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Antes quiero decir que en mi niñez y mi adolescencia adoré la bicicleta. Que me parece un medio de transporte ecológico, práctico y definitivamente romántico.

Y que admiro, como lo decía en un blog hace meses, a quienes todos los días se levantan, se montan en su bici, atraviesan la ciudad inhalando todo el smog de esta ciudad y llegan a sus lugares de trabajo y al revés: de su trabajo a su casa. Los admiro.
Pero…

Pero, por favor, ¿quién le dijo a una gran mayoría de los biciusuarios que están exentos de cumplir las normas de tránsito? ¿Por qué no respetan los semáforos en rojo? ¿Por qué se sienten privilegiados, ungidos, diferentes, excluidos a la hora de cumplir las normas?

Voy a mi trabajo en carro. Regularmente recorro la ciudad durante una hora y veinte minutos para llegar al centro de la ciudad. Les cuento lo que vi hoy (¡solo hoy!) a lo largo de mi recorrido.

Transitaba por la calle 108 hacia el oriente. Semáforo de la esquina en verde. Cero estrés. Cuando, oh sorpresa, una señorita, realmente “muy tiesa y muy maja” ella, en su bicicleta de color negro, se “come” literalmente el semáforo y atraviesa la calle como si nada, a lo Mr Magoo. ¿Lo recuerdan? Ese señor de 70 u 80 años, imprudente al timón, que iba feliz en su carrito mientras dejaba atrás accidentes que había provocado justamente por su enorme imprudencia. La señorita ni siquiera miró. No se percató de su error o –esta hipótesis es más fuerte-, se siente excluida del cumplimiento de las normas, como tantos otros biciusuarios.

Otra, más joven que la anterior… ¡Llevaba su casco en el brazo, como si fuera un adorno!

Y esta. Esta. Regresaba de noche a mi casa. Vía en un solo sentido. Un vehículo se disponía a girar cuando de pronto apareció un ciclista… ¡En contravía, señores! Por poco provoca un accidente. El biciusuario siguió su camino (como Mr Magoo) y el conductor de la camioneta quedó traslúcido, frente a su timón, agradeciendo al Cielo su suerte.

Repito, bien por los biciusuarios… ¡Pero cumplan las normas de tránsito!

¿Y la Secretaría de Movilidad?

Y en este tema, hay que decirlo, tiene gran responsabilidad la Secretaría de Movilidad del Distrito, que sigue mirando para otro lado frente a la irresponsabilidad de una gran parte de los biciusuarios. ¿O cuándo usted ha visto que un agente de tránsito pare a un ciclista porque se pasó un semáforo o porque no lleva casco o porque hizo un giro indebido o porque va en contravía? Lo reto a que me cuente si alguna vez ha visto que un policía de tránsito, en nuestra ciudad, haya sancionado a un biciusuario por cometer una infracción. Cuénteme, pues. Y si tiene foto, mejor.

Señores del Distrito: linda su campaña para promover el uso de la bicicleta. Pero enséñenles a los biciusuarios que así como tienen tantísimos derechos, TIENEN EL SUPREMO DEBER, como ciudadanos, de cumplir las normas de tránsito. De lo contrario, señores, los accidentes en los que están involucrados ciclistas van a aumentar.

Decía la Revista Semana.com, en nota publicada el 14 de septiembre del año pasado, que en 2016, 640.000 personas usaron la bicicleta como medio para movilizarse por la ciudad. Es decir, 30% más de las que lo hicieron en 2015. “Pero como creció el uso, también se disparó la cantidad de muertes de ciclistas en accidentes de tránsito en Bogotá” advertía la publicación. En 2016, 71 biciusuarios perdieron la vida, la cifra más alta en una década. El último reporte de Medicina Legal (con corte agosto 2017) es de 36 ciclistas muertos en accidentes de tránsito.

Es por su seguridad y la de todos. Usar la vía, compartirla, requiere de compromisos, de responsabilidad y de asumir deberes.

Y sé que mis amigos biciusuarios van a levantar la voz y que me caerá uno que otro insulto. “Móntese en una bicicleta y salga a torear los carros, señora”. Lo he hecho. Con respeto.

Tomaré los agravios como parte del debate. Como me decía mi abuelita: “al que le caiga el guante, que se lo chante”. Sé que los biciusuarios responsables leerán y seguirán de largo.

Twitter @nubiacamacho

 

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