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Un año nuevo es una gran oportunidad de hacer cambios que son necesarios para nuestra tranquilidad, para nuestra prosperidad o, simplemente, porque ya terminamos una etapa de la vida. Son momentos de valentía para vencer los temores, perdonar las heridas, dejar los viejos caminos atrás y afrontar con renovada confianza los nuevos horizontes.
A continuación, te comparto algunas estrategias que ayudarán a asumir este año que comienza con mayor esperanza:
– Realiza una revisión de los años anteriores y reconoce aquellos momentos en que los cambios ayudaron a crecer. Haz memoria de los instantes en que se superaron los dolores o temores. Esta será una motivación para recordarte que si antes saliste adelante, ahora también lo puedes hacer. Confía en tus capacidades.
– Realiza una lista de aquellas tareas que crees tener pendientes en tu existencia y comienza a realizarlas de inmediato. Los sueños necesitan cumplirse ya, las oportunidades de crecer están cerca, las ocasiones de consentirse no dan espera y los momentos para sonreír son para ser aprovechados en el ahora. No dejes para después las posibilidades de disfrutar.
– Planea viajes a lugares a los que comúnmente no pensarías en ir, de seguro te traerán nuevas enseñanzas que generarán un cambio en tu forma de sentir el mundo. También es posible pensar en vivir en otra ciudad, o en otro país como una posibilidad de empezar de nuevo.
– Pertenece a espacios de interacción; sea en voluntariados, en círculos de conversación, en deportes, en actividades artísticas o en grupos de afinidades. Dichos grupos aportarán bellas experiencias, amigos y hasta parejas.
– Estudia un idioma nuevo, ojalá algo diferente a los convencionales del contexto. Esto —en verdad— transforma la mente, ya que no solo se aprende una lengua sino una cultura y es una ventana para encontrar nuevos contactos y oportunidades personales y profesionales.
– Aprende un oficio. Esta alternativa abrirá espacios distintos que un día pueden convertirse en una posibilidad económica importante. De igual manera, se pueden explorar nuevas alternativas laborales y/o buscar nuevos emprendimientos empresariales o sociales independientes que mejoren el bienestar y las finanzas.
– Alejarse lo antes posible de aquellos lugares, situaciones y personas que te hacen retroceder, que te tienen atascado, que te producen miedo a continuar y que te atan con dolor o manipulación.
– Ser agradecido por todo lo que tienes hoy y agradecer por anticipado por todo lo que serás y tendrás.
El cambio pide valentía, pero los frutos son dulces. Que el amor de la Divinidad y sus ángeles te acompañen en este ciclo que comienza y que estés, en tu camino, más cerca de la felicidad.
Feliz año nuevo.
Fabián Salazar Guerrero, PhD. Doctor en Teología. Asesor en Belleza Espiritual
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