Ligia Asprilla: señora pianista e investigadora habla sobre el talento y la educación musical de los colombianos

Con grado laureado en el Conservatorio de la U. Nacional (1983) y estudios de perfeccionamiento en Alemania Federal (1986). La U. Central le publicó este año otro libro. Cerca de cumplir 50 años, puede sentir que ha hecho un gran aporte a la formación musical en Colombia. Color de Colombia la entrevistó.

En coautoría con Gisela de la Guardia, publicó Tras las huellas de la inteligencia musical (2007) y Hacia un modelo alternativo para la formación musical (2009), ambos con el sello de la U. Central, de Bogotá.

¿Podemos soñar en Colombia que por cada hogar haya al menos un instrumento musical que se toca?

Podemos soñar en generalizar la formación musical temprana, de niños y niñas de nuestro país; se trata de un proyecto realizable que no es sólo musical o educativo, sino sociocultural.

¿Hay forma de saber qué tanto talento musical tenemos los colombianos?

Existen tests para “medir” la aptitud musical, de los cuales el más conocido es el de Seashore. En el libro Tras las huellas de la Inteligencia Musical se propone precisamente un conjunto alternativo de pruebas para la valoración de la musicalidad. Pruebas de este tipo (muy polémicas) ya se han aplicado en países como España y Estados Unidos.

Creo que existe un notable talento musical entre los colombianos, que requiere para su desarrollo de adecuados modelos pedagógicos.

¿Hay instrumentos que parecen más afines a los colombianos por regiones?

Sin duda el mapa musical de nuestro país, de notable diversidad, caracteriza las regiones también por su instrumental, lo cual no niega que existen también instrumentos en los que confluyen distintas tradiciones, como en el caso de la marimba, que remite tanto a los afrodescendientes como a los indígenas.

¿En qué está el país en educación musical?

Hay un auge de programas universitarios de educación musical (aproximadamente 46), que no están respaldados por un nivel similar de formación musical en los niveles de educación básica y media. Las universidades intentan compensar la situación con cursos preuniversitarios.

Por otra parte, resulta insuficiente para nuestro país la educación académica; es necesario gestionar modelos alternativos de formación con base en músicas tradicionales y populares, en lo cual se han centrado los esfuerzos del Ministerio de Cultura.

¿Qué impresiones le deja el reciente ejercicio de elección de maestros de la música por departamento a través de votación popular?

Los campos, bien sean artísticos o científicos, que deben regirse por sistemas colegiados fundamentados en el conocimiento, el debate y el consenso, se debilitan enormemente cuando se dejan regir por la burocracia o por una aparente democracia.

¿Cómo preservar las músicas ancestrales?

La músicas ancestrales se crean y re-crean permanentemente, por lo cual no es necesario preservarlas, sino abrirles espacios de promoción, valoración, formación, investigación y difusión.

¿Se crean y siguen siendo ancestrales?

Se renuevan, incluso se hibridan y el hecho de que continúen o no siendo ancestrales depende de la apropiación cultural y del tiempo.

¿Qué caracterizaría a la música colombiana en un contexto latinoamericano o mundial?

Sin duda alguna, su riqueza y diversidad.

¿Otros países de la región no podrían decir lo mismo?

En otros países de la región, incluso mucho más extensos, el panorama musical no está dominado por tal multiplicidad de géneros.

¿Cómo llegó usted al piano?

Cuando tenía 8 años vi en un noticiero alemán -de relleno en la programación nacional- un pianista (tocaba un vals de Chopin) y me sentí fascinada por lo que consideré mágico. A los 10 años, cuando conocí a la profesora Judith de Reyes, inicié con ella mis estudios de piano y con ello adquirí el status de “Aprendiz de mago”.

Las tres personas que más admira en la música.

Tendría que mencionar a cuatro:

El compositor Johann Sebastian Bach, porque supo potenciar su música como un ministerio y una ofrenda a Dios.

El pianista canadiense Glenn Gould, porque supo expresar la diferencia entre las tradiciones interpretativas y las demandas estilísticas y de género de la música académica.

El jazzista Louis Amstrong, porque inició el posicionamiento del jazz como la música más relevante del siglo XX.

El músico Crescencio Salcedo, porque en él se integran todas las características de la música en las culturas de tradición oral.

Gracias. Mis padres eran chocoanos; ambos trabajaron durante más de 30 años en Bogotá: mi papá era abogado y mi mamá, educadora y supervisora de educación.

Gracias.

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