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Trump fue elegido como Presidente de los Estados Unidos. Vox Populi, Vox Dei.

Esta votación, como la colombiana y la británica demuestra el enorme peso del conservatismo en el mundo, que sostiene con mucha fuerza el cambio de las sociedades, defendiendo voto a voto, el deseo de muchos de que las cosas no cambien, que se mantengan iguales y que las soluciones lleguen de manera mágica para que todo esté mejor pero sin que cambie nada.

El movimiento del péndulo hacía la derecha estaba cantado, y más aún después de las enormes acciones liberales del gobierno Obama en los Estados Unidos, donde transformó el concepto de familia, empleo, salud, migración e incluso la misma definición del poder de la superpotencia.

Comienza a verse en las votaciones, no solo la consecuencia de la búsqueda del cambio, sino la guerra entre generaciones, donde los mayores vencen a los jóvenes en las urnas, ya que cada vez más, las fuerzas demográficas se igualan, y la apatía por los temas políticos en las nuevas generaciones, es castigada por la fuerza de inercia de lo que ha sido y no de lo que podría ser.

8 años de los demócratas serán seguidos de los años republicanos, lo que hará que el mundo entero empiece a revisar muchos de los cambios que se han hecho sobre libre comercio, derechos humanos, terrorismo, guerras e incluso cooperación internacional, porque vuelve el mundo de la derecha moderada, del conservatismo, del temor al cambio, de mantener las cosas como estaban.

La gente le tiene miedo al cambio, pero clama porque las cosas estén mejor. La gente ha hablado en Inglaterra, Colombia y Estados Unidos, que serán iconos del surgimiento de esta época de conservatismo, mostrando que no quieren continuar con el cambio, sino aferrarse a lo más básico y profundo de su hechos, como pidiendo vivir en la historia, en vez de crear su futuro.

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