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El Engaño del Siglo (Reino Unido- Francia), película dirigida por Stephen Frears, detalla la historia triunfal y a la vez mentirosa del ciclista Lance Armstrong. Como pieza histórica es rotunda y en su actuación protagónica es muy convincente.

La vi sin pestañear. Aun sabiendo que el desenlace revelaría la forma en que el pedalista estadounidense se dopó sistemáticamente, entre 1999 y el 2005, para ganar siete tours de Francia, y cómo caería en su mentira en el 2011, la tensión narrativa goza de muy buen manejo y mantiene al espectador con la necesidad de querer saber más detalles de lo sucedido.

La historia avanza en orden cronológico y permite que en principio el público se conmueva con Armstrong, al verlo superar un cáncer testicular y salir de él para convertirse en campeón, el que parecía el mejor de todos los tiempos. A la vez uno llega a conmoverse y a sentir que el personaje hace lo correcto al tratar de ganar cueste lo que cueste, pues no cualquiera sale de una enfermedad tan agresiva y avanza contra todo pronóstico.

Si a lo anterior le agregamos que el tipo crea Livestrong, una fundación para el estudio del cáncer, con énfasis en la ayuda a los niños, no parece que estemos ante menos que un héroe contemporáneo. Pero no. Todo se mancha cuando presenciamos el funcionamiento de El Programa, lo que ha sido denominado como el más sofisticado y sistemático modelo de doping en la historia del deporte moderno. Y el papel del ‘gringo’, gracias a las investigaciones de un obstinado periodista, no se ve como el de un participante secundario sino como aquel que lidera e incita a sus compañeros de escuadra a usar sustancias y métodos prohibidos: goza pasándose las reglas por la faja.

Ben Foster, el actor que representa a Armstrong, formidable. Se hace querer y también odiar, porque el guion cuenta con la facultad de revelar al personaje en múltiples facetas, hasta llevarlo a la arrogancia absoluta, hasta el punto en que ya no se puede bajar del bus de la victoria, porque su ego es quien lo domina.

En el aparte estético, El Engaño del Siglo (o The Program) cumple con suficiencia su propósito. En verdad nos sentimos en la ronda gala de principios del siglo XXI y los míticos ascensos a los Alpes son tan bien recreados que a veces parecen piezas documentales. Muy bien lograda en ese punto.

Justo ahora que Colombia vive años de glorias ciclísticas (Nairo Quintana, Esteban Chaves, Rigoberto Urán, Miguel Ángel López y demás escarabajos) bien vale la pena ver esta película, que a la vez nos deja percibir el sufrimiento que implica la disciplina del pedal. Es también una oportunidad para recordar que ganar no siempre es bueno, al menos si no se hace con honestidad.

En Twitter @felipemotoa 

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