Anoche yo era uno de los pocos pendejos que estaba preocupado por las elecciones en Venezuela, la expulsión de los funcionarios diplomáticos de Estados Unidos de Rusia y hasta por el lanzamiento del misil de Corea del Norte.
Debo estar al tanto de estas cosas porque en mi rol como analista, comprendo que este tipo de acontecimientos afectará nuestro país, la vida de nuestras familias y mi propia cotidianidad; lo que pasa en Venezuela ha frenado nuestra economía, reducido nuestras exportaciones y seguramente causará un mayor desplazamiento de venezolanos a nuestro país, lo cual nos va a pegar muy duro; la intensificación de las acusaciones entre Estados Unidos y Rusia, tendrá impacto en las bolsas de valores, donde algunos inversionistas buscarán posiciones seguras y otros compraran acciones en empresas de armamento; finalmente, si se da que Estados Unidos y Corea del Norte es la guerra de este presidente de los Estados Unidos, esto tendrá enormes impactos globales, incluidos nuestras relaciones con Corea del Sur, que se verá duramente golpeado por este conflicto y esto hará que incluso la importación de productos Samsung tenga cambios.
Me es inevitable pensar continuamente en este tipo de relaciones, porque en mi trabajo esto es fundamental, y quizá porque ya he desarrollado un poco de neurosis de ver como todo está relacionado con todo, y que los problemas globales y locales, son un tema de profunda preocupación.
Sin embargo, yo soy uno en cientos, porque a la mayoría de las personas les importa un carajo que pasa en Venezuela, Rusia, Estados Unidos o Rusia, porque su cotidianidad no tiene preocupaciones mayores a poder pagar sus gastos, ver su equipo de fútbol ganar o que rumba van a tener el fin de semana. “¡Por dios!, podemos estar al borde de una guerra nuclear por culpa de un par de irresponsables, y la gente está pensando en quién ganó el partido”, pensaba anoche mientras veía como el gobierno de Maduro hablaba de más de 7 millones de votos en el Referendo “Constituyente” y la oposición hablaba de solo 2 millones, dejando ver que Maduro cayó en la trampa de dejarse contar y mostrarle al mundo que ya no tiene ni fuerza electoral ni el apoyo del pueblo, y que evidentemente el objetivo de Maduro hoy, es matar el legado de Chávez, acabando con el “Chavismo” e imponiendo salvajemente el “Madurismo”. Pero esto le importa un carajo a la mayoría de las personas, porque están más preocupadas por su cotidianidad, sus placeres, sus deseos y sueños, que por pensar en el futuro el mundo.
Por varios días he hecho el seguimiento de los titulares que pone El Tiempo y la BBC Mundo, y como al final del día las noticias más leídas no tienen nada que ver con lo que los editores creían que debían ser las más relevantes e importantes, teniendo como caso inevitable de ser mencionado, el divorcio de James Rodríguez.
Todos los días pasan cosas fundamentales en el mundo, desde el inmediatismo del ámbito político, hasta la profundidad y trascendencia del científico, pero a la gente le importa más dónde juega un jugador de fútbol, quién fue infiel con quién y hasta cómo se vistió alguien.
Esto en lugar de ofenderme, me da envidia. Sí, me da envidia, porque veo como las vidas de la mayoría de las personas se define desde su levedad sobre las cosas trascendentales y dándole importancia a “noticias” que se acercan más a sus cotidianidades, y dejan los grandes temas el mundo, la política, la economía, la ciencia y las religiones a desocupados como Yo, que no podemos dormir en cómo arreglar el mundo, a sabiendas, que nuestra probabilidad de hacerlo es casi nula.
Nota: sobra decir que el título de esta entrada es una reflexión inspirada desde la hermosa obra de Kundera, uno de esos autores que pocos leemos.
Tienen mucho mejor salud mental los que no se preocupan por lo que no pueden arreglar y se dedican a cultivar su instinto de conservación, sin depender de lo que les prometan los políticos. La única precaución será tener los papeles al día y un poco de billete para salir ventiaos cuando instalen el gobierno comunista, como los de la Cortina de Hierro o los balseros cubanos.
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Creo que hay muchas personas que se interesan, pero al igual que usted o yo no saben que hacer…
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Tiene en algunas cosas mucha razón. Pero no nos dice que hacer ; fácilmente el «Articulista» podría decir que eso se le debe a que sus «Amigos periodistas» amos y señores de la verdad absoluta, solo escriben e informan sobre lo que les conviene a sus patrocinadores y NO a sus «lectores».
No dice que la culpa es de los «Medios que solo hacen es desinformar al pueblo»
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Muy cierto yo no se como hay gente que no sabe en que planeta vive ni que està pasando y asi hay muchos
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Respetado Camilo, no solo usted tiene este tipo de preocupaciones que son importantes analizar las noticias que Geopoliticamente afectan a nuestro país y a sus ciudadanos. Pero también una lectura a eventos cotidianos que tal vez no sean del ámbito económico, científico o político pueden ser necesarios. Al fin y al cabo el circo se hizo para distraer a la multitud, para desviar su atención de lo importante.
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He tenido siempre interés por lo que pasa en el mundo, principalmente a nivel político, social y económico. Sin embargo, la preocupación no es parte de mi ser. Como Usted lo menciona, todos los acontecimientos están unidos por un hilo invisible, pero no hay que olvidar que muchos de esos eventos, aparentemente absurdos o trágicos, le abrieron al mundo nuevas posibilidades. Como muchas veces no se puede cambiar el curso de lo inevitable, solo resta armarnos de paciencia y compasión para no caer en la amargura.
«La insoportable levedad del ser», una maravillosa novela!
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todo en la vida es un equilibrio pienso yo… dejarnos llevar por la inmediatez y por la superficialidad es muy malo, lo que ud. menciona en su escrito es cierto todas las situaciones politicas, sociales y economicas de los demas paises tienen efectos en el nuestro así nuestro trabajo no este directamente relacionado y es algo preocupante y de lo cual debemos estar enterados y tener una opinion, desgraciadamente no es mucho lo que nosotros podemos hacer, pienso que no podemos hacer mas que cumplir con nuestras labores y tratar de ajustar nuestra economía.
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Hola Camilo. Efectivamente a mi me pasa similar que austed, y siento un alivio grande de comprobar que no estoy tan solo. Siempre me han apasionado la historia y la geografia, y leia avidamente en mis tiuempos de estudiante los libros de esas asignaturas y siempre quise comprender los hilos que mueven la historia tras bambalinas. Por supuesto, me gusta de igual manera entender que pasa en el mundo, cosa que al final deja una honda preocupacion y desasosiego. Asi que tambien envidio a los meimportaculistas que viven el dia a dia y no se preocupan por el futuro.
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L o felicito. Estoy completamente de acuerdo con usted. Quizas el dia que uno de esos misiles vaya dirigido a una ciudad y se produzca un desastre que no nos imaginamos. la gente empezará a pensar en esas cosas.
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Don Camilo: usted me hizo acordar de un día que pasaba por un parque y dos mujeres hablaban entre ellas. Una preguntó: «Entonces, renunciaste?» y la otra contestó: «Sí, estaba como cansada». «Y vas a buscar trabajo?» preguntó la primera. «»No» contestó la otra.» Voy a esperar a que se me acabe la plata y busco». «Que envidia», pensé yo, «que uno pueda llegar a ese nivel de inmediatez en la vida».
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Camilo, y con tristeza veo que a nadie le interesa leer algo que tiene sentido. Lo entiendo y me da put,,, ría ver como las personas no ven mas allá de sus narices, uno mismo cae a diario en ese importaculismo que ahora es general.
Ahora bien, no puedo dejar de entender de igual forma a todas aquellas personas que que están o estamos cansadas de lo mismo todo el tiempo y por ello prefieren pensar en como se las arreglan para poder comer o tratar de vivir tranquilos en medio de la semejante jungla en la que vivimos, con tantos micos , elefantes hienas y lagartos.
En fin, no desista en su objetivo de tratar de hacer ver a las personas las situaciones en que vivimos, habrá alguien que quizá lo lea y puede que surja algún efecto.
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