En la sala resplandece un árbol de plástico, erguido y artificial, testigo de la época festiva. Sus ramas meticulosamente diseñadas no llevan consigo la fragancia de la naturaleza ni el crecimiento gradual que caracteriza a los árboles reales. Este árbol, más que una(...)
![Profile image](http://blogs.eltiempo.com/wp-content/uploads/sites/463/2013/05/avatar-651323-200x200-100x100.png)