¿Qué se sentirá cumplir 70 años y que nadie logre superarte en aquellas cosas que te hacen único? Hoy, en este espacio literario, le quiero rendir un homenaje a una obra que, con el paso del tiempo, no pierde su vigencia. El trabajo de un físico que se enamoró de las letras y contra los pronósticos de sus colegas científicos, triunfó como escritor. Este es un relato que nació como cuento pero mutó a novela, se cumplen 70 años de su publicación, así que: gracias Sabato.
Reseña de El túnel, escrito por Ernesto Sabato.
Sin pelos en la lengua y sin que le importase mucho una confesión de tal magnitud, Juan Pablo Castel, el protagonista de esta historia, nos revela de entrada su talento como pintor y su faceta como asesino.
Este libro puede leerse desde tantas miradas como sea posible, se pueden juzgar las acciones de sus personajes desde una perspectiva de rechazo o identificarse con ellas, aunque intuyo que se irán por la segunda porque ¿quién no ha tenido, así sea en un pensamiento momentáneo, las ganas de matar a alguien? Los deseos oscuros también hacen parte de nuestra naturaleza.
Esa noche, pues, mi desprecio por la humanidad parecía abolida o, por lo menos, transitoriamente ausente.
Juan Pablo se enamora de María y, como lectores, nos hace dudar del amor, de los componentes que debe tener este sentimiento tan personal y pasional, las coincidencias, las cosas que nos unen y aquellas que nos separan dentro de una relación.
Un amor con diferencia de edad y desconocimiento mutuo, que inicia con una sensibilidad por el arte, la pintura para ser precisos, cuando ella fijó su mirada en un cuadro de Juan Pablo, una mirada que, según él, nunca había visto dirigida a su obra, de inmediato supo que María era la única persona en el mundo que entendía su pintura, que lo entendía a él.
Sin embargo, a la ecuación se suman los celos, que de forma sutil van tomando cada vez más un lugar importante en la vida de nuestros protagonistas.
Esa simplicidad me daba una vaga idea de pertenencia, una vaga idea de que la muchacha estaba ya en mi vida y de que, en cierto modo, me pertenecía.
¿Te ha pasado que de una pequeña situación imaginas casi toda una vida? Así es Juan Pablo, de una deducción propia, va sacando conclusiones que lo atormentan, lo hacen sufrir y le impiden salir del túnel en su cabeza, donde los pensamientos negativos hacen eco y se van multiplicando hasta llegar a nosotros, quienes disfrutamos detrás de estas páginas del análisis de la condición humana a través de las emociones, del significado de cosas sencillas convertidas en problemas, del significado de la vida misma.
Cualquiera sabe que no se resuelve el problema de un mendigo (de un mendigo auténtico) con un peso o un pedazo de pan: solamente se resuelve el problema psicológico del señor que compra así, por casi nada, su tranquilidad espiritual y su título de generoso.
Si, él la mata y no se preocupen, no estoy dañando el libro ni me estoy adelantando a los acontecimientos, desde la primera línea sabemos que la asesina, lo interesante es descubrir sus motivos y la complicidad de sus ideas para convertirlas en actos.
El libro prohibido
Hace 70 años confesar un asesinato en las páginas de un libro, así se tratara de ficción, no era bien visto, pero los casi 100 años de vida de Ernesto Sabato y su dilatada carrera literaria fueron tiempo suficiente para que El Túnel cuente con el reconocimiento que merece.
Por último, destaco esta edición conmemorativa porque al terminar la historia, me encontré la grata sorpresa de varias páginas dedicadas a algunos fragmentos de entrevistas de Sabato y las cartas de rechazo y aprobación del libro. Verdaderas reliquias.
Un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal escritor, que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas». Ernesto Sabato.
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