Masilva es un “ladrón de sonidos” de Colombia, un país que, en sus palabras, es “millonario en música y recursos naturales”. Ha viajado por distintos países tomando prestados ritmos y herramientas musicales, y colaborando con gente de todos lados del mundo. No se puede encuadrarle en un género singular, “no soy músico puro de nada”, proclama. Durante nuestra conversación, Camilo Martínez Silva se levantaba muchas veces para cambiar el disco, mostrándome un poco de su colección de vinilos que incluye a Puccini, Fela Kuti, The Rolling Stones y Andrés Landero, entre mucha música tropical colombiana y música indígena latinoamericana. Hablamos de la cumbia ecuatoriana, peruana, la música afro-peruana, la llanera y la de marimba del pacífico sur de Colombia. Lo que le llama la atención son las fronteras- donde la cordillera se encuentra con el Amazonas, donde lo andino se encuentra con el trópico. Él emana un aire así, nacido en Cali aunque se mudó a los EE.UU. cuando era muy joven, antes de trasladarse a Bogotá dónde realmente creció. Camilo ha aprendido beatmaking y cómo manejar software de producción en Londres, donde trabajaba en un estudio pequeño; ha visto el arte de mixing mientras trabajaba con Mad Professor en Perú; y ha grabado sus propias obras en Madrid con un conjunto de artistas senegaleses, cubanos, brasileños y gitanos en su primer disco. Camilo Martínez no nació en una familia musical, ni creció bajo ninguna tradición. No le agradan las canciones de amor, “todas dicen lo mismo”, y valora mucho su independencia musical y profesional, porque “el mayor tesoro es hacer lo que uno quiera”. Se llama a sí mismo “un ladrón de influencias”… “pero hacer arte es eso, todo es válido”, y él es el único componente constante de ‘MASILVA’.
Un resumen de la historia ‘Masilva’:
Camilo pasó un corto periodo de tiempo viviendo en Brockley, en el Sur de Londres, donde trabajaba en un estudio pequeño en Notting Hill. Allá aprendió que muchos ‘manes’ del negocio de la música son unos ‘hijosdeputa’; aprendió cómo manejar, producir y editar música electrónica; y que la gente inglesa en realidad no escuchaba rock. En cambio, escuchó garage, dubstep y drum & bass; descubrió ‘Massive Attack’, ‘Portishead’, ‘Aphex Twin’ y ‘Squarepusher’; y trabajó como mesero, tras una barra, en un pub, empacando en una fábrica, y con consolas de videojuegos.
Mientras vivía en España, tocó y cantó con varios grupos de extranjeros, mezclando influencias, por ejemplo una especie de ska, salsa y tropical. Escribió una lista de temas allá que grabó en su computadora y los produjo junto con un amigo de Sao Paulo, Brasil, en un pequeño estudio casero. Tanto el primero como el segundo disco, presenta una programación de beats rítmicos, sin presencia de bajo ni de batería reales. En la grabación del disco colaboraron españoles, colombianos, senegaleses, cubanos y gitanos. En ese momento no sabía, pero llegaría a ser el primer disco de Masilva.
Camilo se ennovió con una peruana en Madrid y ambos se mudaron a su país nativo para vivir en Lima. Fue allá donde empezó a presentarse con esos temas, y con un grupo de músicos muy distinto. Las canciones con nuevos instrumentos, voces diferentes, bajo y batería en vivo cambiaron con cada reproducción, y añadieron otro nivel a esa fusión de sonidos. Allí, en Perú, grabó el segundo álbum de Masilva, ‘Condor’. El respetado productor e ingeniero de dub, ‘Mad Professor’, remezcló uno de esos temas para agradecer a Camilo por ayudarlo durante su estancia en Perú. Todos son grabados en cinta musical.
El disco más reciente de Masilva, se estrenó en Julio de este año y se grabó aquí en Colombia. Tiene batería y bajo, y la electrónica es una parte, “un color, pero no es la base rítmica, es un elemento más”, me contó. Es una colección y homenaje a los numerosos sonidos de Colombia, mezclado con este elemento de electrónica, su toque característico.
Sobre su estilo:
“No soy músico puro de nada. Hay unos que nacen dentro de una cultura de música y tocan esa música desde que son niños y crecen entre eso… No conozco ninguna tradición de música profundamente, los detalles. Tampoco me interesa, no es lo que quiero hacer. Yo soy un compositor de canciones. A mi manera lo mezclo y lo saco. Son caminos diferentes.”
Su letra es importante, y suele tener un mensaje social, por ejemplo el tema que celebra la mujer latinoamericana ‘Sigue Caminando’, dice “se deja ella el alma, se deja la piel, pero siempre lleva la cabeza bien alta, una sonrisa llena, ojos de miel… qué la vida te resuelve con pura magia// no pierde la esperanza, no pierde la fé… sigue caminando, mujer que mantienes la tierra girando”, “No me gustan las canciones de amor”, me dijo, “todas dicen lo mismo”. Se trata de componer canciones que digan otras cosas, porque “hay muchas historias para contar”.
La estética de Masilva
Cuando vi a Masilva por primera vez en un concierto de Sofar Sounds, Camilo estaba vestido de pies a cabeza en rojo y rosado, con un sombrero guajiro, botas de vaquero, un collar azul y un cinturón de borlas.
Le pregunté si le da importancia al traje. Me respondió que “al principio, no me vestía así… Pero si te pones a pensar cuál es el papel de la música en las sociedades primitivas, la música venía con la danza y el teatro, había una vestimenta particular para esto. Es como una ceremonia, tiene que haber magia. También en los últimos años fui a unas ceremonias de medicina ancestral. La persona que oficiaba la ceremonia estaba vestida de una cierta manera, te das cuenta que es un rito. Hay que respetar la música. Para interpretarle tienes que vestirte de una manera especial”.
Cuando fui a su apartamiento ese día, tenía puestos unos vaqueros oscuros, una ruana tradicional y chancletas Nike, tal vez no es solamente de la música que toma prestado.
“Masilva es un proyecto artesanal”, me dijo Camilo. Por eso, la mayoría de los videos nacieron del pensamiento de un director, o un amigo artista que dijo “quiero ayudarte”, “tengo una idea”. El primero, ‘Criollo businessman’, se hizo en Perú, con Mikael Stornfelt, quién ya ha producido videos para artistas como Dengue Dengue Dengue! y Kanaku y el Tigre. Era un proyecto “super low-fi” que lo hicieron con una cámara antigua de cinta que tenía una falla que le da un efecto bien rústico.
El video de ‘Sigue caminando’ tiene un elemento divertido de actuación. Lo filmó en un mercado de Lima en 2011, en donde “puedes hacer un video perfectamente”. Consiguieron una chica común y corriente como protagonista, una mujer que no parece modelo. El clip es lleno de color y presenta a todos bailando en el mercado. Aunque el gráfico es muy realista, la actuación contribuye un sentido de representación y recreación especial.
El video más reciente, ‘Como el ojo’ usó pocos recursos y presenta a Sara Fonseca -la amiga bailarina de Camilo-. Lo grabó César Guerrero un fotógrafo de moda, que “tiene muy bien ojo y maneja bien la luz, además sabe hacer que una chica que tiene poca ropa se sienta tranquila y cómoda, necesitas un tacto para eso”. La chica improvisaba mientras ponían temas de música clásica, cumbias e incluso el mismo disco de Andrés Landero que escuchábamos nosotros (el primer músico en mezclar la cumbia y el acordeón, algo que le encantó a Joe Strummer).
Colaboraciones pasadas y del futuro
Debido a estar tan conectado en esta época, colaborar con gente al otro lado del mundo es muy fácil, aún sin conocerla. “Hice una cosa con un artista de hip hop belga. Todo a larga distancia. Hice otra cosa con unos chicos de México y un tema con una chica de Alemania. Me gusta colaborar así.” Naturalmente, yo diría, como mezclador y trovador de personas, lugares y sonidos.
¿Con quién quiere colaborar en el futuro?
Con Tom Zé, el músico brasileño experimental, quien “ya debe tener 70 años”. Camilo prontamente se levantó para mostrarme su disco, y empezamos a escuchar el curioso y maravilloso álbum. Cada tema toma un camino distinto del anterior.
Recientemente, Masilva colaboró con el “Rey de la Champeta Psicodélica”, el guitarrista Abelardo Carbonó. El tema ‘Abelardo’, compuesto por Camilo, hace homenaje al músico legendario y está incluido en el tercer álbum ‘Juglaría Gallinaza’, que presenta también un huayno peruano e influencias de champeta.
https://www.youtube.com/watch?v=bLu4B6tokVM
¿Sus proyectos actuales?
Camilo trabaja con ‘Sinfonía trópico’, un Proyecto musical basado en Colombia y formado por artistas y medio-ambientalistas alemanes y colombianos.
Es profesor de música en una escuela, y hace varios proyectos en escuelas en Bogotá.
Está planeando un viaje a Popayán y por el sur de Colombia en los meses que vienen.
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