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Por Mauricio Vásquez Núñez
Coordinador Cali Cómo Vamos
@calicomovamos

La movilidad es uno de los aspectos más influyentes en la opinión de las personas sobre su calidad de vida. Y es que la ciudadanía le cobra caro a su gobierno cuando está rodeada de trancones, cuando el transporte público va lento y con sobrecupo o cuando no hay control sobre los conductores y vehículos.

Así lo evidencian las Encuestas de Percepción de la Red Cómo Vamos en 14 ciudades colombianas. Al igual que los indicadores objetivos que recogen los Informes de Calidad de Vida de la Red, en las encuestas también se identifica un fenómeno común: la importancia que gana el transporte privado frente al público.

En Cali -por ejemplo- entre 2006 y 2014, el porcentaje de personas cuyo medio de transporte principal es público bajó del 59% al 47%. Del otro lado, quienes tienen como medio principal uno privado, subieron de 23% a 39%.

Al mismo tiempo, el parque automotor matriculado -90% privado- ha crecido continuamente entre 2000 y 2013, especialmente motocicletas (8% anual) y carros particulares (5% anual).

En las ciudades con más de un millón de habitantes monitoreadas por los Cómo Vamos, entre 2011 y 2013 crecieron las tasas pasando de 14 a 16 automóviles por cada 100 habitantes y de 9 a 12 motos por cada 100 habitantes.

El terreno que gana el transporte particular se debe a la mayor capacidad económica de las personas y al decreciente desempeño y satisfacción con el transporte público. En Cali, la satisfacción con el sistema de transporte masivo MIO ha pasado de 56% en 2009 a 17% en 2014.

En efecto, baja la satisfacción por la implementación incompleta del MIO (690 buses circulando de 903 disponibles) y la insuficiencia de alternativas públicas y formales de transporte, ante la salida del 84% de los buses tradicionales.

De acuerdo con cifras del Informe de Calidad de Vida 2011-2013 de la Red Cómo Vamos, de las seis ciudades con transporte masivo, solo Medellín y Bogotá cumplían sus metas de movilización de pasajeros. A su vez, cinco de las seis ciudades en 2013 presentaban satisfacciones de sus usuarios menores al 50%. Solo en Medellín se reportó una satisfacción del 86%.

Que el transporte particular sea más satisfactorio que el público trae consecuencias negativas para todos. Para la muestra, 5 de cada 10 encuestados en las ciudades Cómo Vamos en 2014 manifestaron que el principal problema ambiental es la congestión vehicular.
Se pierde una gran oportunidad cuando el transporte público no atiende las demandas de sus usuarios, porque es matemáticamente más eficiente que el privado, pues moviliza más personas, ocupa menos espacio y contamina menos.

La pista para salir de esta baja satisfacción generalizada con el transporte público puede estar en Medellín. Ya se mencionó que por mucho es la más satisfecha, con un 86%. ¿Y qué tiene Medellín? Tiene el sistema masivo más completo, pues integra línea férrea, buses y cable aéreo, además de aportar recursos públicos a su operación.

Entonces la clave está ahí, en apostarle a fortalecer el transporte público, con sistemas que integren distintos modos, incluidos los no motorizados. Hay que darles más alternativas organizadas a los ciudadanos para que vivan la intermodalidad con menores tiempos de viaje, integración tarifaria y condiciones básicas de seguridad.

La racionalización del uso del transporte privado no se logra solo con restricciones, sino dándole calidad al transporte público. Y claro, un ciudadano satisfecho con el transporte público solo usará su carro para viajar, habrá menos trancones y seguramente va a calificar muy bien a su gobierno y a su ciudad por darle una muy buena calidad de vida.

@redcomovamoscol

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