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EstudianteSanMartinMientras preparas el café y revuelves los huevos del desayuno un estudiante cuelga ‘crucificado’ en un edificio, la Interpol emite circular roja para María del Pilar Hurtado y los seguidores de Oscar Iván Zuluaga agreden a varios periodistas. No te alarmas, es un viernes normal en Colombia, un país en donde pasa de todo y al final se trata de nada. Hay bromas en la red del tipo que además de colgar en la cruz cuelga también de un octavo piso. Sabes que se llama Cristian pero no importa el resto.

En el fondo se trata de lo mismo, de corrupción. De gente que hace lo que no se debe hacer. Sales de la ducha y mientras te alistas para ir a la oficina sonríes frente al espejo, te alegra no ser quien está dando una declaración en la Fiscalía a las 8:00 de la mañana. Tomarás el transporte público de Bogotá, que comparado con estrangularte el cuerpo en una cruz será como viajar en un tren por los estudios de Walt Disney.

Siguen las noticias y antes de salir de casa Álvaro Uribe señala al presidente Santos de perseguir a Hurtado. La exdirectora del Departamento Administrativo de Seguridad es acusada de peculado por apropiación, falsedad ideológica en documento público, abuso de función pública, violación ilícita de comunicaciones y concierto para delinquir. De nuevo sonríes, te alegra no ser quien se oculta en Panamá. Todos nos escondemos de algo pero te tranquiliza no tener que salir del país para sacarle el cuerpo a tus miedos. De cierta forma manejas escondites sencillos, proporcionales a tus delitos cotidianos.

Mientras vas en el Transmilenio imaginas otra vida. Fantaseas con ser un gran delincuente o por lo menos un gran prófugo, de esos que salen en la televisión, que huyen a Estados Unidos y dan entrevistas por la radio. Te seduce la idea de ser corrupto para tener dinero y poder viajar a otro país cuando todo salga mal. En ese momento de éxtasis te acuerdas de Cristian, quien es una víctima de la corrupción y entonces te espantas. Te das cuenta de que estás del lado de quienes sufren el desfalco y no de quienes se benefician de él. Lo sabes porque te alcanza para tomar un articulado al centro de la ciudad y no para un pasaje en avión rumbo a Miami.

@jimenezpress

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