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Por: Marvin F. Mendoza
Coordinador del Programa Cali Cómo Vamos
@CaliComoVamos

Las ciudades son espacios en donde las personas viven, estudian, trabajan y llevan a cabo la mayoría de sus actividades. En este proceso de interacción, la población demanda diferentes formas de desplazamiento que permitan aprovechar eficientemente cada uno de los espacios en los cuales se desenvuelven diariamente.

Es así como la movilidad se conforma como una necesidad y un derecho que tienen las personas en procura de su desarrollo económico y social. De hecho, la Organización de Estados Iberoamericanos – OEI, en el Informe de Movilidad de Valladolid (2005) sostiene que:

“Todos los seres humanos, sin excepción, tienen derecho a que se establezcan las condiciones necesarias para que el espacio urbano e interurbano sea apto y equitativo para la movilidad interna de todos los habitantes de un territorio”

De acuerdo con el estudio “Off the beaten path” realizado por Citibank en 2007[1], un problema creciente en Latinoamérica es la movilidad, el cual tiene un impacto negativo sobre la productividad laboral, competitividad y el crecimiento económico de las ciudades. La concentración de personas en las áreas urbanas ha generado un aumento del número de viajes diario en las personas, mayores tiempos de desplazamiento, mayor parque automotor, entre otros factores, que ejercen presión sobre el desarrollo económico y social de la población.

En Colombia, el parque automotor en los últimos 16 años (2001-2016) se ha incrementado 238%, siendo las motos (+458%) y vehículos particulares (+142%), los que registraron el mayor incremento[2]. Esta situación ha ejercido una fuerte presión sobre la movilidad en el país, principalmente en la población urbana, quienes ven como año a año sus tiempos de viaje habituales se van incrementando[3], restando espacio para otros aspectos de su vida cotidiana.

Los modelos aplicados por algunas ciudades latinoamericanas para tratar de mitigar la presión en la movilidad en las áreas urbanas han dejado algunas enseñanzas, como por ejemplo, que mejorar la infraestructura vial no garantiza una mejor movilidad en el mediano y largo plazo, toda vez que la infraestructura vial no puede crecer al ritmo que lo hace el parque automotor (caso ciudades cómo Ciudad de México).

Es así como la movilidad sostenible, el uso de medios de transporte más amigables con el medio ambiente, se convierten en alternativas que pueden ayudar a mejorar la movilidad en la población. De hecho, conscientes de esta problemática, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se trazó como metas proporcionar acceso a sistemas de transportes seguros, económicos y sostenibles para todos, mejorar la seguridad vial, en particular mediante la ampliación del transporte público, con especial atención a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad (ODS 11).

En este sentido, el reto que tienen las ciudades latinoamericanas es el de cambiar el esquema actual de movilidad, el cual está basado en el transporte particular, por un esquema que privilegie el uso de transporte público amigable con el medio ambiente y otras alternativas de transporte no motorizado como el uso de bicicletas, los cuales tienen un impacto positivo sobre la calidad de vida de la población.

[1] Citibank (2007), Off the Beaten Path: On traffic Jams, Crime, Happiness, Monetary Politics and Productivity, Global Economic and Market Analysis, Economic & Market Analysis Team LatinAmerica.

[2] Fuente: Ministerio de Transporte (Transporte en cifras, estadísticas 2016).

[3] Se toma como referencia  las encuestas de percepción ciudadanas de las ciudades pertenecientes a la Red de Ciudades Cómo Vamos

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La Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos -RCCCV- articula a 13 programas Cómo Vamos, que comprenden 22 ciudades, para evaluar los cambios en la calidad de vida y generar información confiable, imparcial y comparable. Contribuimos a desarrollar gobiernos efectivos y transparentes, además de promover ciudadanías más informadas, responsables y participativas. Hacemos parte de la Red Latinoamericana por Ciudades y Territorios Justos, Democráticos y Sustentables.

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Hace rato escribí una entrada en este blog sobre cómo robarse(...)

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Esta entrada viene a cuento después de leer la siguiente caricatura. Me gustan mucho algunas caricaturas. Click para ampliar.

Supongo que no ha sido únicamente la literatura, sino la ciencia en general, o la imagen que de ella se tiene, la que sin proponérselo ha creado falsas expectativas sobre el futuro posible. Expectativas de una vida sin dolor, de una vida tan larga como se quiera, llena únicamente de paz y tranquilidad, o por qué no, de emociones fuertes pero controladas. Y con futuro posible, estimado lector, me refiero a ese futuro que usted y yo muy probablemente veamos y vivamos, no el de los nietos de sus nietos.

En la literatura no es muy difícil encontrar ejemplos de lo anterior. Como quizás el lector sepa, desde Julio Verne hasta Isaac Asimov, pasando por el genial H. G. Wells, se cuentan por decenas los escritores de ciencia ficción que por una u otra razón dedicaron gran parte de su producción a imaginar 'extensiones' del mundo en el que vivían, un mundo que en algunos aspectos se parece mucho al que descansa (o sufre, según algunos) bajo nuestros pies justo ahora. Es así como desde hace más de cien años se espera con ilusión la llegada de los carros voladores, los dispositivos de teletransportación y los viajes a colonias humanas o extraterrestres en otros planetas.

No siempre el problema es que todo esto sea o no posible; el problema es cuánto se demorará su masificación, si es que se logra. Ejemplo clásico: Hoy en día se puede construir un carro que 'vuele', que con algún sistema de propulsión (una hélice, una turbina) se mantenga suspendido en el aire o se desplace a velocidades sobresalientes sin tocar el suelo y sin ser del todo un avión. Es posible; se ha hecho. Lo complicado sería cambiar todos los carros del planeta por estos vehículos, adaptar las normas de tránsito a esta nueva situación, y (lo más difícil, creo yo) capacitar a los nuevos conductores, que lejos de aprender parqueando el auto de sus tíos en reversa, una vez al volante serían dueños de poco menos que misiles tripulados, algo que me da miedo. Cosas así.

Ejemplos como el anterior se encuentran por arrobas; dentro de ciertos límites, quizás ya existe la tecnología que permite muchas cosas antes sólo imaginables (¿no están cansados de leer y ver programas sobre 'los objetos salidos de Star trek'? Yo sí). La prueba de que el arte no es completamente responsable de meternos estas ideas en la cabeza es que no todas las historias de ficción en el futuro auguran situaciones bellas. Como no he leído mucho, siento que los ejemplos en el cine son mucho más numerosos que en la literatura. Muchos directores han soñado distopias, palabra en inglés que se podría definir como 'mundo futuro, probable y decadente'. Así las cosas, Blade Runner, Total Recall y Waterworld, con perdón de los cinéfilos, son distopias, pues prometen un futuro difícil, violento, con la humanidad reducida a la pobreza, la discriminación y la enfermedad. Nuevamente, ese es sólo un punto de vista; al otro lado tenemos cintas como I, robot o Minority report, quizás un poco menos pesimistas, que muestran cómo ciertos avances agigantados de la tecnología (y no completamente ajenos a las posibilidades actuales) podrían resultar verdaderamente beneficiosos para la humanidad.


El caso de Inteligencia Artificial me parece más razonable. Uno diría, después de pensarlo un poco, que Spielberg (al igual que Saramago) intenta mostrar las dos caras de la moneda; un mismo mundo en el que convive la felicidad verdadera con la decadencia completa, y el viaje de un personaje de un lado a otro. Siempre me ha llegado hondo el hecho de que existan tantas opiniones sobre algunos temas, tantos puntos de vista y a veces todos tan diferentes. ¿Es posible aprender algo de todo esto? Pues... quizás, si antes de creer en algo decidimos echar un vistazo al otro lado de la hoja, si antes de tomar una posición ciegamente escogemos abrir nuestras posibilidades y dedicar un poco de receptividad a quienes opinan algo opuesto a lo corriente, lo cómodo, el mainstream, quizás podamos aprender algo que no sabíamos, o caer en cuenta de cosas que ni siquiera imaginábamos.

dancastell89@gmail.com

PD1: Esta otra caricatura también me parece buen; es orgullosamente geek... así es la vida. Y viene muy a cuento. Se llama xkcd y la dibuja un ex trabajador de la NASA, para que se hagan una idea.



PD2: Si creían que hay verdades que absolutamente Todo el mundo cree, échenle un vistazo a la página de los creyentes de la tierra plana. Eso demuestra que todos los temas tienen por lo menos dos caras, (siempre) obviando, claro está, la validez de cada una.

3

Atreverse a afirmar que el retumbante estribillo de '¡Fuera Petro, Fuera(...)

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