¿Juan, qué tal este amanecer de esplendor? Venga lo acompaño a revisar el ganado y a darles desayunito, y así también a todos los animales, aves y peces de la finca y, mientras, seguimos con nuestro «debate Colombia», y luego me invita a desayunar.
Listo, don Bruno.
Primero, Juan, voy a hacer una sugerencia muy importante y beneficiosa de la síntesis de la propuesta de la Democracia Dual Colombiana de la que charlamos ayer, así…
Democracia dual republicana/parlamentaria – central/federal, en sus “justas” medidas
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Se propone un Congreso conformado por (1.) alcaldes, representantes, director de Policía y comandante de Armada, y (2.) gobernadores, senadores, comandante del Ejército y comandante de la Fuerza Aérea. Todo, en una sola Cámara de Gobierno y oposición con etapa final de la Corte Constitucional para comentar legislación pre-aprobada por el Congreso, con Presidente de la República elegido entre un candidato de la bancada de alcaldes Representantes y un candidato de la bancada de gobernadores senadores.
Juan, sobre esta inclusión en el Congreso de los jefes máximos de las Fuerzas Armadas, le explicaré en un lugar apropiado de nuestras charlas siguientes.
Mire esto, Juan, sobre lo imposible que es gobernar en Colombia…
Se ha usado el concepto de democracia, tan arraigada en el espíritu colombiano, para promover la democracia disimuladamente hasta llevarla a servir intereses, usos y provechos personales en vez de servirle a la patria, al lograr que:
“La democracia colombiana sea tan amplia que no funciona”,
…, como consecuencia, “es imposible gobernar en Colombia”.
¿Qué poder va a tener el Presidente colombiano cuando está ante tantos gobernantes… una inundación de ellos… cada uno detrás de sus propias agendas y con poder para perseguirlas por encima del bien nacional colombiano?
¿Cómo va a gobernar un presidente cuando las elecciones de Congreso son antes que la elección presidencial, en un país sin partidos?
En un país, como bien dijiste, Juan, de piratas políticos que ejercen la piratería política precisamente porque la votación para Congreso es ínfimamente baja y para nada representativa del pueblo colombiano, considerando que son ellos los que cogen gran parte del control total de Colombia.
Llega el presidente de Colombia a tratar de gobernar sin estar posicionado para ello con una bancada que lo apoya en el congreso de un tamaño relativo al poder que los Colombianos le dieron para ser presidente.
Llega a gobernar el presidente de Colombia a que le diga el congreso, “Usted no manda en Colombia, señor presidente, mandamos nosotros, y nosotros vamos a hacer lo que nos conviene y no lo que le conviene a usted por mucho que quiera mejorar el país”.
Y con un Congreso así, Juan, es imposible pasar cualquier legislación que cambie ese congreso, porque ese congreso no va a dejar, por nada del mundo, que se le quite semejante poder, poder que no solo no le hace ningún bien a Colombia sino que le hace mucho mal. Es que tiene tanto poder que sus miembros se han vuelto descarados, prepotentes y corruptos.
Semejante poder que sus miembros se han hecho prácticamente intocables ante la ley colombiana.
Y como el congreso Colombiano no está organizado en grandes colectivas políticas dirigidas, con filosofías y anhelos patrióticos, no es más que una farsa y se comporta como una jaula de micos.
“Con razón el pueblo colombiano esta tan descontento”
Es que, Juan, se ha hecho tan dispersa la democracia colombiana que nadie sabe quién es ninguno de los de la enorme menudencia que forma el congreso Colombiano, que se pueden hacer elegir con relativamente pocos votos, en un sistema con una mano de partiditos, u otra mano de individuos.
Y cada uno de esos desconocidos Juan, ya puede proponer, promocionar y hacer aprobar su propia legislación, obviamente, para su populismo.
Se hace imposible, Juan, aprobar nada de envergadura nacional colombiana sin pasar por la imposible tarea de satisfacer los bolsillos, los egos y las agendas personales de los congresistas para lograr una votación que apruebe las cosas más urgentes y necesarias para Colombia.
Nada de trascendencia se ha aprobado en Colombia en años y años, Juan.
La Constitución actual:
Y Juan, la constitución del entonces presidente Cesar Gaviria, la constitución actual, ha contribuido en gran medida al estado de desgobierno actual Colombiano, porque desde entonces nada influyente se ha aprobado en general, y mucho menos para solucionar el insistente gran descontento de su pueblo, que lleva manifestándose durante años y años. Una de las razones principales de ese descontento es el exagerado tamaño del Congreso, o sea, la sobre-población de políticos que no representan con hechos a nadie y no obran con dedicación por el mayor bien de la nación.
Pero, para hacerlo parecer así, Juan, se aprueban legislaciones populistas, insignificantes y estorbosas que no requieren debate alguno y que parecen muy bonitas, pero que no solucionan nada en Colombia, donde todo lo fundamental está por solucionarse.
Antes, Juan, tanta legislación quisquillosa ha hecho completamente inmanejable el entramado jurídico colombiano y una de las labores más urgentes y necesarias para Colombia es su desregulación, su simplificación y su aclaración jurídica.
Y tanto tiempo libre, Juan, de un Congreso inútil, hace que se base su gestión en inventarse cualquier cantidad de leyes suntuosas y estorbosas.
“Con razón el pueblo colombiano está tan descontento”
¡Nos toman por bobos!
Oiga esto Juan que se refiere a cualquier ciudadano colombiano…
Quien sea que hace mal a Colombia está gobernando mal.
Quien sea que hace bien a Colombia está gobernando bien.
Eh, que verraquera, don Bruno
Muchos medios, Juan, son también grandes culpables del malestar y la rabia de la gente porque insisten en dar una imagen completamente errónea de Colombia.
Es que Juan, en vez de orientar a los colombianos en cómo lograr sus mejores destinos políticos, económicos y sociales y exigirle a los políticos para lograr eso mismo: en resaltar lo bueno y llevar a Colombia a entenderse a sí misma y a abrirle vistas al futuro de lo que son capaces y merecen los colombianos, los noticieros y medios hacen ver a Colombia en la olla con noticias pequeñas, pero dramáticas y escandalosas.
Quien sea que hace mal a Colombia está gobernando mal.
Quien sea que hace bien a Colombia está gobernando bien.
Claro, Juan, que son adueñados los medios por quienes tienen sus propios intereses políticos y de lucro de por medio, quienes insisten en no entender que ellos se enriquecerían mucho más si estimularan a Colombia a superarse en vez de tratar de mantener a Colombia entre esas cosas indeseables que ningún colombiano quiere seguir teniendo.
“Con razón el pueblo colombiano está tan descontento”
El alto sector económico privado…
Para el atraso del bienestar Colombiano, Juan, el alto sector económico privado colombiano obra dentro de la artificialidad del proteccionismo con la amenaza que si no hay proteccionismo para ese alto sector económico sufrirá el empleo.
Como mejor lo sabe usted, Juan, el mayor empleador de Colombia es “el rebusque” y ese sí que es una economía sana, vigorosa, colaboradora y muy próspera, porque es de colombianos a lo colombiano.
Bien dicho, don Bruno.
Y la otra verdad Juan es que, debido al proteccionismo, el alto sector económico privado colombiano está compuesto en gran parte por monopolios y oligopolios que disminuyen la oferta y aumentan los precios y el costo de vida para el colombiano.
Qué mal, don Bruno.
Y ese alto sector económico privado colombiano Juan, no ve que lo que mejor le conviene es que Colombia sea económicamente libre y pujante, porque así va a generar mucha más riqueza para su propio mayor enriquecimiento.
Quien sea que hace mal a Colombia está gobernando mal.
Quien sea que hace bien a Colombia está gobernando bien.
Si, Juan, y más vale que el alto sector económico privado colombiano entienda cuanto antes que, para su mayor prosperidad y última supervivencia, debe ya mismo empezar a asumir la responsabilidad y costo de todos los medios del que depende su continuado y mayor enriquecimiento y su propia supervivencia, específicamente, la responsabilidad por los colombianos, que son su base de consumidores. Es decir, encargarse de su infraestructura, comunicaciones, educación, salud, recreación, cultura, etc. ¡Y! sobre todo, del medio ambiente
Todo esto, con el fin, para su propio máximo beneficio, de incrementar el nivel de vida de los colombianos y así su capacidad de compra. Además, siendo los colombianos su propia fuente de empleo, para aumentar su propia productividad y creatividad, todo ello en última instancia como la única posibilidad y esperanza real que le queda a Colombia (y así mismo el mundo entero ante su propio alto sector económico privado) de sobreponerse a la destrucción de su hábitat por el daño a su entorno causado por la actividad económica del hombre, encabezada por ese alto sector económico privado, que, si no lo hace, se acabara reduciendo en su tamaño y rentabilidad, hasta eventualmente extinguirse.
Don Bruno, ¡me le quito el sombrero!
Gracias, Juan.
Así, Juan, no solamente el alto sector económico privado garantiza su mayor posible prosperidad y lucro, y en última instancia su sobrevivencia ante el catástrofe ecológica que está a la vuelta de la esquina, sino que el Estado se reduce a su competencia mínima necesaria para ejercer las expresiones comunes de la sociedad, principalmente, de paz, libertad, igualdad, justicia, seguridad y planeación.
Así, el tamaño y el costo del Estado, y sus impuestos correspondientes, se reducen a su mínimo, para el alivio y adicional prosperidad de Colombia.
Me le vuelvo a quitar el sombrero don Bruno.
Gracias Juan. Sobre este tema que llamo «Evolución Capital» o «Bienestarismo» hablaré en mayor detalle bajo las secciones económicas, sociales y de resguardo de nuestras charlas.
Pero volvamos a la política y hablemos de igualdad:
La igualdad intrínseca de la democracia es esta, Juan:
Un colombiano = todos los colombianos, todos los colombianos = un colombiano, en sus derechos, protecciones y oportunidades.
Como seres humanos Juan, no vamos a ser todos iguales en las particularidades personales que nos distinguen, ni podemos ni debemos querer eso en Colombia, cuando lo que tiene el país a su gran favor es la variedad de las características de su pueblo. Pero todos tenemos que tener los mimos derechos, oportunidades y protecciones y vivir bajo las mismas leyes, iguales para todos, indiferente a antepasados, rasgos físicos, creencias, vestimentas y costumbres particulares, que son múltiples todos en Colombia, y afortunado Colombia de tener tanta variedad.
Si no, Juan, eso es igual a segregación, desunión y desigualdad, y no a igualdad de derechos.
Y si es así ahora, Juan, es porque la constitución y la democracia colombianas, queriendo lo opuesto, pero por haber sido sobre-particularizadas, han sido acomodadas al provecho de algunos y no al de la nación colombiana como un todo.
Que sí qué, don Bruno.
“Con razón el pueblo colombiano está tan descontento”
¡Y lo enredado y costoso de gobernar en Colombia, Juan!
Juan ¿usted entiende lo que está haciendo cuando vota?
No, don Bruno, no entiendo nada de eso. Voto por las cabezas que conozco, si es que me gustan, y francamente casi no me gustan. Y aparte de que si ganó o perdió la cabeza por la que vote, de ahí en adelante no sé mas.
Pues usted y yo igual, Juan.
Juan, le gustaría que su vereda se juntara con las verdeas vecinas y voten por su propio concejal de alcaldía y diputado de gobernación.
Que sí qué, don Bruno. Ahí sí uno sabe que alguien lo está representando y sabe uno bien quién es esa persona.
Así debe ser ¿cierto Juan? Más adelante le cuento como hacerlo realidad.
Don Bruno, me voy para la cama con la cabeza grande. Pero estoy pensando que es verdad que aquí en el silencio y limpieza de la montaña, con vista sobre los picos de las olas de las montañas de los Andes, realmente estamos con nuestras mentes despejadas y abiertas y visionarias, y que nuestro «Debate Colombia» tiene sentido y ofrece cosas demasiado buenas para Colombia.
Que descanse, Juan. Porque es un buen colombiano.
Igualmente, don Bruno… No puede esperar, don Bruno. ¿De qué vamos a hablar mañana?
Vamos a hablar de lo inentendible y costoso de la democracia colombiana disfuncional.
No estoy de acuerdo.
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