Las enfermedades cardiovasculares son la mayor causa de muertes en Colombia y en el mundo. La Organización Mundial de la Salud, OMS, calcula que cada año más de 17,5 millones de personas mueren por esta razón y el DANE, para Colombia, señala que 16.076 muertes obedecen a cuadros de ataques al corazón, entre otras enfermedades cardíacas. Lo que significaría que en el país cada hora aproximadamente mueren dos colombianos por infartos.
Los infartos también son conocidos como ataques al corazón o ataques cardíacos que pueden darse en cualquier momento del día: durante el descanso o sueño, después de la actividad física, después de experimentar emociones fuertes, en periodos de estrés, entre otros. Se caracteriza porque, aunque el corazón se encuentre latiendo, el flujo sanguíneo se bloquea y puede generar una parada cardiaca llevando a la muerte.
La OMS, al respecto, ha señalado la importancia de que la comunidad se capacite en maniobras básicas de reanimación que permitan de manera sencilla, efectiva y económica lograr mejores resultados en la supervivencia tras presenciar un ataque al corazón. De hecho, tiene la meta conocida como 25/25 para reducir en 25 % la mortalidad por infartos para el 2025 en el mundo. Pero, ¿qué tan comprometida se encuentra Colombia con esta causa?
El país ha mostrado algunas intenciones. En 2017 representantes del sector salud firmaron un pacto para que la población sufra menos infartos. Se hizo énfasis en trabajar la prevención primaria y secundaria, pero se dejó de lado la educación, la capacitación. Hoy en Colombia existe la ley 1831 para regular el uso del desfibrilador externo (DEA) en transportes de asistencia y lugares de alta afluencia de público, pero ¿quién entrena a la comunidad para su uso? O para ser más concretos: ¿quién transmite el aprendizaje a la comunidad para realizar maniobras básicas de reanimación en caso de presenciar un ataque cardiaco mientras llega el equipo entrenado para usar el DEA?
En España, donde la Sociedad Española de Cardiología (SEC) estima una parada cardiaca cada 20 minutos, se creó el Subgrupo de Escuelas, del Grupo de Trabajo de Reanimación Cardiopulmonar (RCP), con el objetivo de contribuir para incorporar el aprendizaje de la RCP en el currículo de todos los escolares del territorio español. Es decir, garantizar “la enseñanza obligatoria” en las escuelas en la técnica RCP. Inclusive, el grupo parlamentario hizo extensible el llamado a la capacitación a empleados de administraciones públicas, empresas y universidades: «también pedimos que todas las administraciones públicas tengan un curso de RCP y también que haya un convenio con las empresas y las universidades para que todas las personas de este país puedan tener acceso a esta formación».
Las escuelas, colegios y universidades deben ser la puerta de entrada para las secretarías departamentales y municipales de salud bajo la supervisión de los ministerios de salud y educación para garantizar desde las edades escolares las técnicas de RCP»
Esto, en concordancia con el “Día Europeo de la RCP” que se celebra cada 16 de octubre y en donde otros países como Dinamarca, Francia y Portugal disponen de legislación que ampara estos programas de formación.
La educación ante un problema de salud pública no debe ser una opción, por el contrario, debe ser una obligación. Para Colombia, la educación el trabajo en iniciativas para incentivar, ayudar y diseminar el conocimiento de la RCP debe ser un elemento a incluir en la promoción y prevención. Las escuelas, colegios y universidades deben ser la puerta de entrada para las secretarías departamentales y municipales de salud bajo la supervisión de los ministerios de salud y educación para garantizar desde las edades escolares las técnicas de RCP tomando como ejemplo a España quienes consideran suficiente 2 horas de difusión del tema por año.
Por el momento, ha sido un asunto y esfuerzo de las universidades. En Bogotá, por ejemplo, el Politécnico Internacional, sede principal ha tomado la iniciativa de abrir a estudiantes, docentes y a la comunidad en general un taller de primeros auxilios el próximo 26 de junio con el apoyo de la Fundación de Enfermeros Militares que puede salvar vidas en los momentos de mayor urgencia. Los asistentes aprenderán sobre maniobras de reanimación, signos vitales, heridas leves, entre otros.
La tarea del Estado en un tema de interés nacional es considerar este tipo de propuestas educativas y unir esfuerzos con la academia para empoderar a la comunidad por medio del conocimiento.
“Acciones simples pueden ayudar a sobrevivir a un paro cardíaco. Cualquiera puede aprender estas acciones, incluso los jóvenes. Un paro cardíaco puede ocurrir en cualquier lugar en cualquier momento, pero una persona educada en técnicas básicas puede salvar la vida de un miembro de la familia, un amigo o alguien con quien se encuentre, simplemente verificando, llamando y comprimiendo.” Thomas Zeltner, ex secretario de salud de Suiza.
Información taller de primeros auxilios Politécnico Internacional: 4005700 Ext. 124
Por: Alexánder Tique Aguilar
En Twitter: @AlexanderTiqueA
Creo que es importante la educación para la prevención de emergencias desde la básica primaria. Aunque muchos le quieran asumir esa responsabilidad solamente a los técnicos y profesionales de la salud, son momentos en los que un mínimo de conocimiento puede salvar la vida. Es interesante el debate que se pueda abrir, pienso que así cómo se obligan en las cátedras muchas materias sin un ápice de lógica se debería impulsar este tipo de conocimiento.
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