Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
«Estamos en el momento idóneo. La gente votó por el cambio, y se anuncian recursos. Luis Gilberto y Zulia tienen la gran responsabilidad de no decepcionar, y todos el deber de hacer acompañamiento», dice el politólogo Eddie Bermúdez.

Eddi Xavier Bermúdez 2.JPG
Por Eddie Xavier Bermúdez Marcelin,  Magister en Ciencia Política y Liderazgo Democrático (C)
Es una realidad manifiesta que el departamento del Chocó y su capital Quibdó están en un momento idóneo para convertirse en el «Orgullo» de sus habitantes y de Colombia.
Aunque la violencia y el terror  recientes quieran entorpecer esta transición, hay eventos -desde el pasado 30 de octubre-  que motivan a pensar que estamos en camino de un nuevo Quibdó y, por supuesto, de un nuevo Chocó.
Primero, la manera contundente cómo a través del voto, la comunidad envió un mensaje claro: «queremos el  cambio».
Un mensaje nítido para  quienes durante décadas desangraron a la comunidad. Más que un voto de elección, depositaron un voto de confianza. Luis Gilberto y Zulia tienen la gran responsabilidad de no decepcionar a su electorado y a la comunidad en general.
Sin haberse posesionado, los dos nuevos dirigentes emprendieron una agenda nacional e internacional en busca de  ayuda para «hacer bien la tarea». Los efectos de esa correría ya empezaron a dar resultados.
La agencia de cooperación de los Estados Unidos, USAID,  a través de su socio implementador ACDI/VOCA,   aprobó recursos para el fortalecimiento institucional y el saneamiento fiscal de la gobernación, y para el plan de desarrollo municipal de Quibdó.
Luego, en el Acuerdo para la Prosperidad  67, en Quibdó, el gobierno nacional ratificó la aprobación de  $ 420 mil millones de inversión  directa entre  Quibdó y el departamento. Más las regalías para el departamento, que  este año estarán alrededor de los $ 170 mil millones.
Estos recursos, bien administrados, sin duda despertarán el orgullo del país y de un pueblo que estaba a punto de sumergirse para siempre en la desesperanza.
Un pueblo que fue convocado por la alcaldesa en el acto simbólico de posesión en el colegio Pedro Grau,  ubicado en una de  las zonas más deprimidas y golpeadas de la capital chocoana. «Ustedes también son Quibdó y ustedes también ayudarán  a hacer bien la tarea; por eso hemos venido hasta aquí», dijo Zulia.
Por su parte, el gobernador del Chocó convocó a personalidades del orden nacional e internacional, convirtiendo por un par de horas a Quibdó en una ciudad política importante. Este hecho ayuda a pensar que un nuevo Chocó  con cierto grado de incidencia en la región, no es una utopía.
El gobernador hace énfasis en el «gran Chocó»,  frase que revive épocas ilustres de los años  40 y 50, cuando el Chocó paso de ser intendencia a departamento, evocando el imaginario de los próceres.
El Chocó es una gran tierra, con mucho potencial. Pero este tránsito «hacia el nuevo orgullo» no será una realidad sin el compromiso, entrega y acompañamiento de todos y cada uno de los chocoanos y quibdoseños residentes o no en la región, pues en últimas los dirigentes son seres humanos y no salvadores venidos del más allá.

Compartir post