Desde hace unos años vengo sintiendo que con frecuencia se confunde la espiritualidad con la Nueva Era, dos palabras tan usadas popularmente, que a veces parecen sinónimos. Pero para mí, ambas van por caminos que no parecen tan cercanos. Te voy a dar mis razones, tal vez algunas vibren en tu corazón y otras molesten a tu ego. No importa, solo lee y quédate con lo que te sirva.
1.La Nueva Era y la literatura de autoayuda te enseñan a hacerte amigo del ego. Eso es muy bonito, el problema es que tu ego no está interesado en ser tu amigo. Para mí, el ego es todo lo que nos hace creer que estamos separados de Dios. Creo que la verdadera disciplina espiritual se enfoca en deshacer el ego para dejar de identificarnos con la imagen que hemos creado de nosotros mismos y las etiquetas que nos hemos autoimpuesto durante años. Solo deshaciendo el ego podremos recordar quiénes somos.
2.Una de las promesas de la Nueva Era es que tú puedes atraer a tu vida todo lo que quieras, puedes lograr cualquier cosa con solo desearlo y visualizarlo. Creo que esto funciona en parte, pero no al 100%. Te doy un ejemplo, por más que visualices ser millonario, no lo serás si no está en tu plan de vida serlo. No siempre tenemos elección con respecto a lo que experimentamos, pero sí podemos escoger cómo experimentarlo. Y al hacerlo, hay pruebas que se superan y lecciones por las que no tendremos que volver a pasar. El verdadero camino espiritual te guía por una senda de perdón y entrega en la que entiendes que el mundo y lo que te sucede en él es una proyección interna. Es un camino que te hace responsable y no víctima, y en el que comprendes que la paz y la felicidad son una decisión personal y no dependen de lo que hayas logrado atraer o no a tu vida.
3.La nueva era promueve el uso de cristales y amuletos a los que se les ha entregado el poder. “Como cargo un cuarzo rosa entonces llegará el amor, si tengo un citrino atraeré prosperidad”. Creo que es un camino facilista. El poder está en uno mismo, no afuera. Yo trabajo con cristales y sé que, desde su profunda sabiduría, su función es apoyar procesos, pero no hacen la tarea por ti.
4. Creemos que hay que hacer muchas cosas para ser espiritual. Ser vegetariano, meditar mucho, hacer yoga, leer libros de autoayuda, repetir afirmaciones positivas, etc. Todo esto ayuda, por supuesto, pero no creo que por ser vegetariano o hacer yoga uno sea mejor o más espiritual que otro. He conocido personas capaces de meditar durante horas que son intransigentes en muchas cosas. Todas estas son etiquetas que le ponemos a la espiritualidad. Para saber cómo va nuestra vida espiritual tendríamos que respondernos, ¿qué tan amorosos somos? ¿qué tanta paz hay en nuestra vida? ¿qué tanto perdonamos? ¿Hemos dejado de juzgar a los demás? Ser espiritual es estar en el camino que nos conduce a reconocer la luz que somos. Como dice Un curso de milagros: “La iluminación es simplemente un reconocimiento, no un cambio”.
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Pura carreta… Lo que en este texto se denomina espiritualidad, tal como lo describe, no es más que otra manifestación nueverista. A ver qué incauto se deja engañar… Espiritualidad sin Dios (así, con mayúscula), endiosando al hombre como supuesto ser de luz: esa es la esencia de la Nueva Era. Tras una fachada de espiritualidad lo que en el fondo se promueve es que la creatura reniegue de su Creador, que la creatura se vea a sí misma como un dios.
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