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De nada, no estoy orgullosa de nada. Dolor es lo que siento cada vez que escucho o leo esa frase mediocre. ¿Están orgullosos porque desde el viernes a las dos y media de la tarde, Colombia se volvió el país menos productivo del planta? Desde esa hora fueron 46 millones de inútiles, viendo a un grupo de hombres corriendo detrás de una pelota. No importa que lo hagan bien o mal, el problema es que todo el país se paralice por eso. Tomando como si nu hubiera un mañana, celebrando nada, porque no han ganado nada, tan solo un juego. 

Preferiría que Colombia no se clasifique al mundial, no me cabe en la cabeza cómo sería el país durante ese campeonato mundial, todo el Amazonas deforestado y echado a perder por culpa de todos los colombianos que llenos de ese ridículo triunfalismo, a su modo quisieran pasar la frontera para ir a apoyar a su selección. Y que ni queden campeones mundiales, se acaba el país. Si celebran todo un puente por una victoria ante una selección que ya está eliminada. Se ganan un mundial se acaba todo el alcohol del país, saquean las plantas de Bavaria, llueve aguardiente acompañado con balas perdidas como granizo y la mitad de las colombianas violadas por algún conocido y la otra mitad, absurdamente golpeadas durante algún cambio de estado anímico del poco hombre que las acompañe. 

Orgullosa, cuando haya de que. Pero por ahora no. Y parece no haber una esperanza cercana. Orgullosa cuando sepa que en Colombia no se maltrata a una mujer, orgullosa cuando los hombres colombianos dejen ese estúpido machismo a un lado y le den a las mujeres el lugar que les corresponde en la sociedad, entiendan las mujeres no somos un objeto. El país está estancado y es por ese pensamiento, cómo es posible que una de las revistas más compradas y no leídas del país página de por medio lleve fotografías de mujeres vendiéndose como un articulo más de consumo.  

Colombia es un país machista y mediocre, lo cual es redundante porque el machismo es de lo más mediocre que existe, tan solo refleja lo poco que se esfuerzan para pensar. No obstante de los hombres colombianos no se puede esperar mucho, siendo fanáticos del fútbol y de toda la violencia que a éste lo rodea, es consecuente que nos quieran tratar a las mujeres como balones, a las patadas.

Los colombianos se sienten orgullosos por su país y sus recursos naturales, los cuales irónicamente no les pertenecen. Se engullesen de sus artistas, cantantes, diseñadores y demás personajes reconocidos mundialmente, quienes por alguna razón salieron del país y desde el exilio realizan sus obras. Personas muy avanzadas para Colombia, personas que en el país no tuvieron el reconocimiento, el apoyo o la guía para convertirse en quienes son actualmente y tristemente en el exterior encontraron lo que su tierra no les pudo dar.

Pondré como ejemplo un caso de fútbol, para que sea comprendido por todos, no tendría objeto hacerlo sobre un escritor. Los colombianos no leen cosas de verdad, porque leer un Blog o el periódico no debería contarse como lectura. Volviendo al ejemplo, expondré el caso del ídolo del momento, el hombre que si se le ocurriera la simpleza de lanzarse a presidente, lo eligen. Me refiero a Falcao, el crack, que brilla en el exterior y de vez en cuando en Colombia, pero para llegar a donde está hoy día Falcao y su familia pasaron por miles de rechazos en su país, negativas y adversidades y finalmente en Argentina fue donde se le reconoció su talento y le dieron el apoyo para comenzar una carrera seria. 

Y así como pasó con Falcao, pasa con cientos y cientos de colombianos que cansados, desilusionados y decepcionados al no recibir nada en su tierra, les toca irse con su orgullo a triunfar al exterior. Colombianos, no hay nada por lo cual sentirse orgulloso.

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