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Una joven profesional caqueteña en Bogotá, Pilar Gómez Quiñones, comienza una serie sobre “Colombia desconocida”. Una mirada a la realidad completa del Caquetá para contrarrestar el estigma.
Por María del Pilar Gómez Quiñones, economista de la Universidad Externado de Colombia, trabaja en Cifras y Conceptos S.A.*
A los caqueteños nos pasa lo mismo que a los colombianos en el exterior: tenemos que enfrentar el estigma que se ha creado por las noticias relacionadas con el conflicto que circulan sobre nuestro departamento.
Para muchos, el Caquetá se resume en cultivos ilícitos y grupos armados al margen de la ley. Pero la realidad va más allá de eso.
Debo reconocer que me emociona ver la curiosidad que muestran las personas que no conocen el Caquetá porque cada historia que cuento es algo completamente nuevo o por lo menos inesperado.
El Caquetá está al sur del país y es uno de los departamentos más extensos de Colombia, con 88.965 km2. Tiene 16 municipios, y su capital, Florencia, es conocida como “La Puerta de Oro de la Amazonia”.
Mi departamento es tierra bendecida con ríos, hermosos paisajes, un calor abrasador y personas amables y trabajadoras. El 85% de la población es mestiza y proviene del Huila, Tolima y Eje Cafetero, principalmente.
La población afrocolombiana representa el 3,5% del total, según en Censo, y la mayoría proviene del Chocó o, como en el caso de mi familia materna, de la costa pacífica nariñense.
La población indígena representa el 1,5% de los caqueteños y se reparte en las etnias Huitotos, Koreguajes, Inganos y EmberáKatíos. También hay habitantes provenientes de la costa caribe, el Valle del Cauca y otras regiones.
Uno de mis temas favoritos trata sobre los ríos del departamento; el más representativo, el Caquetá. En la capital, el río Hacha (foto) es la principal fuente hídrica y el lugar de los paseos de fin de semana que muchas familias florencianas hacen, con un buen sancocho de gallina criolla, plato típico.
Pero hay muchos lugares para conocer, entre ellos el río Pescado en Belén de los Andaquíes; el Balneario “Las Pailas” y el río Orteguaza.
Después de contar esto, me preguntan ¿y Florencia es grande? ¿Cuántos habitantes tiene el Caquetá?
Oficialmente, de acuerdo con las proyecciones del DANE, en el año 2011, el Caquetá contó con 453.562 habitantes, y 160.383 estaban en Florencia.
En este punto, ya se han despejado varias dudas, pero aún inquieta saber de qué vivimos los caqueteños.
La principal actividad económica es la ganadería bovina, seguida del comercio y la agricultura.
Como buena caqueteña, es inevitable no destacar la calidad de la piña de mi tierra, dulce y jugosa, y, por supuesto, el plátano, ingrediente indispensable del sancocho de la tierrita.
Respecto al ingreso, según el DANE, en el año 2010, el PIB del departamento se ubicó en casi 2 billones de pesos, con un crecimiento del 6,9% frente al 2009, superior al crecimiento del PIB nacional (4,3%).
Por supuesto, hay temas por mejorar, entre ellos, la calidad de vida, porque de acuerdo con el Censo 2005, el 41,5% de la población caqueteña tenía Necesidades Básicas Insatisfechas. Y claro, superar el problema de los grupos ilegales.
¿Cómo llegamos al interior del país? Principalmente, por la carretera que comunica a Florencia con el municipio de Suaza en el Huila; es relativamente nueva, la inauguraron en el año 2003, y creo que fue el mayor avance en acceso vial.
Actualmente hay 14 compañías transportadoras operando desde el Terminal de Transportes de la capital y viajan dos aerolíneas al reinaugurado aeropuerto Gustavo Artunduaga Paredes, de Florencia.
Desde la capital hacia al norte se puede viajar por carretera pavimentada hasta el municipio de San Vicente del Caguán y hacia al sur, hasta Curillo. A municipios como Valparaíso, Solita, Cartagena del Chairá y Milán se llega por carretera destapada y a Solano por el río Orteguaza.
Así es mi departamento, en una versión muy resumida. Espero que con lo que les siga contando, conozcan realmente lo que es el Caquetá.
*Participante en el Programa “100 nuevas plumas en el Bicentenario, 2010-2021”, destinado a talentos menores de 25 años con espíritu de liderazgo, habilidades de escritura y competencias académicas.
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