Soy una cinéfila. A estas alturas perdí la cuenta de las veces que fui a cine durante este año. Podría sumar unas 30 o más, en realidad no estoy segura, el asunto es que cada fin de semana se convirtió en una cita casi religiosa ir a algún estreno o simplemente ver alguna película de cine independiente.
Creo que esa es una de las cosas que más me apasiona. Me dejo llevar por las emociones, me meto en el cuento, en la película y en ocasiones cuando la línea narrativa es demasiado densa y profunda dejo que me sacuda y mueva todas mis fibras. Puedo durar incluso una semana así. Me sucedió con Elysim. El mundo no está exento de esa realidad y creo que frente al boom tecnológico y digital al que nos enfrentamos a diario, ese futuro es cada vez más cercano.
Y no estoy hablando de los adelantos ni aparatos futuristas, ni mucho menos de que la máquina controle al hombre. A lo que me refiero, es a la segregación, a la miseria, a la extrema pobreza, discriminación a la que aún en plena sociedad contemporánea nos enfrentamos día a día. Todavía sigue existiendo una línea divisoria que separa a los ricos de los pobres, a los poderosos de los subdesarrollados, el Marxismo se vive a diario en plena era de las tecnologías de la información.
El terror, la comedia, la ciencia ficción, el drama, el suspenso y los cómics son mis géneros favoritos. Podría hacer una lista de mis mejores películas en cada uno de ellos y aun así no creo que terminaría a escribirlas todas. Así como los libros, el cine es otra clase de cultura y de entretenimiento que construye identidades, refleja realidades, situaciones. Del guión a la pantalla grande, a eso se traducen las historias: una línea narrativa que puede ahondar en problemáticas sociales, situaciones irreales o ambas en un mismo lugar.
Cada historia es una representación distinta y cada una puede desatar odios y amores por los personajes. Los guionistas se valen de sucesos verídicos para añadirles ficción y mezclarlos con la realidad: son capaces de convertir a un villano en un héroe o viceversa. Tienen la pluma para desacomodar los hechos, reinventarlos y darles otra dirección. En Capitán Phillips pasó. En la película el personaje principal terminó siendo un héroe, quien prefirió poner en riesgo su vida, para salvar a su tripulación, sin embargo, los hechos reales se registraron de otra manera.
Cada quien tiene sus gustos y preferencias, cada quien califica, comparte o comenta las cintas de acuerdo a sus propios criterios, conocimientos, argumentos narrativos, actuaciones y toda una serie de elementos que integran la realización de una producción cinematográfica. Nosotros somos el público: las gloriamos con comentarios o la sepultamos con críticas.
De acuerdo a mis gustos aquí les comparto el Top 10, de las que a mi parecer, fueron las mejores películas del 2013:
1. Gravedad
2. Rush: Pasión y Gloria
3. Capitán Phillips
4. Estación Fuitvale
5. Oblivion
6. Elysim
7. Prisioneros
8. Los Juegos del Hambre el Llamas
9. El Hombre de Acero
10. El Conjuro
Les comparto esta página web, que es una muy buena referencia para conocer todo sobre el séptimo arte: LaButaca.net
Eliana Álvarez Ríos
Directora de contenidos web
Colombia Digital
*Imagen tomada de Getty Images
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