Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

La organización de nuestro basket tiene que ir encaminada a construir y no simplemente a cumplir para poder soñar con un futuro. Los campeonatos Sub-17 masculino y femenino dejaron a Santander y a Valle como dos grandes campeones, dos equipos que merecen un aplauso de pie porque demostraron que son muy superiores y que con su talento tienen elementos para aportar a un proceso. Sin embargo, sorprende que los torneos de esta categoría se realicen casi que al paralelo que los torneos a nivel de selecciones de esas mismas edades.

No fue hace 15 días cuando estábamos celebrando la clasificación de Colombia al Mundial Sub-17 femenino, bajo la batuta del nombre que es sinónimo de los logros del basket en nuestro país, Guillermo Moreno Rumié. La Federación Colombiana de Baloncesto lo sigue celebrando como quien se tropezó con un tesoro, mientras que este fin de semana que pasó Valle se coronó campeón en el torneo nacional. Dentro de 15 días, nuestra selección masculina Sub-17 buscará un cupo al Premundial para igualar esta gesta y su grupo es accequible. Para ello armaron un proceso que peleará desde mediados de julio en Perú, pero será difícil incluir alguno de los nuevos talentos de torneo nacional que dejó como campeón a Santander.

Tiene mucha lógica armar procesos desde antes para enfrentar los retos internacionales, pero no la tiene armar torneos nacionales si no vamos a sincronizar el calendario para que sean útiles. Es genial descubrir nuevos talentos pero es un dinero desaprovechado si los campeones juveniles de basket solo van a celebrar a nivel local y no van a reforzar con su talento a los equipos. Nuestras selecciones no son trampolines de privados, por si acaso alguien tiene dudas de eso, así que Fecolcesto debería despejar esas dudas organizándose mejor. Como lo dije antes, esperemos que el profesor Yahir de Ávila, que viene de Guerreros, abra la baraja para evitar que las suspicacias sobre

Compartir post