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Con tristeza recibí ayer en la tarde la noticia del fallecimiento de Saúl Álvarez, un personaje muy importante para la historia de la ciudad y porque no del país, una de esas personas valiosas que aporto cultura musical por medio de la venta de discos inalcanzables para muchos amantes de la buena música, de no ser por su gestión, conocimiento y amabilidad nunca se hubiera tenido el placer de disfrutarlos. Entiendo que hubo personas que lo conocieron mejor que yo, que compraron innumerables discos en su tienda, aunque no lo conocí a fondo, si quiero rendir un pequeño pero respetuoso homenaje desde la experiencia que viví en los espacios donde nos encontramos por casualidad.

 

                                                                                                                                                                    

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Desde que era adolescente supe que existían tiendas muy importantes en Bogotá en donde se conseguía rock del bueno, ubicadas en la popular Av. 19, en el centro de la ciudad, entre ellas La Musiteca. Como era estudiante no podía adquirir música de primera, tenía que recurrir a las famosas casetas donde se también podía conseguir discos de segunda o copias. Lo cierto es que años después por aquellas cosas que suceden en la vida, estaba lejos de imaginar que el propio Saúl estaría conmigo en Buenos Aires viendo a los Stones. Recuerdo que me lo presentaron en el hotel y una noche incluso compartimos unos tragos en una de las habitaciones, con casi todos los que viajábamos en el Tour Stone colombiano. El día del concierto nos ubicamos todos muy cerca y hablábamos de las expectativas del show, pero una vez inicio la fiesta Rollinga el movimiento generado disperso a la gran mayoría.

 

 

 

 

 

                                                    Qué bien que la pasamos…..

                           

La segunda oportunidad que me encontré a Saúl fue un año después, a la salida del concierto de Rogers Waters en Bogotá, el se encontraba con su hijo, nos saludamos pero no se acordaba mucho de mí, con algunos amigos en común del viaje a Argentina, decidimos ir a tomar unas cervezas y a comer una deliciosa Hamburguesa, él, gentilmente nos llevo en su carro hasta el lugar. No cruzamos casi palabras pero compartimos nuevamente un buen momento. A finales de ese mismo año pase hasta La Musiteca a preguntar por el DVD de los Rolling de la gira en la que estuvimos, versión Argentina que consiguieron algunas personas dos días después del concierto, Saúl me contó que había traído una versión Americana en DVD doble, muy buena, pero que pronto llegarían más ya que las había vendido todas. Quede en volver e incluso para que habláramos acerca de la tienda, quería hacer un post, pero por varias circunstancias tal vez las mismas que nos hicieron encontrar en el camino del rock, no me permitieron regresar a terminar la compra ni a conversar un poco.

 

                                        Otra momento vivido…..

                         

                        

 

Se ha perdido a un melómano gigante, a una institución de la música, pero sobre todo a un hombre que a mi modo de ver era muy amable, esa sería mi definición. En este momento debe estar junto a varios de los músicos que también partieron y que el ayudo a conocer, debe estar hablando de música con ellos y contándoles sus propias historias. Esperamos por el bien de todos que el legado de este maestro explorador de sonidos continúe, que su Musiteca siga siendo ese espacio donde hallamos joyas invaluables, joyas que él descubrió y jamás quiso esconder. Por mi parte pronto regresaré a la tienda a finalizar una compra que sigue pendiente.

Gracias por todo viejo Saúl.

Para los que quieran asistir a las Exequias en este enlace está toda la información.

 

Permanezcan Rockosos

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