“No me pueden limitar mi derecho a ir a la peluquería». «Quiero jugar golf». «Prefiero la libertad, aunque muera”. Son algunos de los mensajes que muestran los carteles de quienes protestan aquí en Estados Unidos por el cierre de la economía, debido a las medidas de emergencia por el covid-19. El mundo los mira con horror. Este país ya tiene el mayor número de casos de coronavirus y mucha gente no acata las medidas de aislamiento y sale a protestar, arriesgándose al contagio y a contagiar a los demás. Pero incluso algunos los gobernadores ya están abriendo lugares públicos para que gente irresponsable abarrote las playas haciendo caso omiso al aislamiento social. ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Por qué el país más rico del mundo, con tanta tecnología y una supuesta educación de avanzada, reacciona de esta manera ante unas medidas de salud pública que han recomendado los científicos en el mundo entero?
Que uno prefiera ir al salón de belleza antes que prevenir una enfermedad mortal, a mí, por lo menos, no me cabe en la cabeza. Lo que no saben muchos es que la razón que justifica estas protestas se debe a que las medidas de permanecer aislados y de cerrar el comercio son consideradas por algunos completamente draconianas y coartadoras de la libertad.
Resulta que todos estos argumentos se basan en los conceptos de libertad y derechos civiles protegidos celosamente en la constitución de Estados Unidos y que se proclaman con orgullo. Los que han sido causantes de tantos debates a través de la historia. Se trata de la misma “libertad” que en el pasado absurdamente protegía la esclavitud o la que no permitía el voto para la gente de raza negra, ni de la mujer, pero que ahora sirve para proclamar, de acuerdo con algunos, que los gobernantes al tomar medidas para proteger a los ciudadanos pueden estar violando la constitución.
No hay duda de que los derechos fundamentales se deben defender y es lógico que los expertos en leyes quieran proteger a la gente ante el autoritarismo y los precedentes que pudieran causar medidas impuestas por gobernadores o alcaldes que quisieran imponerse arbitrariamente después de la pandemia. Es verdad que estas generaciones no habíamos vivido crisis iguales y especialmente los estadounidenses poco conocen de situaciones de crisis o privaciones. Es un acto de equilibrio opinan algunos. Proteger la salud pública, mientras se protegen los derechos constitucionales.
“Aquellos que renunciarían a la seguridad esencial, para comprar un poco de libertad temporal, no merecen ni la libertad ni la seguridad», escribió recientemente Volokh, un profesor constitucional libertario. Pero para mí es ilógico que en aras de esa libertad se ponga en riesgo la vida de los demás y la propia. Quizás seguirnos con GPS como en Corea del Sur para saber los contactos que tiene cada enfermo, sea imposible aquí y demasiado invasivo. Pero lo que parecen no comprender los que no acatan las órdenes y esgrimen sus argumentos llamados libertarios, es que en este caso la salud pública debe prevalecer ante ciertas libertades. Los ciudadanos las deben acatar por el bien de su salud y la de los demás.
La disciplina que impone el aislamiento la ha aceptado y hasta pedido con urgencia los mismos ciudadanos en países como Italia y España. Las medidas estrictas han probado resultados. En Colombia también lo han manejado con increíble obediencia.
Cuando no ha bajado la curva de la enfermedad, ni los indicadores de mortalidad, es un absurdo que los gobernadores estén abriendo los estados en este país. Lo demuestran los indicadores. Pero con un presidente que sugiere que nos inyectemos desinfectante, poco se puede esperar de los gobernadores que lo siguen. Las recomendaciones de epidemiólogos y expertos en salud pública son despreciadas. Los que dicen llamarse provida, lo último que quieren proteger es la vida misma.
Con la noticia de las playas llenas este fin de semana en California, en la revista ‘Semana’ de Colombia en los comentarios la gente opinaba que quizá es porque los americanos se sienten invencibles y superiores, creen que nada les va a pasar. ¿Será ese el problema? ¿Es pura y legitima ignorancia? ¿Por qué si oyen las noticias, sienten que no es con ellos? ¿Es entonces defensa de la libertad o estupidez? Yo lo veo como una falsa interpretación de la libertad y un mal uso de un preciado derecho. Eso sí, casualmente en esas manifestaciones la mayoría reclama con orgullo ser seguidora de Trump. No acatan las órdenes porque se creen libres, porque su país es “grandioso», dicen.
Para uno es triste y miedoso a la vez, la manera como menosprecian al prójimo y como pisotean los derechos de los demás. Yo, por mi parte, prefiero la definición de libertad expresada en la declaración de Derechos Humanos de 1789 en la revolución francesa y que me enseñaron en el colegio en Colombia, que la define como la “Facultad y derecho individual para hacer todo lo que las leyes no prohíben y que no perjudique a los demás”.
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Basta con saber cuál es la celebridad más seguida en redes sociales, la película más vista en el verano, el show de Tv. con más audiencia, la comida y la bebida más vendida y quién es el presidente de esa nación para entender que el tema de la educación de «avanzada» es otro de los mitos que arropa al más alto porcentaje de la población de Estados Unidos; por lo tanto, las evidencias responden a tu pregunta con la segunda palabra con la que titulaste este blog.
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Mas que una opinión, pienso que tu texto es una reflexión importante acerca de nuestras futuras conductas y responsabilidades ante el Planeta.
Algo que Aldo Leopold sintetiza muy bien en ese concepto de ética del Medio Ambiente.
Que tanta responsabilidad por un Mundo mejor dejaremos a la Generación de Relevo.
«Vamos a no lograr la armonía con la tierra, al igual que vamos a lograr la justicia absoluta o la libertad de las personas. En estas aspiraciones más altas, lo importante no es lograr sino a esforzarse.» A.L.
Desde mi casa aporto a la construcción futuro para los que vienen.
Gracias Marce, por este abrazo a la Vida.
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Otra vez acertado tu blog. Definitivamente la estupidez no conoce ni fronteras. Esa soberbia es algo muy peligroso. Errado concepto ese de confundir libertad con el sentido común para salvaguardar la salud de todos.
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Totalmente de acuerdo! Esa forma de ejercer la libertad obedece a una terrible ignorancia, o a fanatismo. Ademas hay que pensar que los derechos de uno terminan donde comienzan los de los demás. La “libertad” irresponsable de uno no puede terminar perjudicando a otro, y si es así debe ser castigada… como manejar borracho.
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Mi humilde opinión , lo veo más como estupidez acompañada de soberbia .
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Eres libre, cuando tus actos no perjudican a los demás.
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