Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

El inmisericorde bombardeo que sufrió el zoológico de Khan Younis, en la franja de Gaza, ocurrió en el año 2008 y el impacto redujo la población animal a melancólicas expresiones de una fauna disecada. Le arrebataron a los niños de Gaza una de sus pocas opciones de entretenimiento como lo era visitar el zoológico y saber de la existencia de exóticas especies;alguna de ellas venían de lugares tan lejanos como América del Sur.

 

El zoológico de Khan Younis sobrevive en una jungla de penurias, digna de un relato macondiano. Está la leona que ruge, no por hambre, sino por físico celo al no tener un macho con quien aparearse. La  urgencia la ha sobrellevado por cuatro años, ya que su compañero cayó en el ataque del 2008.

Hace rato le tengo un macho a la leona –afirma Mohammed Awaida, dueño del zoo–, pero traerlo a Gaza es de lo más complicado y azaroso.

El señor Awaida se refiere a lo peligroso que es traer animales por interminables túneles y pasadizos, en la frontera de la franja de Gaza con Egipto, más cuando se trata de felinos.

Agrega el señor Awaida:«Del más reciente león, supimos que los encargados de transportarlo no le dieron la dosis suficiente para dormirlo, y el animal se les despertó en medio de uno de los túneles; el desconcertado felino los atacó, y los cuidadores huyeron despavoridos».

El final del avestruz no fue menos dramático al ser víctima de negligencia médica. Todo por una inyección mal administrada por un veterinario, que solo tenía experiencia tratando pollos y gallinas. Y el más ingenioso y veloz cruce lo protagonizaron un par de burros a los cuales los administradores del zoo convirtieron en cebrasnos por obra y gracia de unos bien trazados brochazos. Las bien logradas pinceladas resucitaron a los équidos rayados –de antes–,también caídos en la hecatombe del 2008. Traer nuevas cebras estaba fuera del presupuesto y el espectáculo, para los niños, tenía que seguir.

En la implementación de la taxidermia, el camello –por su tamaño y la escasez de insumos– no pudo ser disecado y perpetuado; solo alcanzaron los materiales para las serpientes, también caídas en combate.

 

Pero de todos los animales, son el elefante y la jirafa los que gozan de más popularidad entre los entusiastas niños de Gaza. De hecho, nunca han podido tener un elefante cerca y se deben conformar con solo las imágenes que han visto por televisión o los relatos de personas que han estado en el zoológico del Cairo, en Egipto.

Por el alto costo –cuenta el señor Awaida–, importar una jirafa o un elefante a Gaza es casi imposible, ya que traer una jirafa cuesta 250 mil dólares y un elefante 120 mil.

Un cambio de color

La novedosa iniciativa –de la Compañía de Inversión en Palestina– de darle color a las paredes del campo de refugiados de Shati, en la ciudad de Gaza, le dio vida al elefante que el bombardeado zoológico de Khan Younis nunca tuvo; y que de haberlo tenido, de todos modos, habría probablemente sucumbido también al ataque.

El elefante se encuentra ahora estratégicamente dibujado en una inmensa pared que se levanta desde lo alto del campamento. El paquidermo, de un tono oscuro, pareciera querer ser–más bien– azul, y es la atracción entre los niños de esta parte de Gaza.Los pequeños  Toman turnos para “montarlo” y obtener una gran foto, ocasión que los infantes no desaprovechan. Los niños tienen la esperanza de que este elefante les dure por mucho tiempo, pero la duda también los asalta, ante un rebrote del conflicto; en Gaza nunca se sabe.

Aprovechando la montadita

Aprovechando la montadita

Para los niños, el elefante azul no es ningún pintado en la pared. Es lo más cercano que se pueden aproximar al gran gigante de una selva lejana y desconocida: su única opción, la cual atesoran. Lo que hace falta se lo dejan a su vivaz imaginación para que lo supla.

Tt poem

Epílogo de esperanza

Deben ser muchos los niños que, a la fecha, han «paseado» sobre el lomo del elefante azul, en la inconfundible pared amarilla. Más temprano que tarde el elefante tendrá una acolchonada silla, que hará los “recorridos” más placenteros. Muy seguramente, con el paso del tiempo –y por las innumerables montaditas– el color que cubre parte del lomo se borrará, y se necesitará una mano de pintura para restaurarlo. Lo anterior  será una esperanzadora señal de que el elefante azul ha prevalecido y  que la necia guerra no ha irrumpido para aguarle la fiesta a los niños de Gaza.

 Larga vida al elefante azul de Shati

 

Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com)

Abu Dhabi (EAU) enero de 2016

Reedición: febrero de 2018

Referencias

Al Awwal, R. (2015, December 29). Painters bring new life to hard-hit areas in Gaza – in pictures | The National. Retrieved from http://www.thenational.ae/world/middle-east/painters-bring-new-life-to-hard-hit-areas-in-gaza—in-pictures#5

Al-Ghoul,  A. (2013, April 16). Gaza Zoo Still Attracts Children – Al-Monitor: the Pulse of the Middle East. Retrieved from http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2013/04/gaza-zoo-difficulties.html

Fotos : periódico El Nacional de Abu Dhabi

Compartir post