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Luego de la puesta en funcionamiento del Metro de Medellín en noviembre de 1995, se esperaba que esta obra sirviera de ejemplo tanto por sus aciertos como por sus desaciertos para impulsar la construcción de infraestructuras de transporte similares en otras de las grandes ciudades de Colombia donde eran y aun son necesarias, en especial en la capital del país, Bogotá.

Sin embargo, eso no sucedió, los años y las décadas pasaron entre discusiones políticas y estudios técnicos multimillonarios que concluían en la necesidad de contar con sistemas metro en diversas capitales de departamento, pero 23 años después de la inauguración del Metro de Medellín, ninguna otra ciudad colombiana cuenta con un sistema de trasporte urbano como ese.

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Ahora bien, ante la evidente incapacidad o falta de voluntad de los dirigentes para llevar a cabo la construcción de un metro en sus ciudades, ¿por qué no se avanzó en otras alternativas de transporte urbano? ¿Por qué se continuó persistiendo en el bus diésel como único sistema de transporte urbano?

Por ejemplo, el tranvía es un medio eficiente y de alta capacidad que funciona bien no solo en grandes ciudades, sino también en aquellas de tamaño intermedio. Nuevamente fue Medellín la que tomó la delantera en el país al construir el Tranvía de Ayacucho, que funciona en esa ciudad desde marzo de 2016.

Los tranvías tuvieron su época dorada en Colombia hacia finales del Siglo XIX y en la primera mitad del Siglo XX. Los primeros era tirados por caballos y fueron construidos en Bogotá (1884), Medellín (1887) y Barranquilla (1890). Posteriormente, entre los años 1910 y 1920 comenzó el proceso de electrificación de estos sistemas de transporte urbano. Pereira también tuvo el suyo hacia 1926. Sin embargo, hacia los años cuarenta, con la masificación de los buses a gasolina en las ciudades y el incremento de los vehículos particulares, las operaciones de los tranvías disminuyeron hasta desaparecer en Colombia.

La construcción de un tranvía se lleva a cabo en un tiempo relativamente rápido, respecto al que toma poner en funcionamiento un metro, el cual requiere de mayor infraestructura. Por ejemplo, la obra del Tranvía de Ayacucho tardó apenas dos años en estar terminada. Además, el tranvía es uno de los modos de transporte urbano más ecológicos y de menor impacto medioambiental, al tratarse de un sistema eléctrico; y su mantenimiento es menor, si se compara con el de un metro subterráneo o elevado.

Por supuesto que construir un tranvía es costoso, como todo sistema férreo, pero es cinco veces menos oneroso que un metro. En el caso del tranvía de Ayacucho, su costo alcanzó los 300 millones dólares, para una extensión de 4,3 kilómetros. Pero, en definitiva, un sistema de transporte se vuelve caro en la medida en que no cumpla con la ocupación estimada, que es lo que sucede con los sistemas integrados de buses de varias ciudades del país, y que ha terminado en un aumento constante del parque automotor particular.

»TransMilenio en la práctica hace lo mismo que un metro», dijo en su momento el alcalde Peñalosa, algo que no es cierto, pues cada medio de transporte, aparte de tener en común el hecho de que movilizan pasajeros, tiene sus particularidades en cuanto a velocidad, capacidad, distancias recorridas, entre otros ítems. Cada comparación debe hacerse para una troncal específica pues tiene características propias. En ese sentido, no se puede decir que un tranvía hace lo mismo que un metro, ya que el metro tiene una capacidad superior de pasajeros, se mueve a mayor velocidad, opera principalmente bajo tierra sin ninguna interferencia en su camino, y recorre distancias mayores, en algunos casos de carácter intermunicipal. Sin embargo, los sistemas ferroviarios ligeros, como es el caso del tranvía, son complementarios a los otros medios de transporte, porque representan una solución de movilidad que ayuda a reducir los problemas de congestión de tráfico, ofreciendo un modo de transporte rápido, puntual y sostenible.

Una ciudad es moderna en la medida en que cuente con diferentes sistemas y alternativas integradas de transporte, como bus, bus articulado, tranvías, trenes, metro, cables aéreos… y que además logre desestimular el uso del carro particular.

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