

Imagen: Hugo Molano Rojas
Bogotá recibió en estos días una buena noticia. Cómo, ¿una noticia positiva? ¿Y en Bogotá? Un verdadero milagro, sí. Uno que nadie ha creído aún. Ni siquiera el propio Peñalosa.
Aún más: aunque la noticia arrancó lentamente, con el tiempo terminó propagándose con la rapidez y la alegría con que un puñado de pulgas hambrientas, huérfanas y sin hogar se propaga en el pelaje de una manada de perros.
Según esta noticia, Bogotá ostenta hoy otro título más: el de Ciudad Amiga de los Animales, que la organización internacional World Animal Protection le otorgó en estos días.
Por supuesto, todos los animales bogotanos están de fiesta. Todos, sin excepción. Pero más los perros y el alcalde. Y estos, tanto lo están, que ninguno de ellos ha dejado de mover la cola. Ninguno. Ni siquiera Peñalosa.
De modo que fueron precisamente los perros capitalinos los que decidieron exaltar, en pago, todas las maravillas que Peñalosa ha hecho en la alcaldía. Y que las enaltecerán con la ayuda del Manual práctico del perfecto lambón, obra autobiográfica del famosísimo bachiller Ernesto Macías.
Para comenzar crearon el movimiento político Por un Peñalosa mejor para todos. Y lo crearon y echaron a andar, el movimiento, pensado que hacer de Peñalosa un hombre diferente era lo mejor que ellos podían darle a Bogotá y a Colombia.
Y luego emitieron el comunicado siguiente:
“Para nosotros, Peñalosa es, sin duda alguna, el mejor alcalde del mundo. Lo consideramos el mejor de todos cuantos hay y habrá en la tierra, por la más poderosa de todas las razones poderosas: es el único que conocemos y conoceremos.
“Creemos que la novena maravilla del mundo es Transmilenio, y que esta se le debe al ingenio de Peñalosa, y solo a él. Nuestra veneración a ese medio de transporte crece con el tiempo. Y seguirá creciendo, y creciendo, siempre y cuando no estemos obligados a usarlo.
“Peñalosa es un hombre presidenciable hasta la muerte, y aún después de ella. Vemos, sin embargo, que ninguna presidencia le quedará grande. Tan elevada es su estatura de estadista y tan corpulenta su talla de líder, que aún la Presidencia de la República le quedará chica.
“Peñalosa debe ser alcalde eterno. No hemos presentado la solicitud de rigor por temor de que el presidente Duque no la entienda bien, y, en lugar del título, le regale la Cruz de Boyacá. Dado el caso, protestaremos pues Peñalosa no merece semejante desprestigio”.
Hasta aquí el comunicado, firmado por Frodo, director del movimiento cívico-canino Por un Peñalosa mejor para todos.
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