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Mi esposo adora estar enterado de los temas de nuestro gobierno, sabe los detalles de nuestro caldo político. Yo, por lado, nunca sé quién es quién o cuál es el último debate. Aunque voto y cumplo mis deberes, poco leo sobre nuestra situación política, en parte porque me desanima el sistema fallido de la burocracia, y también porque la encuentro árida y liderada por gentes que poco me motivan, es decir, políticos. Sé que estamos en pleno plebiscito. A diferencia de mucha polémica que se genera en Colombia, en donde poderosos pelean por el poder, este tema me interesa porque en el centro de la discusión están personas como yo, como mi esposo, como el vecino o el jardinero, las personas de este mundo que son la verdad de nuestra maravilla, una familia humana que trabaja y llora, que tiene familias y sueños.

 
La gente colombiana ha sufrido mucho con la violencia de nuestro país, y las grandes decisiones que dieron forma al conflicto estuvieron en manos ajenas, no del campesino, de la madre o del niño que toma las armas, sino de cabezas políticas de un bando o del otro. Ahora la paz está en las manos del colombiano y yo espero que digamos sí. Tenemos la oportunidad de vivir en paz, un día. ¡Pero empecemos ya! Será un largo aprendizaje en donde dejaremos nuestra mañas violentas y aprendidas. No hablemos te sapos y rencores. Confiemos que encontraremos la forma de hablarnos los unos a los otros sin tanto prejuicio, así nos tome tiempo. ¡Tomemos las riendas de esta decisión!

@camilasernah

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