A tres mil pies de altura, desde su asiento clase económica, Sahas miraba nerviosamente por la ventana a ver si podía visualizar el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo. Por la majestuosa estructura –entre muchas otras razones– había hecho el añorado viaje a Dubái, desde su natal India. Fue en ese momento de contemplación, cuando irrumpió el turbador anuncio del piloto:
“Señores pasajeros, en estos momentos experimentamos problemas con el tren de aterrizaje, y por lo tanto tendremos un descenso de emergencia; favor abrochar bien sus cinturones y seguir instrucciones”.
Era aproximadamente la 1:00 de la tarde de aquel 3 de Agosto.El flamante Boeing 777, de la línea Emirates, donde viajaba Sahas y 226 de sus paisanos –junto a pasajeros de otros países– aterrizaba con una estruendosa brusquedad. Minutos más tardes, el impacto provocó una conflagración que dejó a la gigantesca aeronave casi totalmente destruida y en medio de un aterrador retrato de devastación.
Para la gran fortuna de todos los viajeros y la tripulación, el incendio se había iniciado solo unos pocos minutos después de que todos los ocupantes habían sido rápida y eficientemente evacuados. Ninguno de ellos se explica la razón por la cual hoy pueden contar esta historia.
Del infierno al cielo
Además de Sahas, había un pasajero en particular llamado Mohammed Basheer, para quien, la aparente y ominosa experiencia se convirtió en un verdadero golpe de suerte: una semana después del siniestro, se ganó un millón de dólares americanos, que le dio la lotería del aeropuerto de Dubái (la Duty Free Millennium Millionaire ticket) por haber comprado la boleta ganadora, para la celebración del Eid (fiesta religiosa) en julio de este año. Siempre la compraba y se le ganó en el intento número 17. Como quien dice: la suerte y la vida le volvieron a sonreír, casi que al unísono.
Lo sucedido a Mohammed Basheer es tan inusual como el nombre del distrito, en la India, de donde proviene, llamado Thiruvananthapuram, en la costa oeste. Y es aquí, en Thiruvananthapuram, donde él piensa establecerse y disfrutar su fortuna después de haber trabajado en los Emiratos Árabes Unidos por 36 años, en un concesionario de carros, como administrador del taller de latonería y pintura.
Curiosamente, Mohammed Basheer pudo nunca haber tomado ese accidentado vuelo de la India a los Emiratos Árabes, ya que, con mucha anticipación, había decidido retirarse, pero sus jefes le pidieron que se quedara un año más: en el accidentado vuelo venía a cumplir su año 37 de trabajo. La pregunta es: ¿era la terrible experiencia parte de la boleta ganadora? ¿Se habría, de todos modos, ganado el millón de dólares si hubiese declinado la oferta de un año de trabajo y quedado en Thiruvananthapuram?
Es muy difícil dar una respuesta a esa última pregunta. Lo que sí es seguro es que, indirectamente, los grandes beneficiados van a ser también los Thiruvananthapuramitas, ya que el señor Mohammed Basheer piensa gastar parte de su fortuna en ayudar a los más necesitados de esta región. No cree mucho en hacer donaciones a obras de caridad, y prefiere hacerlo por su propia cuenta, algo así como personalizar la ayuda.
Es su forma de devolver lo que su vida, rica en sacrificios y logros, le ha dado. Antes de su golpe de suerte, Mohammed Basheer tenía planes de comprarse una pequeña finca con lo que le dieran de dinero en su liquidación laboral. Ahora, su plan es tener una mega finca que le dé trabajo a un buen número de sus paisanos.
El señor Basheer se ganó 1 millón de dólares en su intento número 17, después de su accidente en el vuelo número 521, un 3 de Agosto a la 1 de la tarde.
Compradores de chance: ¡hagan sus apuestas!
Marcelino Torrecilla N (matorrecc@gmail.com)
Abu Dhabi agosto de 2016
https://youtu.be/N80850qnHuM
Fuente
http://www.khaleejtimes.com/nation/dubai/miraculous-escape-from-ek521-to-win-1-million
Fotos: Periódico Khaleej Times
Cronica patrocinada por Baloto…
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