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Reporte del gobernador electo Luis Gilberto Murillo sobre su periplo en Washington promoviendo una nueva  agenda de inclusión social y desarrollo para su departamento. 
Por Luis Gilberto Murillo, gobernador electo del Chocó
Mientras continúo en vacaciones forzosas hasta que se resuelve mi regreso a la Gobernación del Chocó, les cuento que al igual que antes de ser elegido gobernador, este mes he aceptado el llamado de varias agencias internacionales que quieren conocer siempre y cada vez más detalles de la problemática del departamento y la comunidad afrocolombiana; y como cada año, evaluar los avances y retos positivos que fortalezcan la capacidad de acción política.

Por invitación de un grupo de organizaciones internacionales mi agenda en los Estados Unidos inició en Washington, DC. Con estos centros de influencia en la capital política del mundo me reuní para hablarles sobre las negociaciones de paz en Colombia, las reformas planteadas por el gobierno del presidente Santos, el avance de la agenda de inclusión social de la población afrocolombiana y chocoana, y de cómo se puede obtener mayor articulación y apoyo de los Estados Unidos.

Gobernador Luis Gilberto Murillo y embajador Andrés González 2.jpg
También tuve varias reuniones en el Congreso de los Estados Unidos y varios encuentros con funcionarios de la administración del presidente Obama, líderes de centros de pensamiento, universidades, y por supuesto, representantes del gobierno colombiano, como el embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Andrés González (foto)  y el embajador ante la Casa Blanca, Carlos Urrutia.

Frente al tema nacional, en el desarrollo de esta gira dejé claro que la situación de seguridad y derechos humanos en los territorios afrocolombianos, particularmente en el Chocó y en el Pacífico, es bastante crítica. 

Sobre todo, por la incidencia del narcotráfico, los intereses por la tierra y el conflicto armado. Insistí en que es necesario darle toda la prioridad a estas zonas y a las poblaciones, en la agenda bilateral entre Colombia y Estados Unidos, así como en los programas multilaterales.

Fui enfático en que desde los Estados Unidos se debe apoyar de manera más decidida los esfuerzos de paz del presidente Santos y de la sociedad colombiana. El Chocó y la comunidad afrocolombiana serían los más beneficiados con la firma de una paz duradera. 

Por eso Estados Unidos debe apoyar al Gobierno en la preparación de unas bases sólidas para abordar los retos del post-conflicto y el cambio de la naturaleza política de la violencia, en especial en departamentos como el Chocó.

Ahora, sobre la población afrocolombiana, si bien es cierto que durante la administración del presidente Santos se percibe un retroceso en la participación de los afros en cargos de poder público y autoridad nacional, el Jefe de Estado ha dejado claro su talante de gran reformista hacia el empoderamiento de las regiones y los departamentos a través de leyes y políticas de equidad territorial que favorecen sustancialmente a departamentos donde se concentran mayoritariamente los pueblos afro. 

Es el caso, por ejemplo, de las reformas a la distribución de las regalías y explotación de petróleo y minerales; la ley de ordenamiento territorial, la ley de asociaciones (alianzas público-privadas), y la ley de restitución de tierras y reparación de víctimas entre otras.

Estas son reformas institucionales de gran significado y con impactos reales sobre la población afrocolombiana y sobre el Chocó. 

No obstante, hay preocupación por la orientación del debate sobre temas tan importantes como el desarrollo minero y su afectación a estas comunidades y la consulta previa. 

Se percibe que al interior del gobierno hay sectores que tienen la  intención de debilitar sustancialmente el derecho de usufructo minero y de consulta previa de la comunidad afrocolombiana de las zonas rurales ribereñas.

En los relacionado con el Chocó conté que se está dando una transformación positiva al pasar de un liderazgo departamental político-electoral disfuncional con cuestionamientos de legitimidad, a un  liderazgo funcional que está generando confianza y apertura político-institucional. 

Manifesté que esta es una buena oportunidad para el trabajo conjunto y la colaboración con la comunidad internacional en distintas áreas de la lucha contra la violencia, la pobreza y la desigualdad.

En tal sentido expliqué la importancia de respaldar el Plan de Desarrollo del Chocó «Un Nuevo Chocó para Vivir», llamado Plan Nuevo Chocó, que hoy es liderado por el gobernador encargado Hugo Tobar Otero.

Expuse las iniciativas concretas del Plan en lo referente a educación, salud, infraestructura y fortalecimiento institucional, y propuse la creación de la alianza entre Colombia y Estados Unidos, para la «Inclusión Social y el Desarrollo del Departamento del Chocó». Propuesta que fue recibida con agrado y mucha expectativa.

Mi visita logró su objetivo: el resultado fue positivo y se mantiene el compromiso y los lazos de confianza con el Chocó. 

Por eso destacó la firma de un acuerdo entre la Organización de Estados Americanos (OEA), el gobierno colombiano y la Gobernación del Chocó para la promoción del desarrollo educativo a través de becas para jóvenes chocoanos y chocoanas.

Mi trabajo por 12 años en asuntos de política internacional en Washington DC., con los que se han logrado acuerdos muy importantes para la región, me permitirá seguir procurando el bienestar y progreso de los chocoanos y la comunidad afrocolombiana, esté dentro o fuera de Colombia.

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