Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Es cierto, muchos nos odian. Hay quienes piensan que el mundo de los influencers culinarios está saturado y que todos los que hablamos de comida estamos «jugando a ser expertos». Pero yo soy de la idea de que hay espacio para todos, y mucho más para los que se atreven a romper con el status quo.

Claro, hay quienes se exceden con los filtros y las poses (todos hemos caído en eso), pero también existen aquellos que, desde sus plataformas, realmente buscan enseñarnos algo nuevo sobre lo que comemos. En mi opinión, es justamente esa diversidad la que hace que este fenómeno sea tan enriquecedor.

Puede que a muchos molestemos por estar «comiendo todo el tiempo» o tomando fotos de cada bocado que probamos. Yo, en cambio, celebro eso, no sólo porque soy periodista de viajes y gastronomía, sino también porque creo que este auge de los foodies nos está llevando a un nivel de curiosidad gastronómica que jamás habíamos tenido.

Si hay algo que me entusiasma es ver cómo los foodies de hoy no solo promovemos la alta cocina, sino que también abrazamos la gastronomía callejera, vamos a las plazas de mercado, nos inscribimos a clases de pasta artesanal o nos metemos a cocinas clandestinas.

Quise escribir sobre este tema porque creo que los creadores de contenido gastronómico nos estamos volviendo una “burla común” en distintos espacios. ¡Y eso no me parece algo malo! Al contrario, la verdad es que la mayoría de comentarios ácidos son graciosos y tienen mucho de verdad. Además, todo oficio es objeto de chistes: el mundo está repleto de comentarios jocosos sobre los abogados, los diseñadores, los políticos y los artistas.

Lo que me preocupa es que quienes aspiran a ser creadores de contenido gastronómico se desmotiven ante esta creciente tendencia crítica. Porque no es fácil animarse a ser foodie cuando solo te siguen tus familiares en redes. Mucho menos si, además, tus conocidos se burlan de ti cuando tomas fotos de tus platos, escuchas opiniones críticas sobre tu afición o te sientes burlado cuando hablas frente a la cámara.

Así que, a todos esos nuevos foodies que están creando contenido en cada rincón de Colombia, les digo: sigan, sigan mostrando sus descubrimientos, sigan cocinando, sigan filmando, sigan probando, sigan tomándole fotos a todos sus platos (así sus amigos les hagan chistes). Porque el país entero tiene hambre de más, y no solo de comida. Tiene hambre de cultura, de historias, de sabores genuinos y de conocer nuevos sitios.

Hay espacio para todos. Así que, sigan siendo curiosos, sigan creando contenido, sigan compartiendo recetas, críticas y secretos gastronómicos. Porque, al final, todos estamos contribuyendo al mismo propósito: hacer que nuestra industria gastronómica brille. Y para eso, nunca seremos demasiados.

¡Lo espero en mis redes sociales!

Instagram: @SoyDianaMelo

TikTok: @SoyDianaMelo_

Facebook: Soy Diana Melo

YouTube: Soy Diana Melo

Compartir post