
El próximo 23 de marzo se llevan a cabo las elecciones para escoger las nuevas directivas de Acore, estas por demás especiales por la afluencia de candidatos y sus listas, como pocas veces se ha visto en esta asociación y por la llegada del voto electrónico.
Son aún más especiales porque hay dos listas que quieren romper paradigmas de diferentes maneras, la primera en tener unas directivas en que el presidente y los dos vicepresidentes, cada uno retirado de una fuerza militar diferente, sean oficiales superiores y la otra lista en que un oficial superior sea el presidente con un oficial de insignia “bajo su mando” como primer vicepresidente.
Esta intención de romper paradigmas es el resultado de algo muy interesante que está pasando en la Reserva Activa y en Acore, una institución que está cumpliendo 60 años, a los cuales se ha podido llegar gracias a que se han hecho muchas cosas bien; sin embargo, en la Reserva Activa hay una ebullición de actividad intelectual y política posterior al servicio, que demanda hacer una importante reingeniería a la más reconocida organización de la Reserva Activa en Colombia, que muchos pensamos que puede estar bien, pero que se debe optimizar, para enfrentar los nuevos retos de la sociedad colombiana actual y las necesidades reales de sus miembros.
Querer romper esos paradigmas, se da como resultado de que esa inquietud intelectual se está dando principalmente en oficiales superiores. Es así, como a diario están publicando libros, haciendo entrevistas a nivel nacional e internacional en asuntos de Seguridad & Defensa y otros tópicos de actualidad nacional; haciendo investigaciones sobre la misma reserva; participando en foros y otras actividades académicas; participando en debates en el congreso, creando y participando en tanques de pensamiento y movimientos políticos; incluso siendo elegidos como ediles, alcaldes y otros cargos públicos, lo que muestra no solo esa inquietud, sino la capacidad y respaldo que se tiene en estos grados, producto de sus estudios y los cargos desempeñados hace un tiempo en la vida militar, algunos de esos cargos hoy desempeñados por oficiales de insignia, de los cuales además esos oficiales superiores fuimos sus jefes, profesores y guías. Adicionalmente, tienen la experiencia de estar ocupando o haber ocupado cargos en la vida civil posterior, que les han demandado una migración profesional y mental en sus vidas, de tomar lo aprendido y traducirlo a las necesidades de la sociedad, con nuevos requerimientos de productividad y resultados para diferentes industrias o entidades del gobierno.
Siendo Acore una organización ya por fuera de la milicia, post-milicia si se quiere, se convierte prácticamente en una entidad que hace un enlace entre la vida militar y la vida civil de sus miembros. Es en este sentido, que la intención de un grupo de oficiales superiores de llegar a dirigir Acore, es completamente pertinente, ya que la inmensa mayoría de los oficiales superiores tan pronto se retiran salen a trabajar en organizaciones privadas o gubernamentales, adquiriendo mucha más experiencia en estas, que oficiales que se quedan 5, 10 o hasta quince años más en actividad y salen a retiro a descansar, claro está no todos, pero si la mayoría.
El tener más experiencia en ambos escenarios, la vida militar y la vida civil, hace que los oficiales superiores estén en mejor o por lo menos igual capacidad de dirigir una organización como Acore, que como dijimos debe ser un puente entre ambas vidas.
Otro punto importante, es que los oficiales superiores y subalternos son mayoría en Acore, de manera que están en mejor capacidad de entender las necesidades de la mayoría de sus miembros y optimizar el portafolio de servicios de Acore a esas necesidades, ya que sufrieron y enfrentan los mismos retos y dificultades de una vida por fuera de lo que vivieron en la milicia, por un lapso entre 15 y 30 años de servicio, según el grado de retiro.
También se nota más la necesidad e inquietud de los oficiales superiores por el acontecer nacional y en especial por las consecuencias para la Reserva Activa, o Veteranos que llaman hoy en día, por ser más activos en organismos cuyo funcionamiento afecta la Reserva Activa, es así como los representantes por elección en Cremil, en el Consejo Superior de Salud y otros, son oficiales superiores. Así mismo, oficiales superiores y subalternos son más activos en las redes sociales, en donde se manifiestan entre sí, no solo las necesidades sino, una inmensa cantidad de soluciones innovadoras que salen de esas mentes educadas e inquietas que pueden contribuir a que Acore sea la organización que necesitamos; redes sociales en que grados más altos menos participan y si lo hacen no es con la misma intensidad, ni con todos; lo que hace que las necesidades de los oficiales superiores y subalternos sean más evidentes, sin decir que no haya necesidades en grados superiores ni mucho menos, pero también se enteren mejor de las necesidades de otros grados de veteranos por fuera de Acore, fundamental si se quiere algún día poder tener una Reserva Activa unida. Es claro, que en la Reserva Activa cada grado de retiro tiene sus necesidades, puede que diferentes pero todos lo tienen y los Oficiales Superiores tienen mucho más acceso a la comunicación directa con y de sus representados.
Es importante anotar, que recientemente se ha visto más conciencia por parte de los oficiales superiores en las necesidades de todos los grados, y de participar en los escenarios en que se buscan soluciones, observándose que están participando en muchas actividades de la Reserva Activa y no solo de oficiales, también de suboficiales y soldados, que aunque no hacen parte de Acore, lo que Acore pueda gestionar para la Reserva Activa puede y debe beneficiar otros grados, si quien los gestiona conoce a profundidad esas necesidades de todos los grados y fuerzas, que como dijimos son diferentes. Por eso, romper el paradigma de tener una lista de solo oficiales superiores para las directivas de Acore es la más osada de todas, pero quizás la que da más garantías de que se puedan cumplir con las esperanzas de sus miembros, ya que es la que marca el cambio más grande que podemos hacer y que facilita objetivos tan importantes como el de la unión de la Reserva Activa, el de la optimización del portafolio de servicio a la medida de quienes componen la organización y en general la modernización y actualización de su participación en la sociedad.
En este portafolio, juega también importante papel el acoger a los oficiales que se retiran de la institución, mientras los oficiales de los más altos grados se retiran unos 15 al año, oficiales superiores pueden estar retirándose alrededor de los 300 y estos últimos salen ávidos de aplicar toda esa experiencia, conocimiento y energía que tenían listos para 15 años más de carrera. Es allí donde es mucho más valioso ser recibidos por personas que vivieron la misma situación, diferente de quienes salen 15 años después ya a descansar con la satisfacción del deber cumplido. La sensación de quienes se retiran de oficiales superiores y subalternos es que quedaron demasiado cosas por hacer, se tiene el potencial y es necesario llegar a hacerlo en este nuevo escenario de la vida civil, para lo cual es fundamental una mano amiga, que conozca a profundidad ese momento de su existencia y que mejor que Acore para extendérsela oportunamente.
Estamos en Acore en este momento quienes estuvimos portando las armas de la República los últimos 60 años, nos retiramos entre hace 60 y 10 años o menos, después de estar hasta 45 años en el servicio activo. Es decir, estamos en Acore quienes ganamos la guerra, no la guerra de las palabras, la guerra de verdad, la que dejó en el escenario de operaciones compañeros, superiores y subalternos, aquí estamos con ellos en nuestro corazón, los verdaderos héroes de esta patria. Con ese mismo ímpetu, iniciativa, conocimiento y coraje con que guiamos nuestros hombres, los tanques de guerra, buques de guerra marítimos y fluviales, aviones de combate, helicópteros y unidades de apoyo logístico, con esa misma decisión, vamos a guiar a Acore para salvar nuevamente nuestra sociedad y nuestras familias, ante los retos de hoy.
Pertenezco a la generación posterior al famoso discurso del Teatro Patria y por tanto me siento con autoridad moral para avalar las opiniones del autor. Es la hora de un relevo generacional que de paso al liderazgo de un brillante y bien reconocido analista como el Sr. Coronel John Marulanda y su magnífico equipo integrado por un grupo de oficiales que combinan el ideal de equilibrio entre amplia experiencia de minimo veinticinco años bajo banderas y más de diez años en diferentes y muy pertinentes campos de actividad empresarial o profesional.
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