Recién estamos a mediados de noviembre, pero ya en el ambiente se siente pleno el aroma de la navidad. Vemos árboles y luces en las ventanas, empezamos a revisar las ideas para el menú de las novenas y la nochebuena, y surge esa pregunta que, en la medida en que pasan los días, nos empieza a quitar el sueño: ¿qué voy a regalar este año?
Navidad, como otras fechas conmemorativas, se ha convertido en la oportunidad comercial perfecta para que las empresas ‘hagan su agosto’. En una sociedad del ‘tanto tienes, tanto vales’, la compra de objetos como vía generalmente aceptada para demostrar cariño o lograr quedarnos en la mente y en el corazón de alguien, ha pasado a integrar la ‘cadena de transmisión’ del afecto, no exenta de fisuras.
¿Cómo lograr que una corbata o un suéter refleje lo que pensamos o lo que sentimos por la otra persona? ¿Cómo garantizar que la compra que ha sido el resultado de noches de desvelo no termine extraviada en el último rincón del cuarto de san alejo o, peor, que alimente las cestas de devoluciones en los almacenes el 26 de diciembre?
Por sofisticado y costoso que sea un objeto, y por metalizados que estén en nuestro tiempo los valores, lo que nunca ocurrirá es que algo elaborado de manera industrial y masiva recoja el núcleo del sentimiento y del mensaje que queremos transmitir.
¿Debemos, entonces, abstenernos de obsequiar detalles? ¡Por supuesto que no! El afecto requiere de manifestaciones tangibles que activen las emociones y que, al descargar las hormonas adecuadas, refuercen los lazos que tienden a desgastarse con el paso del tiempo.
¡Para que el amor subsista, el romanticismo no puede morir! Y esta máxima no sólo se aplica a las parejas, sino también a todo tipo de relaciones y, muy especialmente, a las interacciones corporativas.
La caza del regalo perfecto nos lleva al sencillo y emotivo mundo de lo artesanal: a regalos personalizados, originales y únicos, inspirados en el sentimiento de quién los regala y que se conectan a la realidad de su feliz destinatario.
Inkspire, ahora en Colombia
En este hermoso y necesario mundo de los regalos personalizados, este fin de semana nos sorprendió gratamente el nacimiento de Inkspire, una idea colombiana que entra con fuerza ofreciendo algo muy innovador: experiencias literarias personalizadas.
¿Te imaginas recibiendo un libro en el que el protagonista eres tú? Pues eso es lo que ofrece Inkspire, una apuesta artesanal pionera en este género y que ofrece inmortalizar -a través de poemas únicos, originales e irrepetibles- lazos, vivencias y emociones.
Desde la elaboración de un poema digital hasta libros originales impresos de compilación poética artesanal -con referentes sensoriales tangibles- están disponibles para que personas de todas las edades y con todos los presupuestos puedan desnudar, con la ayuda de escritores escogidos y que saben interpretar a quienes tocan su puerta, sus pensamientos y sentimientos y entrar, con arte, en las fibras de la razón y el corazón del destinatario.
El maravilloso universo de los regalos originales y personalizados está ya en Colombia y esa es mi apuesta en la caza del regalo perfecto en esta navidad. El desarrollo de estas empresas que dan relevancia a las personas, a los sentimientos y a lo trascendentalmente sencillo, es la luz que necesitamos para volver a conectarnos con lo que realmente importa: la esencia interna.
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