Me aferro a la creencia -entre fantasiosa y mística- de que son los objetos quienes nos buscan a nosotros, y no nosotros a ellos.
Al presentársenos sin haberlos convocado, archivos como el que hoy resaltamos parecieran comprobar tan alucinada convicción.
Ante la escasez de documentos fílmicos ambientados en la Bogotá de mediados del siglo XX, y en color, cualquier hallazgo de dicha índole alcanza sin dificultad la categoría de incunable.
Para nuestra fortuna estas imágenes se quedaron, convertidas en cientos de cuadros por minuto, en tecnicolor, como una sucesión medio anárquica de planos secuencia, desmintiendo el prejuicio de que los ojos de quienes habitaron esta ciudad en 1960 veían sólo en blanco y negro.
Una familia de extranjeros -con cuyos herederos no hemos podido establecer contacto- vino de visita a la ciudad para registrar estos 621 segundos ambientados en una Bogotá que poco se parece a la actual.
Cierto usuario de YouTube –de seguro miembro del grupo familiar de turistas de mitad de siglo– se dio a la tarea de transferirlo a digital, tal vez desde una película en formato súper 8, y de subirlo a la red.
Lo que se ve -puesto en palabras (siempre imperfectas)- es algo así como esto:
Un barrio Santa Fe, aún despojado de las hordas de trabajadores sexuales de los tres géneros que han convertido al decadente vecindario en su sede, es el solariego remanso donde unos pequeños se columpian mientras alrededor se engullen rosados y esponjosos algodones de azúcar.
Luego, la familia en pleno, ataviada con notable cuidado, asciende a Monserrate. A lo lejos se divisa el teleférico.
Después se dirigen hacia un Salto del Tequendama cuyo aire y aguas aún parecen respirables y abundantes.
Una tercera estación en el periplo turístico son las minas de sal en Zipaquirá. Los pequeños tratan de arriar a un asno terco por entre algún baldío de lo que podrían ser las inmediaciones de la Autopista Norte o la carretera Guaymaral vía Chía. Los adultos se entretienen escanciando jugos y degustando colaciones vernáculas.
El que parece ser el padre, sumido en un tabaquismo al que no aparenta estár interesado en renunciar, satisface su adicción con orgullo (mucho antes de que dicha costumbre se convirtiera en un hábito condenado por la sociedad).
Luego, en las terrazas aún habilitadas de un muy joven Aeropuerto El Dorado, los visitantes se despiden, y sus gestos, algo sospechosos, nos hacen dudar acerca de si les gustó o no la ciudad, o si sus sonrisas (tal vez forzadas) son producto de las reglas de cortesía para con el anfitrión, de quien se están despidiendo.
He tratado sin éxito de establecer contacto con el responsable de semejante ofrenda a nuestro muy escaso patrimonio filmográfico.
Por tanto, ante la ausencia de voces en qué apoyarme, haré de la especulación mi mayor herramienta investigativa acerca de la procedencia de la misteriosa familia.
«Kohn Kerpel Goodfriend Sernik 1960» es el título del clip.
«A 1960 trip to Colombia, SA, by the Goodfriends, to visit the Bogota based cousins» es la descripción que le sigue.
Algunas obviedades pueden deducirse:
Kohn, Kerpel y Sernik son (evidentemente) apellidos. Aunque Goodfriend pareciera no serlo, una rápida revisión a algunos documentos genealógicos desmiente nuestras dudas.
Según indica un mapa, la mayor parte de ‘Goodfriends’ diseminados en el mundo proviene de Estados Unidos, Canadá y Argentina. Por otro lado, no existen documentos que avalen la existencia de alguna familia Goodfriend en Bogotá (ni ahora ni en los 60 del siglo XX). Goodfriend es la variable inglesa de Guot Vriunt, apellido del que tampoco parece haber registros en la ciudad.
Tampoco disponemos (que se sepa) de indicios de la existencia de una familia Sernik establecida en Colombia. Como una anotación al margen se sabe que Sernik es el nombre de un alimento polaco de evidente semejanza con el popular ‘cheesecake’.
Con respecto a Kohn y a Kerpel sí hay pistas.
Al observar la guía telefónica de 1958 aparecen varios individuos identificados con dicho apellido… Guillermo Kohn Olaya, Rodolfo Kohn Olaya y Salomón Kohn.
Hay algunos Kerpel, también, muchos de ellos habitantes de vecindarios
cercanos al lugar en donde tienen lugar las tomas de parque… Benjamín y Enrique Kerpel.
En lo relacionado con los orígenes del apellido Kohn esisten dos teorías: Una lo considera judío; la otra, gaélico-irlandés.
Lo cierto es que un destacado técnico de la fábrica de cerveza Bavaria, de hecho, llevaba por nombre Rudolf Kohn. Nació en Pilsen (Checoslovaquia), y ya adulto se radicó en Bogotá, para trabajar con la naciente firma. Era hijo de Wilhelm J. Kohn y Teresa Arnstein.
Tras algunas diferencias con su jefe –don Leo Kopp– el señor Kohn inició una suerte de disidencia de la firma, lo que le llevaría en 1903 a fundar la casa Germania, productora entre algunas otras de las cerveza del mismo nombre, además de la Pilsener, la Azteca y la Cabrito; y de bebidas a base de malta tipo Maltogen, Biomalta y Malta Sansón.
Durante años, la empresa de Kohn disputó con Bavaria el liderazgo en el mercado del popular fermento de cebada. Kohn falleció en 1935. En una de aquellas ironías corporativas Bavaria convenció a sus herederos de venderla y absorbió en 1945 a Germania. Triste destino el de las empresas que como Aces o Germania son adquiridas por una más grande con el mezquino propósito de ponerles fin.
Debido a sus exiguas utilidades, la planta productora de Germania fue clausurada en 1960 y vendida como chatarra a la Universidad de Los Andes, pero la marca siguió produciéndose hasta el comienzo de los 80.
De la infancia recuerdo los trolebuses exhibiendo avisos de Cerveza Germania y las cuñas radiales interpretadas por un grupo de jayanes de voz gruesa, vociferando los versos: «Cerveza Germania… Y se siente de primera».
Como testimonio de lo que fuera Germania nos queda la ruta de buses ejecutivos que ostenta esa identidad.
Los primos Kohn a los que vemos en este video podrían ser entonces una rama familiar de don Rudolf, y de los Kerpel (ambos de origen hebreo) radicada en otro país.
No llegué al descaro de indagar entre los dos Kohn que figuran en la más reciente edición del directorio de abonados de la ETB, porque en ocasiones me abstengo de husmear en vidas ajenas.
Si uno de los que estuvieron presentes en esta faena turística de 1960 llega a reconocerse a sí mismo o a alguno de sus antepasados en el video y puede proporcionarnos alguna información al respecto, lo agradeceremos.
Es posible que muchos de los protagonistas de este documento ya se hayan ido del planeta. Pero nos quedarán sus hijos y nietos.
Tal vez ellos mismos hayan alcanzado a escapar al olvido, pues su supervivencia quedó de alguna forma garantizada por este filmograma, envuelto en la bruma del misterio y en la escasa luz que alumbra unos colores poco definidos.
Por ahora sólo nos queda imaginar. Si alguno de los lectores de la presente nota cuenta con pistas adicionales la ciudad se los agradecerá.
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<strong>Rly.su</strong>
Viaje a Bogotá: 1960 | Blogs El Tiempo
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Aquellos Kerpel mencionados pueden ser la familia de un compañero de mi papá del Colegio Colombo Hebreo, que –si no estoy mal– vivían por ahí cuando estaban en el colegio, en los 60. En palabras de mi finado padre, hablando del barrio Santafé y de varios barrios de Teusaquillo, «esto era lleno de judíos». Según contaba, él y sus amigos pasaban los sábados en la sinagoga de la 28 (entonces azul) y después (o antes, ni idea) de la comilona del Shabat se escapaban como hormonudos quinceañeros a ver las trabajadoras sexuales (esas no son las palabras de quien lo cuenta) de cierto elegante burdel que quedaba en una casa la 29 con 19.
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Aquellos Kerpel mencionados pueden ser la familia de un compañero de mi papá del Colegio Colombo Hebreo, que –si no estoy mal– vivían por ahí cuando estaban en el colegio, en los 60. En palabras de mi finado padre, hablando del barrio Santafé y de varios barrios de Teusaquillo, «esto era lleno de judíos». Según contaba, él y sus amigos pasaban los sábados en la sinagoga de la 28 (entonces azul) y después (o antes, ni idea) de la comilona del Shabat se escapaban como hormonudos quinceañeros a ver las trabajadoras sexuales (esas no son las palabras de quien lo cuenta) de cierto elegante burdel que quedaba en una casa la 29 con 19.
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Aquellos Kerpel mencionados pueden ser la familia de un compañero de mi papá del Colegio Colombo Hebreo, que –si no estoy mal– vivían por ahí cuando estaban en el colegio, en los 60. En palabras de mi finado padre, hablando del barrio Santafé y de varios barrios de Teusaquillo, «esto era lleno de judíos». Según contaba, él y sus amigos pasaban los sábados en la sinagoga de la 28 (entonces azul) y después (o antes, ni idea) de la comilona del Shabat se escapaban como hormonudos quinceañeros a ver las trabajadoras sexuales (esas no son las palabras de quien lo cuenta) de cierto elegante burdel que quedaba en una casa la 29 con 19.
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Incluiría, sin saber cuáles sacar las siguientes: «Rompecabezas», «Maligno», «El diablo» y «Siervo sin Tierra» de Aterciopelados. «Para qué» y «Décimo Grado» de Ana y Jaime y obviamente su hermosísima versión de «Estaciones en el Sol». “Mi generación” de Poligamia aunque a algunos puristas les parecerá muy comercial y “Búscame” del mismo grupo. La excelente balada rock «Poco tiempo por vivir», (sobre un enfermo de sida) de Tránsito Libre que aunque son, creo, tolimenses o santandereanos, hicieron su carrera en Bogotá. «En la zona» «Buscando un final» y «De Regreso» de Ilona, «Muro de lamentos» de Claudia García y por último «Andando por ahí» de Pasaporte.
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Incluiría, sin saber cuáles sacar las siguientes: «Rompecabezas», «Maligno», «El diablo» y «Siervo sin Tierra» de Aterciopelados. «Para qué» y «Décimo Grado» de Ana y Jaime y obviamente su hermosísima versión de «Estaciones en el Sol». “Mi generación” de Poligamia aunque a algunos puristas les parecerá muy comercial y “Búscame” del mismo grupo. La excelente balada rock «Poco tiempo por vivir», (sobre un enfermo de sida) de Tránsito Libre que aunque son, creo, tolimenses o santandereanos, hicieron su carrera en Bogotá. «En la zona» «Buscando un final» y «De Regreso» de Ilona, «Muro de lamentos» de Claudia García y por último «Andando por ahí» de Pasaporte.
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Excelente selección y ya que se permiten las observaciones, yo incluiría dos canciones del Grupo Escape en plena efervescencia del rock en español en nuestra ciudad: «Escape» rock progresivo con versiones en español e inglés y sobre todo y ante todo la estupenda balada RocK «No fue solo sexo».
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Felicito la intensión de crear un listado con comentarios sobre canciones representativas en Bogotá. Ahora bien, no es un listado de «100 canciones esenciales del rock bogotano», creo que son 100 canciones en la banda sonora de la vida del autor de este blog en la ciudad, o tal ves son sus 100 anécdotas en Bogotá contadas a través de la música hecha en la misma ciudad. No hay un enfoque definido, y por demás, se cuentan algunos errores. Por tal motivo los invito a ver mi respuesta al post «100 canciones esenciales en la historia del rock bogotano» de Andrés Ospina en: http://www.rockcovers.blogspot.com
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muy buena labor, es un gran esfuerzo, pero creo que si hizo falta un poco mas de investigación para otros sub-géneros del rock bogotano. no vi una sola canción de reggae y muy pocas de punk y metal que pueden ser mas memorables que algunas o tal vez muchas de la lista. como ejemplo pongo a ultageno, si esta en la lista drulos pero donde esta divino niño la cancion mas coreada en rock al parque por que ultrageno es la banda mas pedida en este festival que es la insignia del rock bogotano. y asi muchísimas mas bandas de muchos mas sub-géneros del rock bogotano. neurosis, killkrops, alerta, defenza, dub killer combo, nawal, pornomotora… en fin. creo que si hizo falta una mirada mas profunda y no tan clasiquera!
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¡Por Dios, qué cosa tan increíble y maravillosa volver a escuchar Emiliano Pinilla, de la Banda Nueva! ¡Hace 35 o 36 años que no escuchaba esa magnífica canción, una de las «bandas sonoras» de mi adolescencia! La Banda Nueva fue un grupo formidable, espectacular, que por esas cosas absurdas que pasan en Colombia no duró nada. He tratado por años de conseguir su disco, he preguntado en los metederos de la Calle 19, y nada, nadie lo tiene, y muchos ni siquiera han oído hablar de la Banda Nueva. Andrés, ¿dónde puedo conseguir ese disco? ¿Usted lo tiene? Y si es así, ¿hay manera de tener acceso a él? P.D.: Andrés, creo que le faltó incluir otra super canción de la Banda Nueva que se llamaba, me parece, «Rumba No. 1» o «Rumba No. 3», o algo así. ¿Estoy en lo cierto?
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Magnífico y muy nostálgico documento fílmico, lástima que no sea más largo y que no esté en mejores condiciones técnicas. Entre lo que más me impactó fue recordar de mi niñez (comienzos de los 70’s) las terrazas del Aeropuerto ElDorado, que efectivamente eran abiertas al público, y uno iba a ellas a recibir a los viajeros, que descendían del avión ahí abajito de donde uno estaba. Creo recordar que había unos aviones marca Caravelle, supongo que franceses, que tenían fama de hacer un ruido espantoso. Pero en general todo el filme es una gran fuente de nostalgia. Aunque yo aún no había nacido en el año de la película, creo casi con seguridad que se trataba de una Bogotá mucho más amable. ¡Qué recuerdos!
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Magnífico y muy nostálgico documento fílmico, lástima que no sea más largo y que no esté en mejores condiciones técnicas. Entre lo que más me impactó fue recordar de mi niñez (comienzos de los 70’s) las terrazas del Aeropuerto ElDorado, que efectivamente eran abiertas al público, y uno iba a ellas a recibir a los viajeros, que descendían del avión ahí abajito de donde uno estaba. Creo recordar que había unos aviones marca Caravelle, supongo que franceses, que tenían fama de hacer un ruido espantoso. Pero en general todo el filme es una gran fuente de nostalgia. Aunque yo aún no había nacido en el año de la película, creo casi con seguridad que se trataba de una Bogotá mucho más amable. ¡Qué recuerdos!
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Magnífico y muy nostálgico documento fílmico, lástima que no sea más largo y que no esté en mejores condiciones técnicas. Entre lo que más me impactó fue recordar de mi niñez (comienzos de los 70’s) las terrazas del Aeropuerto ElDorado, que efectivamente eran abiertas al público, y uno iba a ellas a recibir a los viajeros, que descendían del avión ahí abajito de donde uno estaba. Creo recordar que había unos aviones marca Caravelle, supongo que franceses, que tenían fama de hacer un ruido espantoso. Pero en general todo el filme es una gran fuente de nostalgia. Aunque yo aún no había nacido en el año de la película, creo casi con seguridad que se trataba de una Bogotá mucho más amable. ¡Qué recuerdos!
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Qué valioso documento!
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Qué valioso documento!
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Que maravilla de documento fílmico sobre Bogotá, me sorprendió la majestuosidad del Salto de Tequendama, la verde sabana y el moderno aeropuerto en la época.
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Que maravilla de documento fílmico sobre Bogotá, me sorprendió la majestuosidad del Salto de Tequendama, la verde sabana y el moderno aeropuerto en la época.
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Que maravilla de documento fílmico sobre Bogotá, me sorprendió la majestuosidad del Salto de Tequendama, la verde sabana y el moderno aeropuerto en la época.
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No funciona el play de las canciones 🙁
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Excelente documento histórico, da mucha nostalgía. Es una lástima ver como la corrupción,la violencia,el desplazamiento y demás males que acechan a este país han destruido la belleza deBogotá.
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Excelente documento histórico, da mucha nostalgía. Es una lástima ver como la corrupción,la violencia,el desplazamiento y demás males que acechan a este país han destruido la belleza deBogotá.
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Excelente documento histórico, da mucha nostalgía. Es una lástima ver como la corrupción,la violencia,el desplazamiento y demás males que acechan a este país han destruido la belleza deBogotá.
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Es un esfuerzo importante, pero falta poligamia, y hay grupos como policarpa y sus drogadictas que sobran.
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Me acuerdo muy bien de ese jingle ochentero que decía «llegó… su cerveza Germania… y se siente de primera». Se fué la Germania y con ella «La banda del Barrilito». Gracias por hacernos recordar, Andrés.
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Me acuerdo muy bien de ese jingle ochentero que decía «llegó… su cerveza Germania… y se siente de primera». Se fué la Germania y con ella «La banda del Barrilito». Gracias por hacernos recordar, Andrés.
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Me acuerdo muy bien de ese jingle ochentero que decía «llegó… su cerveza Germania… y se siente de primera». Se fué la Germania y con ella «La banda del Barrilito». Gracias por hacernos recordar, Andrés.
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el primo de un amigo trabaja en Bavaria y lleno un album en el que habia etiquetas originales de Germania
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el primo de un amigo trabaja en Bavaria y lleno un album en el que habia etiquetas originales de Germania
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el primo de un amigo trabaja en Bavaria y lleno un album en el que habia etiquetas originales de Germania
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Qué buen artículo! Felicitaciones. Yo solo sacaría del listado a NPI y metería alguna otra de las 1280 Almas como Pasado Animal o Es Por Ti. :o)
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Andrés, en mi concepto se quedó por fuera Décimo Grado de Ana y Jaime, creo que es una canción esencial en la historia del rock bogotano. (sobre todo teniendo en cuenta que Alba de Iván y Lucía si clasifico!) Saludos
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Los números 64 y 81 están repetidos pero en su lugar le hubiera puesto o «nena no te vayas» (con ese solo raro de guitarra) o «Money» por que es chévere pero… ;)fue muy bueno, gracias
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Uno de las mejores columnas de Andrés Ospina!
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101. very very very very welll de Carlos Roman
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Un abrazote , que gran trabajo. Gracias por incluir «Maria» de Compañía Ilimitada, una brumosa tarde de mayo cuando el Mercado Mundial del Disco estaba regalando sencillos a quienes se llamaran Antonio, Carlos, Mauricio, Fernando y Gloria entré raudo esperando obtener el single de «Siloe» y «Maria» que conociera en un programa de Espectaculares JES. Me estrellé ante la realidad que estaban haciendo una limpieza de stock…sencillos de Darío Cárcamo y su Orquesta….Cara A: La carta número tres…Cara B:Lloró mi corazón….el sencillo sirvió para jugar al DJ con el tornamesa de la casa, rotando el disco hacia adelante y hacia atrás… el tocadiscos se dañó, pero el sencillo sobrevivió.
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Quiero saludar este tremendo y valioso esfuerzo de recopilación, análisis y subida de canciones de rock bogotano. Tal vez es esta una de las mejores entradas de los blogs de El Tiempo en mucho tiempo. Festejo también que haya excluido grupos como Poligamia, cuya calidad musical es inversamente proporcional al éxito que tuvieron. No estoy de acuerdo con incluir a La Pestilencia, ya que para mi es un grupo netamente paisa. Y, no puede ser de otra manera, me parece que hubo canciones memorables que dejó por fuera (El pibe de mi barrio de Dr. Krápula por ejemplo) y otros grupos aportan muy poco al listado cuando uno esperaría al menos un par mas en el ranking, por ejemplo 1280 Almas. Andrés, usted está haciendo «patria bogotana». ¡Felicitaciones!
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muy bueno, muchas gracias Andrés, la verdad conozco entre 20 y 30 canciones de las que habla, pero recordé unas cuantas que mi memoria habia dejado a un lado… muy bueno, y buenas bandas que han sido gran influencia y vieja escuela para las nuevas generaciones. estoy de acuerdo con Hellcat en que hizo falta Area 12 y K93… lo Felicito y gracias por cultivar y apoyar el Rock
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Muy buen trabajo….reconozco que apenas identifico almenos unas 25 canciones y bandas, pero creo que en el listado brillan por su ausencia, Poligamia, las Almas, entre otros……tambien creo que se ha de considerar algo mas de las nuevas tendencias que han aflorado con el tiempo…asi tambien como exponentes del hardcore-punk que han alimentado esta ciudad desde los 90’s, como K93 y Area 12, Bandas que aunque no suenan mucho en la radio, si son referente para la escena Bogotana.
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que buena lista, hace rato estaba buscado la canción el rey del pañete y no la había podido encontrar, estaba convencido que era de algun grupo mejicano, pero en fin, que buena sorpresa. Hay alguna manera de bajar las canciones?
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me parece que para mi gusto faltan canciones pero felicito a andrres por ponerse en el trabajo de conseguir y de dar a conocer todas estas canciones…!!!
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Pido excusas por mis errores de digitación en mi comentario anterior.
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Estupenda selección, Andrés. En efecto las listas se construyen desde la subjetividad por lo que nunca dejarán completamente satisfecho a los lectores. Para seguir abonando en el campo de la historia del rock bogotano, aún poco explorado, quisiera, a vuelo de pájaro, hacer los siguientes comentarios: Noto con alegría que la lista reivindica las primeras dos décadas del rock capitalino pero se queda por fuera uno de los dos himnos generacionales de aquellos años, además de la Joricamba, la canción «Pronto viviermos un mundo mucho mejor» resume uno de los momentos más importantes de nuestro rock. También la canción que da título al segundo LP de los Speakers «La casa del sol naciente».
En ese mismo sentido noto la ausencia de canciones como «Calcetos» de Ciegossordomudos, «Balinera» de Morfonia y varias de 1280 tan importantes para los jóvenes bogotanos de los años noventa, .
Ahora, la presencia de canciones que sólo hacen parte de discos sencillos como las de Cascabel o Malanga me lleva a sugerir la presencia dealguna de las canciones de Miguel Muñoz y de Terrón de Sueños. De igual manera, celebro la participación de Crash en el listado.
Otros artitas ausentes que pongo a consideración para la selección, sin alejarme en lo más mínimo del pop-rock, pero importantes para nuestro rock son Ana y Jaime, el trabajo en solitario de Andrea Echeverri, Poligamia, Juan Gabriel Turbay, Danny Dodge, Pepa Fresa, Vértigo, Calefón, Andrés Correa y Roberto Camargo, entre otros.
Andrés, muchas gracias por este necesario, bonito y juicioso aporte sonoro.
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Felicitaciones Andres. Se nota el esfuerzo inmenso que realizo para recopilar 100 de las canciones representativas del rock bogotano. Admito que conozco máximo 10 canciones de las acá expuestas, pero no por eso voy a dejar de reconocerle la labor al blogero. No soy rockero, pero tampoco salgo corriendo cuando escucho una canción de buen rock, sobre todo colombiano. Muchas gracias
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