Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

La reseña de hoy es un renacer a mi vida como lectora, donde una parte importante es reseñar para ustedes. Desde noviembre del año 2020, este espacio se quedó vacío y no porque dejara a un lado el hábito de leer, es imposible dejarlo y tampoco quiero, pero hasta ese momento, el de mi última reseña sobre ‘El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde’, pasaron muchas cosas. Luego de meses escuchando sobre la pandemia, ésta tocó a la puerta de mi familia.

Una parte fundamental para mí, que hace de los momentos difíciles algo llevadero, son los libros. No sabía si retomaría este espacio literario, pensé en no hacerlo, pero ¡adivinen! Llegó un libro a mis manos, en el momento en el que mi vida de a poco iba recuperando la calma, y me hizo cambiar de parecer. Me hizo volver aquí. Se trata de ‘El gato que amaba los libros’ de Sosuke Natsukawa.

La primera línea del libro dice: ‘para empezar, el abuelo ya no estaba’. En ese momento pensé en mi abuela, su partida era tan reciente que me pareció una cruel coincidencia, no quería abrir la puerta a la tristeza de nuevo, pero en el fondo ya estaba intrigada, quería saber qué pasaría, qué queda después de la ausencia.

Y la mejor arma para sobrevivir en este mundo lleno de sufrimiento no es la razón ni la fuerza física, sino el sentido del humor.

El protagonista de esta historia es Rintaro quien vivía con su abuelo que, en efecto, acaba de fallecer, dejando como legado el lugar donde pasó la mayor parte de su vida: su librería.

El duelo y la soledad son el inicio de esta historia que poco se queda allí porque da paso a la fantasía para adentrarse en el proceso de sanar. A los pocos días en los que el vacío de Rintaro se intensifica, aparece Tora, un gato amarillo, que me transportó a una película al mejor estilo de Studio Ghibli, este personaje de cuatro patas trae consigo una serie de misiones muy importantes que debe cumplir nuestro protagonista, todas con un objetivo en común: salvar a los libros, tal vez en retribución de las vidas que ellos, silenciosamente, ya han salvado.

Si no haces más que leer libros con tanta avidez, tu visión del mundo será muy limitada. Por muchos conocimientos que reúnas, si no piensas con tu propia cabeza y no caminas con tus propios pies, todo lo adquirido será en vano.

En medio de las páginas, como guiños del autor hablando con los lectores, va recomendando libros que hacen parte de la literatura universal (un escritor colombiano hace parte de esas recomendaciones y toma relevancia por un momento). Un llamado para acercarme mucho más a la literatura japonesa que hasta ahora solo conocía por Haruki Murakami.

Una de las cosas más interesantes es que más allá de ser un libro que resalta a los libros como tal, también muestra una crítica directa al sector; la producción en masa de libros, el olvido en el que quedan otros, la excusa de la falta de tiempo para no leerlos, entre otros temas que se van revelando en cada laberinto (así se llaman los capítulos) donde se enfrentan a las misiones que Tora va presentando.

Un homenaje a los lectores, a los libreros, a las librerías y a toda la cadena editorial donde la mayoría trabajamos porque en algún momento nos enamoramos de los libros y de lo que ellos significan en el mundo y en nuestras vidas. En esta historia el gato salvó a Rintaro como este libro salvó a mi blog.

<<Los libros tienen poder>>, solía decir el abuelo.

Libro: El gato que amaba los libros.

Editorial: Penguin Random House.

Sello: Grijalbo narrativa.

PVP: 49.000

Librería recomendada: https://www.librerialerner.com.co/el-gato-que-amaba-los-libros-9789585127579-1585/p

Compartir post