En la universidad estatal por excelencia, en aquella cuyo nombre coincide con el del país, todos los principios de semestre se fija en las carteleras de las 55 carreras el calendario académico; aquel en donde figura el comienzo y final de clases, la semana de parciales finales, las jornadas culturales, las fechas de grados, etc., etc., sin embargo, nunca se publica los días en que habrá pedreas y disturbios. “¿Y eso para qué?” preguntará la tía política que no sabe que la escena de encapuchados fabricando cócteles molotov (‘molochas’ en el argot de universidad pública) y lanzando papas explosivas y piedras a los policías antimotines que atraviesan las tanquetas en las porterías de la calle 26 y de la carrera 30, es suceso corriente en la primera universidad del país, según los resultados de los exámenes de calidad de la educación superior (Ecaes) practicados por el Icfes a los profesionales egresados de nuestro país.
Sí señores. Todos los que hemos estudiado en el bello campus del Alma Mater sabemos que en los 14 de febrero, 10 de mayo, 7 y 8 de junio y en los 9 de octubre (efemérides, respectivamente, de la muerte del cura Camilo Torres, de las masacres estudiantiles en la dictadura de Rojas Pinilla –en 1954 y 1957- y de la ejecución del Che Guevara) hay, seguro, tropel en cualquiera de las dos principales entradas peatonales de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá; con el agravante actual de que el tráfico de Transmilenio en la NQS se ve afectado cada vez que algunos estudiantes (y otros que no lo son) salen a practicar movimiento parabólico con el Esmad que ahora tiene una nueva tarea: proteger la estación del sistema masivo de transporte ubicada frente a la fachada universitaria con todo y que esta, desde el pasado enero, se recogió
Claro que habría que contarle a la tía solterona que las murgas estudiantiles de hoy día en la Universidad Nacional (UN) no son lo que fueron y significaron las protestas de la década del 70 que si tenían un intenso tinte político e incidían e importaban tanto para el “país político” como para el “país nacional” a los que se refería Jorge Eliécer Gaitán, egresado de la UN, junto a otro mártir como Jaime Garzón. Las “ferias y fiestas” como folclóricamente son bautizados los tropeles de la Nacho ya ni siquiera paralizan el normal funcionamiento de la “Ciudad Blanca” que, en simultánea de la refriega, ofrece a sus 70.000 habitantes diarios exposiciones permanentes en los 11 museos que alberga, concierto de la filarmónica, presentaciones de teatro y/o de películas en la cinemateca o en cualquiera de los 12 cineclubes estudiantiles existentes, partido de la Primera “C” en el estadio Alfonso López Pumarejo (cuna del fútbol profesional colombiano), conferencias magistrales, seminarios, coloquios, encuentros, foros y clases en sus cerca de 100 edificios (21 de ellos patrimonios arquitectónicos) que alojan alrededor de 100 auditorios –entre ellos el imponente León de Greiff- que de 6 de la mañana a 9 de la noche reverberan con mayor actividad y furor que la exhibida en muchos de los pueblos de la geografía colombiana.
¿Quiere usted entrar a las entrañas de ese gigantesco búho (así se ve el plano de la “U” en vista superior) de
Que idiota es usted, Godofredo!
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Ala carajo, esta universidad la deberían cerrar, ya se sabe que es una cochinada llena de guerrilleros y hasta desde ahí conspiran contra nuestros amigos y benefactores los gringos! Ademas, para que una universidad publica si tenemos excelentes universidades privadas como Los Andes y La Javeriana, donde van los niños bien? Esa universidad se llena de chusma que huele feo, y educar al pueblo puede ser peligroso, después se nos rebelan y que hacemos!!
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Si la Universidad Nacional es mas que pedreas y problemas de «desorden» publico, como egresado me siento orgulloso de mi universidad, también agradecido con todo lo que me brindo. Le recomiendo a todos los que estudien alli que no patrocinen las pedreas ni los actos de destrucción, pues lo que se dañe no lo paga el Gobierno sino el pueblo. Fui testigo de como se organizaban las pedreas y se quienes estan alli: Muchos delincuentes, que lo unico que logran es dañar a nuestra universidad y quitarle el espacio para el debate pacifico de las ideas.
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Ameno su artículo. Tal vez y ya visto el panorama desde hace mas de 20 años que sali de la Universidad Nacional, las cosas si han cambiado. En mi «época» la U si se cerraba y habia que tener pulomones de maratonista para escapara de la Fuerza Disponible (los tombos) y eso que lo que nunca participabamos en esas pedreas, nos tocaba correr a mil por hora, si no le tocaba a uno quedar atrapado en lapedre con la nociecita de turno. En fin de todas maneras, La Nacho es y seguira siendo la mejor Universidad del país, asi le pese a todas la Universidades de garaje de Chapinero. La universidad Nacional es única, irrepetible y esplendorosa en si misma.
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Que bueno que hay gente que sin casarse con ninguna posición, rescata lo rescatable de los dos lados: las pedreas y el resto de las actividades de los muchos hombres y mujeres que pasan y hemos pasado por la UN. Buen ejemplo para los medios amarillistas (no tiene nada que ver con el presente, por supuesto, eso son solo los demás medios (sic)!!)que cada vez que hay incidentes muestran a la gente y a la propia universidad como la cuna y agentes intelectuales de la más terrible barbarie, impropia de un centro del saber.
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La Universidad Nacional! el templo educativo por excelencia. Cualquier cosa que yo puede decir esta demasiado influenciado por mi amor a ese lugar. La defiendo a capa y espada y soy orgullosamente estudiante de la única y mejor universidad del país. Con respecto al tropel: Quien siendo estudiante no ha estado en uno? No lo critico y tampoco lo comparto. Simplemente pienso que es parte de la universidad al igual que los graffitis en los muros… son parte de su identidad.
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VIEJO QUITI: TOCAS LA LLAGA DE MIS VENAS AUN ABIERTAS Y MAS TODAVIA – SIN DEJAR DE LADO ESA CIUDAD BLANCA – HAY UNA CRONICA MIA PA QUE LA VEAS… OJALA LA PUEDAS VER
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Resulta hasta cierto punto agaradable ver, como una realidad, como son los tropeles en la UN de la cual soy egresado; son expuestos junto con las otras inmensas actividades de nuestra Universidad realizando un paralelo entre ellas, que sin lugar a duda deja como gran ganadora a la Universidad pensante, técnica y científica. Con este escrito se pone a conocimiento publico que la UN debe ser valorada, respetada y amada por lo que realizan el 99% de sus integrantes y no debe ser juzgada y crucificada por lo que hace una minoria, que a pesar de que respeto lo que hacen siguen siendo una minoria.
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