Hace un par de días un amigo me preguntó qué pienso de la paz allá desde afuera. Solo le dije que me sentía feliz. Muy cerca de la antípoda se ve bien. Pero la felicidad es un sentimiento tranquilo que deja a la euforia la tarea de bloquear el entendimiento y la racionalidad. Nuestro afán nos lleva muchas veces a confundirlos y en este caso no nos puede pasar. Los colombianos debemos ser lo suficientemente fríos para entender qué es lo que se viene, saber qué podemos cambiar y qué apenas asimilar.
Lo básico. Lo que se conoce de los acuerdos de la Habana pone al Estado colombiano en una búsqueda por eliminar las raíces del conflicto. ¿Quién en sus cinco sentidos se puede oponer a esto? Además, sí que es mucho mejor tener a la derecha —o ultraderecha— y a los de las FARC esforzándose en argumentos y dialéctica en un recinto que está hecho para eso, el parlamento, que dándose plomo en el monte y llegando a las barbaridades por todos conocidas. Esperamos que facciones tan contrarias puedan hablar y tratar de convencernos de que sus puertos son mejores para dirigir allí la Nación. Porque al fin y al cabo, de eso se trata la democracia, que no es perfecta, pero es lo mejor que tenemos por conocido hasta hoy.
Sin embargo, y sin ser aguafiestas porque hay trabajo por hacer, queda por interiorizar que por más que se acabe el conflicto con las FARC esto no significa inmediatamente la paz. Lo contrario de la paz no es la guerra sino la injusticia. Y aunque estos acuerdos hablan de generar una política que se afane por la disminución de la desigualdad; donde el campesinado, la clase obrera —¿queda algo de esta?— y asalariada tenga mejores condiciones de vida; lo cierto es que nadie sabe muy bien cómo acometer esta faena. Arrancando porque algunos son asuntos que no dependen solo de nosotros cuando vivimos dentro de un modelo capitalista de competencia, y el modelo socialista da claras muestras de agotamiento: en Europa los gobiernos que se llaman socialistas ya parecen neoliberales en el marco de sus políticas económicas. Ni hablar del comunista o del cubano.
Otro detallito que me tiene afanado: la desgraciada presencia de la guerrilla quizá dejó algo bueno. La devastación en la selvas colombianas fue mínima. No sé de qué tamaño serían hoy sin su accionar en estas regiones del país. Ponele que si aún no se han ido y ya se “vendió” el Chocó, y se entregaron licencias de exploración petrolera en la Macarena, y las licencias para la extracción de oro en los páramos no se detiene… imagínate lo que va a pasar ahora. La locomotora mineroenergética no la va a parar nadie en el camino a esos santuarios verdes.
Tal vez la respuesta que le di a mi amigo fue apresurada. Estoy expectante más que feliz. Quiero ver cómo empezamos a repensar el modelo económico y buscar otros donde se supere este dedicado a la especulación y la extracción. Otro en el cual la economía no sea un adversario para la ecología y el mercado no sea el rey sino apenas una herramienta. No estoy acá para inventar ese modelo, pero apuesto por uno que salga de la parálisis argumentativa de la ideología económica dominante estancada en la sin salida pendular de Keynes a Hayek como respuesta a sus propios problemas. Un nuevo sistema que quite el afán de crecimiento económico por sí mismo mientras se premie la inventiva, la creatividad y el trabajo se vea recompensado. En fin, uno donde no sean pocos los de las ganancias y muchos los de las pérdidas.
Ve, Umberto brillante con el idiota del pueblo y las redes sociales.
La guerra urbana que se nos viene.
Hace 34 años que Blade Runner nació.
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Así es juliana, tienes toda la razón, ademas hay que esperar la salida de todos los paramilitares de la carcel haber como se van a poner las ciudades por el territorio y con una salud mas que agonizante cual paz? un salario minimo mas que pauperrimo y unos gobernantes a los cuales les aumentan el salario dos veces en el año por no asistir. Las farc no es el unico problema de este pais, pero para el presidente parece que asi lo fuera. Estamos en la inmunda!. solo que muchos no lo ven, aqui todo es disfrazado o tapado con mermelada y los incautos se lo creen. Que triteza por mi pais.
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Maria Alejandra. Gracias por su aporte al debate
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Respeto inmensamente los sentimientos y opiniones de todos aquellos que nos sentimos Colombianos. Pero yo no confio ni un minuto en el llamado proceso de Paz, como poder hablar de paz cona persona que asesino y ordeno masacres a pueblos enteros, cono hablar de paz con personas que su unico interes era resguardar los cultivos ilicitos que sustetan su cheque mensual o es que con el proceso de paz se les va olvidar las grandes sunas recibidas y los guerrilleros saldran a ganarsen la vida tirando azadon para sembrar papas, me pregunto no hay salud para los colombianos de bien que pagan impuesto hasta por la leche habra salud para los guerrilleros que ni saben cuantos son….o es que la paz es un papelito blanco que se dirma con los ohis bendados….
Piensen por ejemplo cuando asesinaron a Pablo Escobar pensaron ilusamente que se acabaria el narcotrafico y resulta que salieron muchos pablitos que aprendieron la leccion..trabajar callos sin ambicion de poder…
Lo mismo pasara con la guerrilla todos son unos bandidos que al final de cuentas buscaran como quedarsen con el negocio eso es todo…la selva colombiana ocupa mas del 45% de nuestro suelo creen que los van a sacar tan facil a ganarsen un minimo o nada…por favor permitanme reirme..
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Gracias Diana por su comentario.
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El tema de la firma es sencillamente una jugada maestra del hampón presidente, no se a que le tiene tanto miedo, porqué los colombianos no conocimos el documento?, se supone que debe ser público; ahora bien, a quien no esté de acuerdo con tal farsa le dicen que es enemigo de la paz, eso no es así, obviamente todos anhelamos la paz, lo que no queremos es impunidad y acuerdos por debajo de la mesa que favorecen a los asesinos. Tan pronto se anunción con bombos y platillos el acuerdo y los sitios de concentración, las farc salieron a desmentir cierta felicidad…ese proceso es el desarme de un grupo al margen de la ley, pero PAZ?, puede existir en un país con tal desigualdad social?, donde no opera la justicia?, donde cada caso depende del dinero que se le pase al juez?, donde un asesino tiene casa por cárcel porque no representa peligro para la sociedad?, donde un grupo de asesinos sigue delinquiendo desde la habana con la complacencia de muchos «asesores» que quitan poder a las fuerzas militares y el narcotráfico de este grupo sigue creciendo cada vez más?, me pregunto: cual PAZ?, la que quiere hacerles comer el hampón más grande de todos… piensen de manera conciente, la emoción del momento puede traerles a quienes se creen ese cuento de hadas el vino más amargo de todos.
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Gracias Juliana por comentar. No será fácil encontrar la paz. El camino es durísimo y en mucho aspectos les tocará a muchos bajarse del bus.
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