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Con inmensa alegría me enteré que el presidente de los colombianos había ido a la universidad. «Por fin -me dije- se decidió a tomar clases de ciencia política porque ¡a falta que le hacen!». Pero no, informes de inteligencia (que aunque no lo crean, son dirigidos por los militares de mejor puntaje del ICFES del país) expresaron que Álvaro Uribe Vélez (AUV) lo que quería era recibir clases de equitación. ¡Tan chicanero! Lo que quería era descrestar a sus compañeritos de semestre, demostrándoles que puede gobernar un caballo de paso fino sin que se le riegue el tinto, de la misma manera que rompe record en su play station en el videojuego «Invasión en Sucumbíos».

Los mismos informes (que obtuvieron sus mejores datos por medio de las chuzadas, pero de cajeros para pagar al pocotón de informantes que superan en número a los graduados de sociología en toda la historia de la Nacional) contaron que Uribe le preguntó al rector qué otra carrera le podía ofrecer, a lo que Wasserman respondió que «la carrera armamentista». Ahí si fue Marquetalia (perdón, debí decir «ahí si fue Troya»; ustedes entenderán, gajes de ser colombiano) ya que AUV le increpó «¿Usted quiere que me convierta en Chávez o qué?».  Moisés (el rector) corrigió diciéndole «le recomiendo que se meta a antropología; así puede conocer el ambiente en que se educó Alfonso Cano». Nos cuentan los ‘tiras’, perdón, los apóstoles de la croactividad; es decir, los informantes, que Uribe se quedó en silencio y que, de pronto, extrajo de su bolsillo un frasquito de gotas terapéuticas, lo que le valió la reprimenda del rector «Doctor Uribe, usted podrá ser el presidente, pero entienda que la dosis mínima, está bien en un estudiante, en un profesor como Carlos Ossa ó en un intelectual, pero en un….» AUV le interrumpió exclamando: «pero, hijito, esta es droga ‘de la otra'». «¡No importa, además de ahora en adelante haremos pruebas de orina antes de los exámenes porque los chinos se nos están dopando antes de las evaluaciones!». Uribe se quedó pensando si los chinos eran los de la China «con razón ganaron los Olímpicos» se dijo así mismo y siguió con el dedo levantado mirando con rabia hacia todas partes, hasta que se dio cuenta que no había cámaras de televisión enfrente.

-La otra opción es que ingrese al programa de agronomía
–No. Para eso tengo a Andrés Felipe que piensa hacer su bachillerato en un colegio agropecuario, en donde mejorará su programa de Agro Ingreso Seguro.
-O también le podemos ofrecer veterinaria
–Gracias, pero esa bequita se la daremos al ministro del medio ambiente para que aprenda a sacrificar sin dolor a los hipopótamos vagabundos
– ¿Qué le parece filosofía?
— Para qué más filósofos si ya tenemos a José Obdulio

Aquí el rector se perdió «seguramente se tratará de un pensador que no conozco, mejor me quedo callado, para no parecer uribista». – Señor presidente: y si nada de eso le llama la atención, le tengo la carrera perfecta; «Cine y televisión»…

-Ja, ja, ja, no me haga reír ¿Le parece poquito los Consejos Comunales en dónde soy el payaso que hace el show con los títeres y ventrílocuos de los ministros?
 
-La otra opción es que estudie economía
-¡Ya me va a pedir otra vez más plata para esta cueva de guerrilleros! No se equivoque conmigo rectorsito. Yo también fui estudiante de la universidad pública y todavía me acuerdo de los nostálgicos comunistas como Plinio Apuleyo y José Obdulio… además -bajando la voz- todavía tengo pesadillas con los exámenes que reprobaba con el profesor Carlos Gaviria

–¿El del Polo?

-Si. El nos daba clases de Estado de Derecho y yo insistía en aprender sobre el Estado de derecha… 

Moisés Wasserman le puso compasivamente la mano en el hombro y le preguntó ¿quiere dar un paseo por el campus?

-Si. Pero me dicen que eso es más peligroso que el Caguán. Creo que no sería un mal lugar para poner la octava base militar yanqui. La otra vez Vicky Dávila me dijo que eso es un santuario de terroristas en dónde hasta un altar del Che Guevara tienen.

-No señor, eso es…

-Tranquilito, hijito, que yo no me voy a dejar intimidar de nada. Yo vengo de un lugar donde nacen muchos y se crían pocos ¡Es que las favelas de Lula se quedan en pañales con las comunas de Medallo! ¡Yo que le di en la jeta a Valencia al que Cossi a puños! Espere y verá.

En ese momento, el adelantado de Estados Unidos en Colombia (perdón, el Sr. Presidente) se puso un casco que le regaló el coronel Plazas y tomó un radio en el que espetó «atención todas las unidades; desobedezcan a la Dra. Obregón y entren a hacer revista militar a la Nacho. Eso sí ¡Cuidadito con leer los grafitties que hay por ahí; no hay sea que aprendan de esos errores de ortografía»!

Acto seguido, Uribe llamó a los periódicos y noticieros y les ordenó que trasmitieran en vivo su entrada como si se tratara de la entrada de Bolívar a Bogotá luego de la batalla de Boyacá. También dijo: «capturen a cualquier niña terrorista y no se dejen engañar por los cuadernos, sacapuntas y colores que lleven… ¡Todos son guerrilleros disfrazados de civil!».

Así, señoras y señores. Transcurrieron parte de los hechos del pasado viernes en el Alma Mater de los colombianos ¿Y del secuestro del rector? Bah… ¡Pamplinas! De ese cuento es mejor no hablar porque Walt Disney ya está negociando los derechos para sacar una película el otro año.

 

 

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