Situación socio económica y perspectivas para las organizaciones solidarias en Colombia – 2ª parte
Este «post» es
la segunda parte de la entrada hecha el 7 de marzo pasado (que se puede leer
haciendo click en este vínculo -pinchando aquí-). Como recordarán, había mencionado
que actualmente la organizaciones de la economía
solidaria en Colombia están en una coyuntura especial: el nuevo documento CONPES
para el sector; el aumento del uso del crédito en el sector solidario; la
llegada de varios bancos extranjeros y algunos nacionales que le están
apostando al nicho histórico de los asociados al sector solidario y en
particular, al mercado de las cooperativas con actividad de ahorro y crédito y
de los fondos de empleados; la integración, intercooperación y trabajo en red
del sector solidario, tema que parece mostrar mejoras pero sigue rezagado; el
proyecto de reforma a la ley 79 de 1988, lo cual prevé varios cambios a como
entendemos y hacemos el cooperativismo de hoy en el país; el cambio de
gobierno, un nuevo presidente, lo cual traerá nuevos funcionarios para la
Supersolidaria y para el Dansocial, y eso ya plantea retos para el sector
mientras que estos llegan, se acomodan y entienden la particular lógica del
sector y la teoría y práctica de la doctrina cooperativa; y por último,
aparecen elementos poco mencionados en el análisis del mercado solidario y son
las secuelas para la economía de la crisis internacional y de la crisis de las
llamadas pirámides del año 2008.
De pirámides, crisis internacionales,
intercooperación y créditos en el sector solidario
La crisis social y económica que se vio a
finales del año 2008 por cuenta de la caída de las bolsas de valores del mundo,
evidenciando una crisis económica internacional que nació de los problemas en
el mercado hipotecario de los EEUU, se sumó a la situación social y financiera
que evidenciaron los desplomes de las denominadas «pirámides» en el territorio
nacional. No obstante, hay elementos de esta crisis que no han sido analizados
desde la perspectiva del sector solidario y no me refiero a los coletazos de la
crisis en Grecia. Primero que todo, ninguna cooperativa o fondo de empleados
cayó con la intervención del Estado de las firmas DMG, DFRE y otras de similar
actividad. Por el contrario, la situación dio muestras de que las directivas de
fondos de empleados, mutuales y cooperativas de ahorro y crédito manejan los
recursos con prudencia financiera y coherencia doctrinal. Lo segundo es que la
crisis mostró una animadversión del público en general frente al sistema
financiero tradicional, sin embargo esta antipatía se vio contradicha al notar
el crecimiento de las utilidades del sistema financiero en el año 2009 (8,4
billones de pesos – Portafolio/El
Tiempo 2010).
Tal coyuntura de finales del
2008 debió haber sido aprovechada de manera agresiva por las cooperativas y los
fondos de empleados pues era la oportunidad de mostrar una solidez financiera
acompañada de la distribución de beneficios reales en comparación con los altos
costos bancarios y con la no distribución de ganancias, ni siquiera con tasas
de interés «de oportunidad». No obstante, las estadísticas muestran que el
sector creció en depósitos y cartera (CONPES 2010: 12), pero no en la
proporción de los bancos tradicionales.
¿Qué hace falta para aprovechar
coyunturas como la vivida en el 2008 y de cara a una nueva prospectiva
económica y social dado el cambio de Gobierno y los rumores de una nueva crisis
internacional si Grecia se cae definitivamente? Definitivamente se hace
necesaria la integración del sector, no sólo en los aspectos netamente de
asociación gremial en lo referente a los negocios y actividades económicas y
sociales que se pueden hacer en red. Claro, falta liderazgo, de acción colectiva,
de inversión en tecnologías que favorezcan los negocios en red y conciencia de
gremio más allá de los «apellidos» COOP, FE, o Mutual.
Aun así la evidencia muestra que, sólo si
el sector se integra, más allá de los egos gremiales o liderazgos personales,
si el sector supera el hecho de ser CTA, o cooperativa de ahorro y crédito, o
asociación mutual, o fondo de empleados, sólo así podrá ganar más mercados y
poseer un mayor margen de negociación política. ¿Cómo hacerlo? Es una pregunta
para el foro de este blog de la cual trataré de ocuparme en el mes de junio en
este mismo espacio.
En el plano de la competencia en el nicho
histórico de los fondos de empleados, aparecen 2 propuestas del sector
cooperativo y una más del sector financiero tradicional. La cooperativa
financiera Juriscoop y el banco comercial Coomeva, están enfilando sus
estrategias de mercadeo y penetración en nichos conocidos por todos: los
profesionales de Colombia y por supuesto, empleados y asociados a fondos de
empleados y a una que otra mutual. Por su parte, el grupo Sarmiento Angulo va a
incursionar en el mercado de «la base de la pirámide» a partir de su estrategia
con el Grameen Bank de llegar a sectores no atendidos por este grupo financiero
colombiano en el pasado y ahí llegarán a tocar la puerta de los asociados a los
fondos de empleados. Esto, sin contar los demás establecimientos que están
preparando documentos y cantidades de dinero para convertirse como nuevos
jugadores del mercado financiero del país. (Ver
La República del 24 de mayo de 2010, aquí).
Es necesario que las organizaciones de la economía
solidaria entiendan que salvo alguna nueva ley o reglamentación específica,
nada sustancial vendrá del nuevo gobierno, sea quien sea, dado que además no ha
habido una propuesta de ningún candidato o grupo político por el fomento y
formulación de políticas para el sector de la economía social y solidaria.
Igualmente importante, se hace necesario más que antes, fortalecer los procesos
de educación en el modelo y para el modelo solidario con un ingrediente
adicional: la formación financiera solidaria, la cual no depende de la tasa de
interés, que es bien entendida por los banqueros tradicionales, sino que
depende más de los valores agregados, las transferencias solidarias, la
distribución de beneficios sociales que al ser monetizados en las cuentas del
balance social, se convierten en económicos y en una ventaja competitiva muy fuerte
para mantenerse y crecer en el nuevo mercado con nuevos competidores que están
por llegar.
Comparto totalmente el planteamiento de Kipucamayo y creo que la situación comentada, obedece en parte, al desconocimiento que sobre la economia solidaria, cooperativa y social existe en un buen número de dirigentes, gerentes y asociados. Por eso no se utilizan las ventajas competitivas que tiene el sistema de economía solidaria para regular las tasas de interés y, de esa manera, no solo beneficiar a los asociados sino a toda la sociedad.
Por ese mismo desconocimiento, las estrategias a desarrollar para enfrentar el avance competitivo sobre las bases sociales cooperativas y solidarias como mercado objetivo, no se fundamentan en estas ventajas sino en estrategias débiles para enfrentar esta arremetida del capital
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Infortunadamente, el cooperativismo, por falta de democracia, no ha podido entender, en el caso de la actividad financiera, que no se requiere competir con la banca tradicional, pero en realidad, los costos actuales de un credito en una cooperativa no se diferencian ni en la tasa con el sector financiero real y uno se pregunta, si nuestras cooperativas son tan robustas en aportes, por que razon no se puede marcar una diferencia?
Cuando digo falta de democracia, basta mirar las grandes cooperativas, para ver que tienen los mismos gerentes (autócratas) de toda la vida, con consejeros de bolsillo, y la supersolidaria ni la superfinanciera parecen tomar nota de eso, pero de alguna manera lo anterior explica la falta de liderazgo como sector de la economía.
Sigo creyendo que el modelo cooperativo es muy bueno y a pesar de lo dicho, existen muchas cooperativas bien manejadas que cumplen con sus objetivos sociales
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Cordial saludo profesor Castillo. Solo para agregar que en la propuesta del parido verde sí hay una mención específica al tema solidario cuando en el punto 7 del programa gobierno se habla de la dignificación de la vida en el campo a través de las cooperativas de producción. Igualmente, en el tema del cambio cultural, la solidaridad es el elemento transversal. Por eso, el camino es verde, Cordialmente desde Santander.
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