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Fernando Gaitán ya debió acostumbrarse a que la repetición de sus mejores producciones se convierta en la tabla de salvación en medio de fuertes crisis. ¿Logrará la repetición de Betty la Fea conectar nostalgia con curiosidad? ¿Las familias se reunirán en torno a la televisión como la mejor expresión de comunidad por excelencia? Aunque recordar es vivir no hay que perder de vista la sed de nuevas historias que anhela el público de hoy. Por ahora les comparto la segunda parte de la entrevista que hace 19 años realicé a Gaitán. Vea aquí la primera.

JCB: A propósito de Carolina Barrantes ¿Por qué escogió ese tono, no sé, un poco oscuro, como serio?

FG: Quería hacer algo gótico, un suspenso de tierra fría y en realidad me dejé llevar por el lado más oscuro que por el lado de lo gótico. Fue una historia muy sórdida en la que me deje envolver por ese carácter que por la misma emoción de contarla.

JCB: Y en este caso ¿cómo asumió el fracaso? ¿Cómo toma cuando una producción suya no sale como hubiera querido?

FG: Ahí es donde uno debe estar preparado psicológicamente, porque nadie en este mundo escribe una cosecha de éxitos. Digamos que tengo una preparación psicológica para superar fracasos. Uno debe tener la coraza muy dura y, sobre todo, aprender de los errores. De un fracaso se aprende muchísimo más que un éxito. Un éxito da seguridad, pero un fracaso, conocimiento.

JCB: Dicho esto, ¿considera la profesión del libretista como inestable?

FG: Para nada. El fracaso tiene que asimilarse para que uno sea estable. Considero que una de las profesiones más estables del país es la del libretista.

JCB: ¿Sí se ha sentido bien retribuido por su trabajo?

FG: Me siento muy retribuido y ese producto de mi trabajo lo invierto en mi familia.

JCB: Hablando de sus producciones en concreto le voy a hacer una pregunta curiosa. Usted ha escrito telenovelas en donde el personaje principal es una mujer. Si esas mujeres existieran en la vida real y un amigo suyo quisiera salir con alguna de ellas ¿a cuál presentaría de entre Gaviota, Sonya, Carolina o Betty la Fea?

FG: Creo que sería muy difícil escoger a una. En realidad no le recomendaría a ninguna. Son mujeres con un mundo interno muy fuerte, enamoradas perdidamente de alguien, la una de Sebastián, la otra embobada con Armando, la otra de Helmut. En fin, son mujeres que, de pronto por ese amor, dejan de existir para ellas otras posibilidades.

Yo soy Betty, la fea. Producción del Canal RCN (1999).

Yo soy Betty, la fea. Producción del Canal RCN (1999).

JCB: ¿Por qué ese interés en destacar una protagonista femenina?

FG: Porque tengo muchas amigas y me considero un buen confidente de ellas. También tengo muchos amigos y entiendo cada una de sus historias, pero las que más me interesan son las de las mujeres. Siempre me ha atraído mucho la psicología femenina, por supuesto, me gustan las mujeres y me encanta oírlas. Ellas tienen un comportamiento muy particular frente a la vida. A mis amigas les consulto mi vida y ellas me consultan a mí, siempre encuentro esos puntos opuestos. Me considero mejor amigo de mis amigas que de mis amigos.

JCB: ¿Encuentra en eso un punto de referencia para mostrar en sus personajes, por ejemplo, cómo ven las mujeres a los hombres?

FG: ‘Café’ y ‘Betty la fea’ están narradas desde el punto de vista de una mujer. Desde ahí me pongo en el lugar de un médium y presto mi cuerpo a una entidad femenina para que nos cuente una historia que quiere contar. El objetivo es que nunca describo a las mujeres en tercera persona, simplemente las veo y pienso cómo pensarían ellas, las llevo adentro. Cuando estoy escribiendo lo hago como si fuera una mujer, sintiendo como una. Creo que, a través de las confidencias, a fuerza de escucharlas, he logrado sentirlas y llevarlas adentro.

JCB: En ese sentido, cuando debe escribir una escena íntima ¿cómo se inspira para llegar a ese momento especial entre dos personajes?

FG: Esa clase de escenas son de las que me ponen muy tenso, a veces necesito tiempo, uso música, doy muchas vueltas, siempre busco una circunstancia especial, no me gusta simplemente que la mujer se le acerque al hombre y le diga simplemente “te amo”, me gusta buscar situaciones que ayuden a que eso suceda, ya sea en medio de una pelea, una fiesta, caminando por una calle o en un lugar donde no pueden hablar de eso. Busco una circunstancia forzada para que la escena no sea un cliché. Se busca una circunstancia especial para que la escena se dé y salga sin lugres comunes. Más que un personaje le diga a otro que lo ama, me cuesta más trabajo encontrar la circunstancia especial en que eso ocurra.

JCB: Y precisamente por esas circunstancias me llama la atención que, para el caso de Betty, determinó que la historia se desarrollara en abundantes interiores, a diferencia de sus historias precedentes.

FG: Siempre tuve la idea de hacer una telenovela con marco de comedia. Una de mis grandes opciones era hacer algo de ese tipo y de hecho ya había dado alunas puntadas. Podía hacer una telenovela con drama y humor, una tragicomedia. En Café había humor, situaciones divertidas pero el manejo del drama era mayor. Quise apostarle esta vez a hacer una telenovela casi en un 90 u 80% con situaciones de comedia sin dejar de lado la parte dramática. Para hacer comedia se requiere cierto juego de puertas, corredores, oficinas, como en una sitcom gringa que se hace siempre en estudio y el montaje es muy sencillo.

JCB: ¿Ya tenía alguna referencia de comedia americana?

FG: Sí, yo veo mucha comedia americana.

JCB: ¿Su favorita?

FG: Hay muchas: Los Tres Chiflados fue mi favorita, La Isla de Gilligan, vi mucho Hechizada, Mi Bella Genio y Los Monster. Después de esa etapa de diez años viendo toda esa clase de series creí que los gringos habían perdido el humor durante un tiempo, pero lo recuperaron con series como Lazos Familiares, Quién manda a Quién, Murphy Brown. Es interminable el listado de comedias extraordinarias que tienen en Estados Unidos y quise adoptar ese formato, que es muy rígido, frío, pero con la intención de trasladarlo a la telenovela usando los mismos elementos, y pues creo que lo logré.

JCB: ¿Qué aspira al momento en que termine Betty la Fea? ¿Cómo quiere que termine?

FG: Obviamente el aterrizaje de una novela es tan delicado como el aterrizaje de un avión, es muy complicado, inspira mucho miedo porque hay mucha expectativa respecto al final de Betty la . No podría hablar muy bien de eso. Aspiro apenas salga a dormir ocho días seguidos. Después venir a la oficina y ver trabajar a la demás gente como una forma de venganza y después buscar una playa por allá en el Caribe.

https://www.youtube.com/watch?v=gUjI-BV6Exo

JCB: Usted ha expresado en ocasiones su fascinación por el Caribe, el trópico. ¿No le ha generado el interés de escribir una historia a partir de ese ambiente?

FG: Me gustaría mucho, pero en este momento estoy más concentrado como en historias urbanas, aunque estoy detrásde una historia que ocurre en Barranquilla. Me gustaría contarla algún día.

JCB ¿Qué opina de ese ‘boom’ que se está generando en la televisión en relación con el ingreso de libretistas jóvenes a los canales privados, que apuestan con ellas a lanzar tremendas producciones con presupuestos arriesgados? ¿Usted las has visto, qué opina de ellas?

FG: Es una televisión muy diferente, es gente muy joven, que esencialmente vienen con una gran herencia del cine y eso está muy bien por que la ha dado un sentido de credibilidad a las escenas, que no es el mismo que le dan en Venezuela o en México. Hacen escenas muy completas, con un buen sentido del ritmo, son historias muy frescas.

JCB: ¿Qué consejo les daría a estos jóvenes?

FG: Tienen que permanecer conectados con la sociedad, con los jóvenes, no encerrarse nunca. Si se encierran pierden continuidad, que es importante para una novela. Volver al cine o a la literatura, para que no pierdan el sentido de sus propuestas. Como decía Borges, la escritura es una historia permanente de saqueo. Uno lo que hace es saqueos de diferentes cosas. Y, desde luego, siempre creer en el amor pues este es el negocio que mantiene viva el alma de una telenovela.

JCB: Hablando de esa influencia del cine ¿no le gustaría incursionar en ese ámbito?

FG: Sí, pero no quisiera moverme por ahora del mundo de la televisión

JCB: Si fuera un espectador cualquiera ¿cómo vería un Fernando Gaitán común y corriente a un Fernando Gaitán libretista? ¿Qué diría sobre su propio trabajo?

FG: No, me queda muy difícil. Es muy difícil mirarse pues siempre que uno se mira al espejo nunca se reconoce. Cualquier respuesta que uno de sobre eso es muy complicada, pero digamos en el caso de la televisión lo que sí puedo decir es que más allá del libreto en el caso de Betty la Fea y de Café lo que sí veo como escritor es que me divierte ver cada producción. Siempre hay un desdoblamiento entre el trabajo de uno y lo que ya está al aire. Entonces, en el caso de ‘Betty la fea’ veo la novela como un espectador más, me pego a la historia, me río y me divierto mucho. Más que ver el trabajo es mirar lo que los demás hacen por mí. El trabajo del director, los actores es un trabajo para mí.

JCB: Finalmente, ¿qué consejo les daría a los jóvenes que quieren contar sus propias historias?

FG: Primero que todo tienen que leer. Veo una formación muy visual y esa es válida, pero tienen que leer. Las grandes escrituras de una telenovela están en la literatura, no están en otra parte, ni siquiera en el cine. Tienen que leer y así mismo continuar cultivando la cultura cinematográfica. Ante todo, uno tiene que ser espectador de su propio trabajo. No pueden pensar en historias que le gusten a usted únicamente, tienen que gustarle a toda la gente. Desde ese punto de vista uno tiene que perder la arrogancia, el intelectualismo, bajar a la tierra y ser humilde, pues los escritores cuentan sus historias con gran humildad.

Queda por preguntar ¿cuál es ese tipo de historias que desean ver hoy en la televisión colombiana? ¿Qué esperaría que le cuenten?

Opa Popa Dupa: nostalgia, pero infantil

Cuando parecía que Los Muppets, Los Dummis, El Tesoro del Saber, Noppo y Gonta o Pedro el Mono del canal japonés NHK y toda la legión de marionetas que uno se pueda imaginar se condenaban al olvido por anacrónicas, Nat Geo Kids lanza Opa Popa Dupa. Desde el pasado 4 de febrero, esta iniciativa para niños y niñas en etapa preescolar quiere ocupar un lugar en el corazón de esta generación millenial que aprenden primero a usar Facebook que a reconocer las estaciones del año o cuidar una planta.

Y con elementos naif mesurados más la participación de estrellas reconocidas como Carlos Vives o Juanes (hasta el grupo Bronco de México aparece por ahí) y repertorios de canciones con mensajes sobre el reciclaje, los once personajes principales que desfilan en pantalla como Leonordo, un león actor medio fanfarrón, Flower Power con su buena onda y Eco, el niño curioso, entre otros, revela un detalle que me parece sensacional: los guionistas pertenecen a diversas regiones de Latinoamérica, por lo que algo de cada país se notará en los diálogos y situaciones que verán a diario en esta producción que espera cautivar no solo al ávido público infantil sino a sus padres. Ojalá profundicen esa característica para mostrar la diversidad de la región a través de esa experiencia lúdica. Aquí es cuando suspiro cuando alguna vez fui parte del club de La Brújula Mágica. Por ahora, pendientes de los horarios de transmisión.

@juanchoparada

juanchopara@gmail.com

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