¿Qué pasa cuando el pan es castigo, cuando hay alimentos buenos y malos?
Darle neutralidad a toda la comida es un paso requerido para sanar la relación con ella.
Si, helado, pasta, galletas, queso y algodón de azúcar. Todo.
Si, brocoli, kale, quinoa y leche vegetal. Todo.
Porque si fragmentamos a la comida en buena y mala, la «mala» será una obsesión.
Si la pasta es una amenaza, nuestra psicología nos llevará directo hacia el «peligro».
Si el pan es castigo, lo buscaremos cuando ya la tensión de buscar perfección sea insoportable.
Darle neutralidad a toda la comida se traduce en confianza, y en alivio. En la tranquilidad de saber que escogemos sin la necesidad de crear categorías o juicios.
Cuando toda la comida sea una opción, no habrá compulsión. Verás cómo tu cuerpo sabe parar y elegir. Estarás presente para sentir cómo cada alimento interactúa con tu cuerpo y tomarás nota; pero jamás permitiendo que tu comida dicte si tu día es bueno o malo.
Habrá elecciones, no más; y, claro, no todas te gustarán, (porque comer intuitivamente no es comer perfectamente) pero hablarán de tu capacidad para nutrirte no solo de comida. También de aceptación, confianza, cariño.
Camila Serna
COACH Nutrición mente/cuerpo
Poco escribo comentarios pero quisiera que analizara algo, lo seres humanos por programacion biologica o por evolucion (no lo se) tenemos preferencia por el dulce y la grasa. El dulce nos da energia instantanea por lo cual nuestro cuerpo lo necesita y lo pide. La grasa te da reservas de energia, que es algo que biologicamente tambien buscamos. Entiendo el planteamiento de no ponerle prohibiciones a la comida de los ninos, pero se les debe ensenar a poner limites al consumo de algunos tipos de alimentos.
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