es un hecho, El referendo era solo una cortina de humo para darle legitimidad a una decisión ya tomada. De hecho, era clara la respuesta que el gobierno español iba a dar frente a tal atropello, y esa respuesta es a lo que Los lideres independentista le apostaron, para genera sentimientos nacionalistas y mostrar al gobierno español como el malo de la película, el que se opuso a la democracia y oprimió la voluntad popular de los catalanes, cuando el delito ya se había cometido al decidir unilateralmente y en contra de la ley, la independencia de Cataluña.

La solución a esta crisis debe incluir lo siguiente: sanciones legales y judiciales contra aquellos líderes catalanes que violaron la constitución y las leyes. Sanciones legales contra aquellos miembros de la fuerza pública que se excedieron en el cumplimiento de su deber, y lo más importante, llegar a una formula con la que el pueblo catalán tenga el derecho de expresarse sobre este asunto de manera clara, conforme a la ley y con expectativas y objetivos claros y realistas. El gobierno español debe ofrecer alternativas de autonomía y soluciones a las razones por las cuales una buena parte de los catalanes piensan que están mejor solos que dentro de España. En una consulta de esa naturaleza el 100% de la población debe expresarse, el voto debería ser obligatorio debido a la trascendencia de las decisiones a tomar, y finalmente, lo más difícil, la confianza y la unidad nacional deben restablecerse entre los catalanes y sus compatriotas españoles. El daño más duradero de este triste episodio fue el resquebrajamiento de la unidad nacional, sino geopolíticamente, si en la conciencia colectiva del pueblo Español, y sobretodo, del pueblo catalán

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