Juan, vamos a tener algunas charlas sobre la leyes naturales del hombre.
¿Como cuáles, don Bruno?
Tales como las leyes naturales de la creación de riqueza y de las formas de gobernarse del hombre.
Estoy bien intrigado, don Bruno.
Primero, Juan, escuche mis leyes sobre reacciones iguales y opuestas porque obran en todo lo natural, incluyendo las leyes naturales del hombre.
- La creación está fundada en, y ha evolucionado por medio de, reacciones iguales y opuestas.
- Reacciones iguales y opuestas son lo que han hecho que todo sea posible y que todo funcione y evolucione.
- Reacciones iguales y opuestas evitan la mayoría de los accidentes.
- Reacciones iguales y opuestas mantienen saludable a lo que vive.
- Reacciones iguales y opuestas mantienen a lo existente suficientemente seguro para que sea tal como la creación desea que sea.
“Toda acción tiene una reacción igual y opuesta”, es la ley de la física dada por Sir Isaac Newton, que sintetiza lo absoluto que es para la materia.
Las leyes mías de reacciones iguales y opuestas, Juan, son para lo vivo, para el hombre, y en las leyes de la naturaleza humanas que surgieron con el emerger del cerebro humano.
Hablemos, Juan, un poco sobre la creación de riqueza y la ciencia de la economía. La economía, Juan, como ciencia, es el conocimiento sistematizado de la ley de la naturaleza de la creación de riqueza humana.
Y la creación de riqueza, Juan, está sujeta, como todo en la creación, a las leyes de reacciones iguales y opuestas.
Y por eso, Juan, la creación de riqueza solo funciona a su pleno potencial si se deja libre de obrar como ley de la naturaleza que es, sin forzar sus reacciones iguales y opuestas.
Juan, como la creación de riqueza es una ley de la naturaleza, esta funciona y tiene que funcionar siendo libre. Si es de la naturaleza, si surgió como elemento de la creación, no se podrá mejorar, y su interferencia solo la distorsiona negativamente.
La creación de riqueza es tratada en parte por la ciencia de la economía, aunque solo en parte porque la economía no incluye la ciencia de la evolución, que es una de las dos leyes naturales omnipresentes de la creación, ni el análisis de la historia del hombre en su forma de ser, según se la dio y la modifico la misma naturaleza.
Pero, en lo demás, Juan, la ciencia de la economía trata del estudio, a exclusión de todo lo demás y por eso se llama ciencia, de la creación de la riqueza, sobra decir humana, porque no hay otra, aunque se ven señales de ello entre los animales.
Pero, Juan, no conozco un solo economista que sepa qué es riqueza ni cómo se crea riqueza.
¿Es que sin saber eso, Juan, cómo se puede ser economista?
La riqueza, Juan, corresponde al superávit del trabajo del hombre.
¿Cómo se crea riqueza, Juan? Como resultado del trabajo del hombre.
¿Y qué es riqueza, Juan? Riqueza es lo que sobra del producto del trabajo del hombre que el hombre que trabajó en producir riqueza no requiere para su supervivencia esencial.
Pero aquí viene, Juan, la primera cosa que desequilibra las leyes de reacciones iguales y opuestas de la creación de riqueza.
Para la creación de riqueza, los impuestos son una traba que la estorba en dar su mejor y máximo rendimiento al hombre, y por ello, Juan, digo que los impuestos colombianos, y de hecho de donde sea, deben ser los mínimos posibles para que haya la máxima creación de riqueza posible.
El hombre, Juan, quiere todo, quiere todo ya, quiere más de todo siempre y no quiere de ninguna manera padecer sufrimientos, entonces trata de ajustar una ley natural como la de la creación de riqueza a su conveniencia pasajera.
Pero eso requiere desajustar las leyes de reacciones iguales y opuestas, y todo desajuste de una ley tiene consecuencias graves.
El primer error que cometió el hombre con la ley de la creación de riqueza fue esclavizar su fuerza laboral para forzar a la ley de la creación de riqueza a rendir más riqueza de lo que debería estar rindiendo al principio, sobre todo al principio del capitalismo.
Eso sí, el sufrimiento y sacrificio de tanta calidad de vida y de vidas como tal, logro que la creación de riqueza hiciera un salto cuántico, y toda la humanidad se enriqueció prematuramente con esos sufrimientos y sacrificios.
De hecho, esos sacrificios y sufrimientos están obrando aun hoy en día en países que quieren enriquecerse de la noche a la mañana y tienen una fuerza laboral pobre con que hacerlo.
¿Pero cuáles han sido las consecuencias de apresurar el enriquecimiento humano?
Pues, para empezar, el deterioro del ambiente terrestre y la proximidad de los peores efectos climáticos venideros por ello.
Esos efectos del cambio climático ya presentes y venideros son debido a que el hombre acelero la ley de creación de riqueza humana y bien pueden acabar con el hombre por haber sido el hombre tan insaciable e impertinente, tal como lo advierte el cuento bíblico de la manzana del jardín del Edén que acabo en la expulsión del hombre del paraíso y la obligación a tener que vivir del sudor de su frente.
Ahora el sudor de la frente humana parece que va a acabar con el paraíso mismo.
Pero la naturaleza es superiormente sabia, y como el hombre no respetó la ley de la naturaleza en sus reacciones iguales y opuestas de la creación de riqueza, es posible que el hombre no se acabe por ello sino que será reducido al tamaño que debería tener para coexistir dentro de las leyes de la naturaleza en armonía, y así duraderamente.
¡Puede que sea así!
Pero sabemos ya por el cuento bíblico y por la naturaleza del hombre que se refleja en ese cuento, que el hombre embarra toda oportunidad que se le da.
Las leyes de la naturaleza son perfectas cuando el hombre no.
Y es muy importante decir aquí que la creación está completamente a favor del hombre en su búsqueda de llevar la evolución de la vida a un estado cada vez más cercano, en su naturaleza e inteligencia, a las de la misma creación.
El hombre, solitariamente, tiene que saber cómo sobrevivir su acelerada evolución, y si el hombre falla y desaparece, la naturaleza buscará otra manera de lograr su objetivo.
¿Qué tal le pareció, Juan?
Increíble, don Bruno, aunque miedoso.
Sin duda, Juan, y con razón siente miedo.
Pero, Juan, en nuestra próxima charla hablaremos de cómo puede el hombre equilibrar de nuevo la ley de la creación de riqueza en sus reacciones iguales y opuestas, y así llegar a lo que la creación está rogando que logre, que es que el ser que ha logrado el mayor grado de divinidad dentro de la creación se establezca en el paraíso de su planeta tierra en paz con sí mismo y en armonía con la naturaleza para siempre.
Wow, don Bruno, qué maravilla.
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