‘Gambito de dama’, la vida en un tablero de ajedrez
‘Gambito de dama’ es una creación de Scott Frank y Allan Scott para Netflix, que nos mostró lo emocionante que puede llegar a ser el ajedrez.
Llegué a Gambito de dama, miniserie de Netflix, en una noche de insomnio en la que estaba buscando algo para ver y que me diera sueño, nótese la poca fe que le tenía a este drama. Para mi sorpresa la serie me cautivó desde el primer momento y, sin prisa, disfruté los siete capítulos en los que se narra la historia. Tan involucrada estaba en la serie que ni me di cuenta de que me amaneció. Sí me la vi en una noche.
Esta miniserie, creada por Scott Frank y Allan Scott para Netflix, está basada en la novela homónima de Walter Tevis, quien fue un ávido competidor de ajedrez. Protagonizada de manera brillante por la joven actriz Anya Taylor Joy, Gambito de dama nos cuenta la historia de Bet Harmon, una niña prodigio que se convertirá en una maestra del ajedrez en los años 60 en Estados Unidos.
Aunque la serie tiene una estructura dramática y una narrativa de biopic, es importante aclarar que la historia es producto de la ficción. En diferentes entrevistas, antes de morir en 1984, Tavis, el autor del libro, aseguró que el personaje de Beth está inspirado en reconocidos jugadores de ajedrez de la década de los 70, pero que ella no es el retrato de ninguno de ellos y que construyó el personaje tomando características de ellos y algunas propias para darle forma al personaje femenino.
Luego de esa aclaración entremos en materia. Gambito de dama nos presenta a Bet Harmon, una niña de 9 años que luego de una primera infancia complicada al lado de su madre biológica, una mujer con una enfermedad mental, queda huérfana tras un terrible accidente. Por esta razón es llevada a un orfanato donde descubrirá que tiene talento para el ajedrez, pero más que talento esta niña tiene un don para este juego. Talento y don serán pulidos con la ayuda del señor Shailbe, el conserje del orfanato. Junto a Sailbe, Beth aprenderá lo necesario para iniciar su ascenso como una de las mejores jugadoras de ajedrez de la época.
A media que vamos viendo cómo Beth crece profesionalmente en este deporte, también seremos testigos del recorrido que emprenderá la joven en su crecimiento personal, que implica la lucha constante con sus demonios, la exploración de la sexualidad, su adicción a las drogas, los tranquilizantes y el alcohol, la relación con sus pares y la búsqueda de definir su lugar en el mundo.
La historia se desarrolla en las décadas de los 50 y 60 del siglo XX, una época en donde el ajedrez era un deporte dominado por hombres, cómo todo lo de esa época, y aunque éste hecho está presente en la historia, es interesante cómo el director no termina contando una historia de lucha de sexos, ni nos da una narración de una mujer discriminada que busca a toda costa hacerse un espacio en un mundo masculino, sino por el contrario. Nos entrega un personaje al que le molesta que en los artículos que empiezan a circular se haga énfasis en que ella es mujer, como si este fuera su único talento.
Si bien el machismo se hace presente de manera muy sutil en algunos comentarios, como en la actualidad, la mayoría de los jugadores hombres con los que se enfrenta la admiran, la respetan y no la subestiman por ser mujer.
Uno de los temas que aborda la serie y que llamó mi atención fue el de la soledad. Desde los 9 años Beth ha quedado sola y esta soledad la acompañará durante su vida, además fue educada por su madre biológica para no temerle y se comporta como tal, adoptando la soledad y disfrutando de ella. Pero una cosa es estar sola y otra sentirse sola, y esta soledad que siente Beth viene de ella, pues no es un reflejo de la realidad. Desde que quedó huérfana se ha encontrado por el camino a personas que la quieren, la apoyan y creen en ella, el problema es que Beth no es consciente de ello, por eso es mágico el momento en que se da cuenta que siempre ha estado rodeada de estas personas que han sido su bastón y le han dado la mano para llegar a lo más alto.
Ese descubrimiento es el que probablemente le da fuerzas al personaje, desde un punto de vista dramático, y lo convierte en uno de los momentos más emotivos de la serie, el cual no solo produce lágrimas en la joven, sino en nosotros como espectadores, quienes sin previo aviso terminamos llorando con Beth de la emoción.
Y hablando de la amistad, es importante resaltar que, aunque Beth está rodeada de hombres, hay dos mujeres que serán fundamentales para su crecimiento; una es su mejor amiga en el orfanato y la otra su mamá adoptiva. La forma como están construidas estas relaciones alejadas de los clichés refuerzan la idea de que la amistad entre mujeres se forma desde el reconocimiento, la admiración y el afecto genuino.
Finalmente, Gambito de dama es una miniserie adorable, emocionante y con mucho estilo, que seguramente estará entre lo mejor que ha producido Netflix este año. Con un montaje dinámico, la serie nos mostrará por qué el ajedrez es tan emocionante. Durante los siete capítulos que dura la historia estaremos aguantando la respiración, acompañando a Beth en cada una de las partidas que la acercarán a convertirse en una gran maestra del juego.
¿Dónde verla? Netflix
Duración: 7 capítulos
Temporadas: 1
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